-BUENAS ACCIONES-
La oscuridad había caído sobre el infierno, pero dentro de la habitación de Star Clown, el ambiente era cálido, acogedor. Kiu y Star Clown se encontraban tumbadas juntas sobre la cama, disfrutando de la tranquilidad del momento. El calor de los cuerpos era reconfortante, una sensación de cercanía que ambas anhelaban en medio del caos que solía rodearlas.
Kiu sonrió, apoyando su cabeza sobre el pecho de Star, mientras esta acariciaba con suavidad su cabello lila.
—Nunca pensé que encontraría a alguien como tú en este lugar—, dijo Kiu en un susurro, sus ojos brillando en la penumbra.
Star Clown, cuyos pensamientos solían ser tormentosos, sintió una paz inusual. Sabía que su destino en el infierno estaba marcado por sus crímenes, pero momentos como estos le hacían creer, aunque fuera por un instante, que tal vez había algo más para ella. Algo mejor.
—Tampoco yo—, respondió Star, su voz baja y suave, como si temiera romper la magia del momento—. Pero ahora no quiero imaginarme sin ti—.
Las palabras de Star tocaron algo profundo en Kiu, quien se abrazó más fuerte a ella. Ambas permanecieron en silencio, disfrutando de la calma de la noche infernal, sabiendo que la mañana traería nuevos desafíos.
-LA MAÑANA SIGUIENTE-
El sol nunca salía en el infierno, pero había una especie de ciclo que indicaba el inicio de un nuevo día. El desayuno en el Hazbin Hotel siempre marcaba ese comienzo, y Charlie, la siempre optimista y vibrante administradora, se encargaba de reunir a todos para comer juntos.
—¡Es hora de levantarse, tortolitas!— gritó desde el pasillo, su tono de voz alegre resonando en cada rincón.
Star y Kiu intercambiaron una mirada cómplice antes de levantarse. No tardaron mucho en vestirse y salir de la habitación, caminando hacia el comedor donde los demás ya estaban sentados.
—Parece que alguien durmió bien—, bromeó Alastor con una sonrisa traviesa cuando las vio llegar juntas. Star Clown le lanzó una mirada desafiante, pero con un toque de humor.
—Tú deberías preocuparte por tus asuntos, Alastor—, replicó Kiu, dándole un ligero golpe en el brazo antes de sentarse.
Charlie se encontraba al otro extremo de la mesa, esperando que todos estuvieran presentes antes de comenzar a hablar. Cuando finalmente el grupo estuvo completo, su rostro iluminado por una sonrisa amable llamó la atención de todos.
—Hoy tenemos una nueva tarea de redención—, anunció con entusiasmo—. Vamos a regresar al mundo humano, y cada uno de ustedes deberá hacer una buena acción. Será algo individual, así que cada uno debe encontrar su propio camino para ayudar a alguien.
Las reacciones variaron alrededor de la mesa. Algunos, como Angel Dust, parecían más interesados en volver al mundo humano por razones menos nobles, mientras que otros, como Niffty, mostraban un sincero deseo de cumplir con la tarea.
Star Clown intercambió una mirada rápida con Kiu. Ambas sabían lo importante que era cada oportunidad de redención, especialmente para Star, quien cargaba con el peso de su oscuro pasado. Redimirse, incluso con una sola acción, era un paso hacia lo que más deseaba: reunirse con su hermana Amaris en el cielo.
-MÁS TARDE-
El portal al mundo humano se abrió con el brillo habitual, y pronto, cada uno de los habitantes del Hazbin Hotel fue transportado a diferentes partes del mundo, en busca de su buena acción.
Kiu caminaba por las calles de una ciudad bulliciosa, observando a la gente pasar mientras pensaba en cómo podría ayudar. Fue entonces cuando vio a una anciana que intentaba cruzar una calle concurrida, pero parecía tener dificultades para avanzar entre el tráfico.
Sin pensarlo dos veces, Kiu se acercó a ella.
—Déjeme ayudarla—, dijo con amabilidad, tomando el brazo de la mujer y guiándola con cuidado hasta el otro lado. La anciana le dedicó una sonrisa agradecida antes de continuar su camino.
Satisfecha con su acto, Kiu se dispuso a buscar a Star Clown. No podía evitar sentir curiosidad por lo que ella habría hecho. Sabía que Star estaba decidida a hacer algo significativo, pero no esperaba lo que estaba a punto de presenciar.
Al girar en una esquina, sus ojos se abrieron de par en par al ver la escena que se desplegaba frente a ella. Una niña pequeña, no mayor de cinco años, estaba en medio de la calle, y un automóvil se acercaba rápidamente, incapaz de detenerse a tiempo. Sin pensarlo, Star Clown corrió hacia la niña, tomándola en brazos y rodando fuera del camino del vehículo, salvándole la vida en el último segundo.
El coche frenó bruscamente, y la madre de la niña corrió hacia ellas, lágrimas de alivio corriendo por su rostro. Star Clown, todavía con el corazón acelerado, entregó a la niña a su madre, quien la abrazó con fuerza.
Kiu, aún conmocionada por lo que había visto, se acercó lentamente a Star.
—Eso fue increíble—, dijo con asombro—. Salvaste una vida.
Star Clown respiró profundamente, todavía abrumada por la intensidad del momento.
—No fue nada—, respondió con modestia, aunque sabía que algo dentro de ella había cambiado. Sentía que, por primera vez en mucho tiempo, había hecho algo verdaderamente bueno.
Mientras tanto, en el cielo, Sera y Amaris observaban todo desde su burbuja celestial. El buen acto de Star Clown no había pasado desapercibido.
—¿Lo viste?—, preguntó Amaris, con una mezcla de orgullo y esperanza en sus ojos—. Star... realmente hizo algo bueno.
Sera asintió, su expresión solemne.
—Lo vi. Y creo que es hora de que los demás también lo vean—.
Con una decisión firme, Sera levantó la mano, invocando a los otros serafines. Pronto, una brillante luz llenó el espacio celestial, y uno a uno, los serafines comenzaron a aparecer: Michael, Gabriel, Raphael, Uriel, Azrael, Remiel, Castiel, y finalmente, Emily, quien también era una serafín.
Todos se sentaron alrededor de Sera, sus rostros reflejando diferentes emociones al escuchar lo ocurrido.
—Star Clown ha salvado una vida humana—, anunció Sera, su voz resonando con autoridad—. Y creo que es momento de que hablemos sobre su destino.
Durante un largo rato, los serafines discutieron, cada uno ofreciendo su opinión. Algunos estaban impresionados por la acción de Star, mientras que otros aún albergaban dudas sobre su redención. Finalmente, Sera tomó una decisión.
—La convocaremos a una reunión—, declaró—. Debe enfrentar el juicio del cielo por sus acciones.
De regreso en el Hazbin Hotel, Star Clown y Kiu habían regresado después de su jornada en el mundo humano. Mientras se relajaban en la sala común, una pequeña luz comenzó a brillar frente a ellas. Era una carta, flotando en el aire con un resplandor celestial. Star la tomó, abriendo el sobre con cautela. La carta decía:
**"Star Clown, hija de la oscuridad y buscadora de redención,
El Consejo de los Serafines te convoca para discutir tu destino ante los ojos del Cielo. Tu reciente acción ha llamado nuestra atención, y tus esfuerzos por redimirte no han pasado desapercibidos. Se te pedirá comparecer ante el Consejo en una fecha que será revelada próximamente. Prepara tu espíritu, pues las decisiones que aquí se tomen podrían cambiar el curso de tu existencia.
Por la luz divina,
Sera, Guardiana del Cielo y del Consejo Celestial"**
Star Clown cerró la carta lentamente, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que algo grande estaba a punto de suceder, y su destino estaba, más que nunca, en juego.
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épico, bueno como yo avise, los caps 19 y 20 van a ser los más importantes para el desarrollo de la historia, en fin, Onestar cambio y fuera
total de palabras: 1207
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🍓✨Star Clown✨🍓 -Life is a circus, enjoy the show-
Hành độngStar Clown En el anillo de la Avaricia, un rincón oscuro del infierno, vive Star Clown, un alma errante con el poder de cruzar entre el mundo humano y el inframundo. Antes de su condena eterna, fue una asesina serial atormentada por un pasado marcad...