Capítulo 10: Sombras del Corazón

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La creciente tensión

Era una tarde cálida y soleada en Gravity Falls, el tipo de día perfecto para que los turistas llegaran al pueblo, atraídos por las extravagantes historias y leyendas locales. El Mystery Shack estaba en su punto máximo de actividad, y con Stan tratando de sacar el mayor provecho de los visitantes, la tienda estaba abarrotada de curiosos.

Dipper, Mabel y Pacifica estaban ayudando a Soos en la tienda, aunque, para Dipper, la mayoría de la mañana había sido una mezcla de atender a los clientes y ocultar las inquietantes sensaciones en su brazo. Los símbolos parecían cobrar vida con más intensidad, pulsando con una ligera vibración que lo hacía sentir nervioso. Pero había otra razón por la que su corazón latía con más fuerza ese día, y no tenía nada que ver con los símbolos.

Durante las últimas semanas, Dipper y Pacifica habían pasado más tiempo juntos. Las bromas y miradas cómplices entre ambos se volvían cada vez más frecuentes, aunque ninguno de los dos se atrevía a dar el siguiente paso. Sin embargo, algo en el aire parecía diferente ese día.

Mientras Dipper atendía la caja, un grupo de chicas, probablemente turistas, se acercó a él con risas coquetas y miradas curiosas.

—¿Eres el famoso Dipper Pines? —preguntó una de ellas, una joven rubia de ojos brillantes, mientras sus amigas sonreían detrás de ella—. Escuché que fuiste quien resolvió un montón de misterios aquí. ¿Es verdad?

Dipper, un poco incómodo pero acostumbrado a la atención de los turistas, asintió con una sonrisa tímida.

—Bueno, no es que sea algo del otro mundo. Solo fue cuestión de estar en el lugar correcto en el momento adecuado —respondió con modestia.

Las chicas rieron, claramente intrigadas por él, y una de ellas incluso se acercó más, apoyando su mano en el mostrador con una sonrisa seductora.

—Debe ser increíble ser tan valiente y aventurero —dijo otra chica—. Si alguna vez necesitas compañía para resolver otro misterio, podrías llamarnos.

Pacifica, quien estaba organizando algunos objetos en un estante cercano, observaba la escena con una mezcla de sorpresa e incomodidad. Aunque sabía que Dipper no era del tipo que buscara atención, el hecho de ver a esas chicas coqueteando con él le causaba una extraña sensación en el pecho. Una sensación que no podía ignorar: celos.

No era solo el hecho de que esas chicas estuvieran alrededor de Dipper, sino que parecían tan seguras de sí mismas, como si tuvieran el derecho de estar cerca de él de esa manera. Pacifica se sintió invadida por una sensación de inseguridad que no reconocía en sí misma. ¿Por qué se sentía así? ¿Era solo porque estaba preocupada por el misterio o había algo más?

—Parece que tienes muchas admiradoras —comentó Pacifica, acercándose a Dipper con una sonrisa tensa.

Dipper, notando el cambio en su tono, intentó quitarle importancia.

—Solo son turistas curiosas. Ya sabes cómo es este lugar —dijo con un encogimiento de hombros, intentando hacer que todo pareciera menos significativo de lo que era.

Pacifica asintió, pero en su interior, los celos seguían creciendo. No podía evitarlo, y eso la hacía sentir aún peor. Quería ser racional, pero algo en su interior la impulsaba a querer estar más cerca de Dipper, a reclamar su lugar antes de que alguien más lo hiciera.

Después de la ajetreada mañana en el Mystery Shack, Dipper y Pacifica decidieron salir a caminar por el bosque, buscando algo de tranquilidad. Mabel había insistido en quedarse para ayudar a Stan con la tienda, y aunque eso significaba que estarían solos, la tensión entre ellos era palpable.

La conexión oculta: DIPPER Y PACIFICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora