La conexión oculta: DIPPER Y PACIFICA

Capítulo 6: El lazo invisible

Presente: Caminando hacia lo desconocido

El grupo avanzaba con cautela por el denso bosque, siguiendo el mapa que Stan había traído consigo. Los árboles parecían inclinarse hacia ellos, sus ramas crujiendo como si estuvieran vivas. El aire se sentía pesado, cargado de una tensión que todos podían percibir, pero nadie mencionaba en voz alta.

Dipper, caminando al frente junto a Ford, mantenía la mirada fija en el camino, pero no podía evitar que su mente vagara hacia Pacifica, que caminaba un par de pasos detrás de él. Había algo en la forma en que ella se había involucrado en todo esto que lo desconcertaba. Sabía que Pacifica siempre había sido más que la superficial chica rica que aparentaba ser, pero en estos últimos días, había visto un lado de ella que jamás imaginó.

Cada vez que Pacifica hablaba, Dipper se sorprendía al notar cuánto valoraba sus opiniones. Y, sin darse cuenta, empezó a fijarse en los pequeños detalles: la forma en que su cabello dorado reflejaba la luz tenue del sol que se filtraba entre los árboles, o cómo su expresión se suavizaba cuando pensaba que nadie la observaba.

—Dipper, cuidado con la rama —dijo Pacifica de repente, señalando una enorme rama que casi le golpea la cabeza.

—Oh, gracias —respondió él, algo torpe, sintiendo un calor en las mejillas que no podía explicar.

Pacifica sonrió de lado, una sonrisa que Dipper reconoció como una mezcla de diversión y... ¿algo más? No podía estar seguro, pero por un segundo, sintió que había algo más profundo en esa mirada.

—No hay problema. No quiero que te desmayes antes de que lleguemos —bromeó Pacifica, soltando una risa suave que hizo que el estómago de Dipper se revolviera levemente.

Mabel, caminando detrás, observaba la escena con una sonrisa traviesa en el rostro. Ella podía ver lo que estaba pasando, incluso si Dipper y Pacifica aún no se daban cuenta. "¡Esto va a ser tan emocionante!", pensó para sí misma, imaginando todas las maneras en las que podía ayudar a que las cosas avanzaran entre ellos.

Mientras avanzaban, el bosque comenzó a oscurecerse aún más. Las ramas formaban un techo tan espeso que apenas permitía que la luz del sol entrara. El ambiente se volvía más y más opresivo, y todos podían sentirlo. Incluso Soos, que usualmente mantenía una actitud despreocupada, estaba inusualmente callado.

—Este lugar... tiene malas vibras, dudes —comentó Soos, rompiendo el silencio.

Ford asintió, estudiando el mapa.

—Estamos cerca del punto de convergencia. Aquí es donde las energías dimensionales son más fuertes. Si mi teoría es correcta, es aquí donde el sello original fue creado.

Stan, que caminaba junto a Ford, frunció el ceño.

—¿Y si tu teoría es incorrecta? —preguntó, con un tono que sugería que preferiría estar en cualquier otro lugar que no fuera allí.

Ford lo miró de reojo, pero no respondió.

Mientras el grupo continuaba, Dipper no pudo evitar notar que Pacifica se estaba quedando ligeramente rezagada. Miró hacia atrás y vio que su rostro estaba pálido, aunque intentaba disimular su nerviosismo.

—¿Estás bien? —preguntó Dipper, disminuyendo el paso para caminar junto a ella.

Pacifica asintió, pero no dijo nada al principio. Después de unos segundos, suspiró y lo miró directamente a los ojos.

—No voy a mentirte, esto es... demasiado. Mi familia tiene un historial horrible, y ahora parece que estamos pagando por los errores del pasado. No puedo evitar sentir que todo esto es mi culpa.