CAPITULO 9

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-EL RESPLANDOR DE AMARIS- 

El cielo era un lugar de paz absoluta, donde las almas se encontraban consuelo y serenidad eterna. Sin embargo, Amaris aún no lograba sentir esa calma que todos a su alrededor parecían experimentar tan fácilmente. Desde el momento en que llegó, una sensación de desorientación la había acompañado, y aunque el ambiente celestial era acogedor, algo en su interior se resistía a la paz que tanto deseaba.

Amaris caminaba por los jardines del cielo, rodeado de flores que nunca marchitaban y árboles cuyas hojas brillaban bajo la luz dorada que todo lo iluminaba. A pesar de la belleza que la rodeaba, su mente estaba lejos, perdida en pensamientos sobre Astra, su hermana gemela. No podía evitar preguntarse cómo estaría en el Infierno, si estaría sufriendo o si encontraría la redención que tanto deseaba.

Mientras avanzaba por el sendero, una figura conocida apareció frente a ella: Emily, una de las primeras almas que conoció al llegar al cielo. Emily era una guía amable, siempre dispuesta a escuchar y ofrecer consejos, pero también sabía cuándo dejar a Amaris procesar sus emociones en soledad.

—Amaris, te he estado buscando —dijo Emily con una sonrisa tranquila—. Pareces estar en tus pensamientos otra vez. ¿Todo bien?

Amaris la miró y esbozó una sonrisa débil, pero sincera.

—Sí, solo estaba... pensando en mi hermana. No puedo dejar de preguntarme si estará bien. Sé que está en el Infierno, y me preocupa tanto.

Emily se acercó y le puso una mano en el hombro.

—Entiendo tus preocupaciones, pero recuerda que el amor que compartes con Astra sigue vivo. Aunque estén en lugares diferentes, ese vínculo no se puede romper. Aquí en el cielo, tenemos la posibilidad de enviar nuestras energías, nuestros buenos deseos, a las almas que aún luchan en el Infierno.

Amaris frunció el ceño, intrigada por lo que Emily decía.

— ¿Enviar energía? No sabía que eso era posible.

Emily está de acuerdo.

—Así es. Es una forma de ayudar a aquellos que amamos sin interferir directamente en su libre albedrío. A veces, las almas del Infierno necesitan un recordatorio de que no están solas, y esos recuerdos pueden ser una fuente de fortaleza para ellos. Tal vez podrías intentar hacerlo por Astra.

La idea resonó en Amaris. Tal vez no podría estar con su hermana básicamente, pero saber que tenía una manera de hacerle llegar su amor y apoyo la llenaba de una renovada esperanza.

—Quiero hacerlo —dijo Amaris con determinación—. Si puedo ayudarla, aunque sea un poco, quiero intentarlo.

Emily irritada, complacida con la respuesta de Amaris.

—Te guiaré en el proceso. Es sencillo, pero requiere enfoque y una intención clara. Vamos a buscar un lugar tranquilo.

Amaris siguió a Emily a un claro en los jardines, un espacio rodeado por árboles altos y flores de colores suaves. El aire aquí era aún más ligero y puro, y Amaris sintió que este era el lugar perfecto para intentar lo que Emily le proponía.

Se sentaron juntas en el suelo cubierto de hierba, y Emily comenzó a explicar el proceso.

—Primero, cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Siente cómo el aire entra y sale, llevando consigo cualquier preocupación o distracción. Imagina a Astra, su rostro, su risa... todo lo que te recuerda a ella. Mantén esa imagen clara en tu mente.

Amaris obedeció, cerrando los ojos y respirando profundamente. Visualizó a Astra, recordando momentos de su infancia, la complicidad que compartían. Aunque sus caminos habían tomado rumbos diferentes, el amor que sentía por su hermana seguía siendo tan fuerte como siempre.

—Ahora —continuó Emily—, quiero que envíes una luz desde tu corazón hacia ella. Es tu energía, tu amor incondicional. No necesitas decir nada, solo sentir ese vínculo entre ustedes.

Amaris se concentró en la imagen de Astra y en ese lazo irrompible que las unía. Sintió cómo su pecho se llenaba de una cálida luz dorada, una energía que representaba todo el amor y la esperanza que tenía para su hermana. Lentamente, visualizó esa luz viajando desde su corazón hacia Astra, donde quería que estuviera en el Infierno.

En ese momento, sucedió algo extraño. Amaris sintió una conexión mucho más profunda, como si por un breve instante hubiera alcanzado a Astra. Fue una sensación de fugaz pero poderosa, y aunque no pudo ver nada claramente, algo en su interior le dijo que Astra había recibido ese rayo de luz.

Amaris abrió los ojos, sorprendida por la intensidad de lo que acababa de experimentar.

—Lo sentí —dijo en voz baja, mirando a Emily—. Siento que, de alguna manera, llegué a ella.

Emily asintió, su sonrisa serena.

—Eso es porque lo hiciste. A veces, los vínculos entre almas son más fuertes de lo que imaginamos. Sigue enviándole esa luz siempre que sientas la necesidad. Aunque no siempre lo sientas de manera tan clara, Astra lo recibirá.

Amaris se sintió aliviada, como si una carga hubiera sido levantada de sus hombros. Sabía que Astra seguía luchando, pero ahora sentía que estaba haciendo algo, aunque pequeño, para ayudarla en su camino hacia la redención.

—Gracias, Emily —dijo Amaris, agradecida—. Esto significa mucho para mí.

—Siempre estará aquí para ti, Amaris —respondió Emily—. Pero recuerda, el cielo también tiene un propósito para ti. Aunque tu corazón esté con Astra, también tienes una misión aquí. Hay almas que podrían beneficiarse de tu luz, tal como lo ha hecho Astra.

Amaris ascendió, entendiendo que su lugar en el cielo no era solo esperar el destino de su hermana, sino también encontrar su propio propósito.

Pasaron los días, y Amaris comenzó a participar más activamente en la comunidad celestial. A menudo enviaba su luz a Astra, pero también comenzó a ayudar a otras almas que, como ella, necesitaban guía y consuelo. Poco a poco, fue encontrando su lugar, descubriendo que, aunque su corazón siempre estaría dividido entre el cielo y el infierno, su alma también podía crecer y sanar.

Una mañana, mientras caminaba por los jardines, una figura se acercó a ella. Era Sera, otra alma que había conocido recientemente y que compartía su interés por ayudar a los demás.

—He oído que has estado enviando tu luz a una alma en el Infierno —dijo Sera con una sonrisa—. Es un acto muy noble, Amaris.

Amaris emocionada, sintiendo una paz interior que no había sentido desde su llegada al cielo.

—Es mi hermana. Haré todo lo posible por ayudarla, pero también estoy aprendiendo a encontrar mi lugar aquí.

Será atendido.

—Y lo estás haciendo bien. Sigue ese camino, y recuerda que el amor es una energía poderosa. Puede atravesar cualquier barrera, incluso entre el cielo y el infierno.

Amaris miró hacia el horizonte, donde el resplandor del cielo parecía infinito. Aunque su historia con Astra aún no había llegado a su final, sabía que, de alguna manera, estarían conectados siempre. Y con cada día que pasaba, Amaris sentía que estaba más cerca de encontrar su propio propósito en el cielo.

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amaris linda amaris preciosa, en fin, viva el radioapple y el deathjusticie!!, tambien viva México!!

Onestar cambio y fuera

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🍓✨Star Clown✨🍓 -Life is a circus, enjoy the show-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora