La conexión oculta: DIPPER Y PACIFICA

Capítulo 7: El despertar del abismo

La creciente oscuridad

El aire en el bosque se volvió pesado, como si estuviera cargado de electricidad estática. Las hojas se arremolinaban en pequeños torbellinos, y una extraña neblina comenzaba a extenderse desde el suelo. Nadie sabía qué esperar, pero todos podían sentir que estaban a punto de presenciar algo fuera de lo común, algo que ninguna historia de terror de Gravity Falls había preparado.

—Chicos, esto se siente... ¿raro? —preguntó Mabel, observando cómo el suelo parecía vibrar bajo sus pies.

—Raro no cubre lo que está pasando aquí, Mabel —dijo Dipper, con una expresión de preocupación que no pudo ocultar. Sabía que el misterio en el que estaban envueltos ahora superaba cualquier otra cosa que hubieran enfrentado antes.

Pacifica, que hasta ese momento había mantenido una compostura sorprendente, se acercó a Dipper. La tensión en sus hombros era palpable, y aunque trataba de no mostrarlo, estaba aterrada.

—Dipper... —empezó, con la voz temblorosa—. ¿Qué crees que va a pasar?

Dipper, aunque no estaba seguro de cómo calmar sus propios nervios, se obligó a sonreír.

—Vamos a resolverlo, Pacifica. Ya lo hemos hecho antes, ¿verdad?

Pacifica lo miró a los ojos, y por un momento, Dipper sintió como si el tiempo se detuviera. Aquellos ojos azules brillaban con una mezcla de miedo y determinación que lo conmovió. Había algo en ella que no había notado antes: una vulnerabilidad que lo hacía sentir una conexión aún más fuerte con ella.

Antes de que pudiera responder, un fuerte crujido rompió el silencio.

—¡Cuidado! —gritó Stan desde atrás, señalando hacia las rocas que habían estado inspeccionando. Unas grietas comenzaron a formarse en el suelo, extendiéndose rápidamente como si algo debajo estuviera luchando por salir.

—Ford, ¿qué está pasando? —exigió Stan, su tono cargado de ansiedad.

Ford se acercó rápidamente al centro de las grietas, sus ojos llenos de asombro y miedo.

—El sello... está colapsando. Hay algo enorme despertando debajo de nosotros. Si no lo contenemos, podría destruir Gravity Falls tal como lo conocemos.

—Bueno, ¿qué estamos esperando entonces? —preguntó Wendy, desenfundando un hacha que había traído consigo como medida de precaución—. ¿Cómo detenemos esto?

Ford sacó un dispositivo extraño de su mochila, una especie de artefacto electromagnético modificado con runas extrañas. Lo sostuvo en alto mientras las grietas seguían creciendo.

—Con este dispositivo puedo intentar restaurar el sello, pero necesito tiempo. Mientras tanto, debemos asegurarnos de que nada salga de estas grietas.

Stan resopló, mirando alrededor con desconfianza.

—¿Nada salga? ¿Qué significa exactamente 'nada', Ford?

Justo cuando Ford iba a responder, una sombra gigantesca emergió de una de las grietas. Su forma era amorfa, oscura, con una energía maligna que parecía devorar la luz a su alrededor. Era como si una entidad de pesadilla hubiera encontrado un camino hacia el mundo real.