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—¿Es así?"—dijo Ginny, con un ligero ceño fruncido.

—Lo juro, Ginny, pero tal vez solo fue una coincidencia,"—susurró Parvati, mientras se llevaba un trozo de tostada a la boca. Ginny la observaba con un aspecto claramente confundido.

—¿Estamos hablando del mismo Malfoy?"

—¿Acaso hay otro?"—replicó Parvati, levantando una ceja.—"Lo vi anoche."

Ginny ladeó la cabeza, ahora completamente atenta. Parvati continuó:

—Luna no paraba de hablar de ir al lago a ver una de esas extrañas criaturas que tanto le gustan. Ya sabes, no le prestamos mucha atención. La vi irse en dirección al lago y, casi cinco minutos después, vi a Malfoy dirigirse en la misma dirección. Creí que debía decírtelo, ya que tú eres amiga de ella, ¿no es así?"

—Claro que sí,—respondió Ginny con firmeza, tomando su vaso de jugo de calabaza. La idea de Malfoy yendo tras Luna la inquietaba profundamente. —"¿Ese Malfoy le habrá hecho algo?"

Parvati la miró con el ceño fruncido, una expresión de preocupación en sus ojos.

—Claro. seguro que trama algo. Lo conozco desde que empezamos en Hogwarts, y siempre ha sido cruel. Le gusta molestar a los más inocentes, ya sabes, como Neville y... en este caso, Luna."

Ginny apretó el puño bajo la mesa, sintiendo una oleada de rabia crecer dentro de ella. Maldecir a Malfoy sería lo mínimo que haría si descubría que había hecho algo para lastimar a su amiga. Pero antes de tomar cualquier acción impulsiva, sabía que primero tenía que hablar con Luna.

La joven Weasley se levantó con determinación, sabiendo que encontrar a Luna y aclarar lo que había sucedido era ahora su prioridad. Se giró hacia Parvati, agradeciéndole por haberle contado, y se dirigió a la salida del Gran Comedor. Sus pensamientos eran una maraña de preocupación y rabia, mientras se preguntaba qué podría estar ocurriendo entre Draco Malfoy y Luna Lovegood.

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Eran probablemente las 10:30. Luna caminaba un tanto apresurada entre el bullicio de estudiantes, sabiendo que a las 11:00 en punto tendría Pociones dobles. Sus ojos estaban un tanto hundidos por las ojeras de haber pasado la noche en vela, dando vueltas en la cama. Su mente, llena de ideas y conocimientos, ahora solo terminaba en un mismo pasadizo, uno de aspecto rubio, alto y refinado, con su capa elegantemente adornada de bordes verdes esmeralda.

Ella sabía, muy en el fondo, que había algo en él. Algo bueno... No en el sentido tradicional, pero ¿quién realmente encaja en lo que se considera socialmente aceptable? Ella, desde luego, no.

—¡Luna, eyy! ¡Aquí!— Ginny alzaba los brazos entre toda la multitud, tratando de llamar la atención de su amiga.

Luna levantó la mirada y finalmente se reunieron, caminando juntas por los pasillos en dirección a las mazmorras, ya que hoy tenían clases juntas.

—Parvati Patil me dijo algo extraño,—soltó Ginny sin rodeos.—Dijo que creyó ver a Malfoy siguiéndote.

Los ojos plateados de Luna se abrieron un poco más, dándole a su expresión habitual de sorpresa una profundidad que no pasó desapercibida.

—¿el te está molestando?— insistió Ginny, con determinación en su voz. —solo dímelo, le daré su merecido con El maleficio de los mocomurciélagos,— añadió con una sonrisa traviesa.

Una pequeña risita salió de los labios de la rubia.

—Él no ha hecho nada malo, no te preocupes,— declaro con un tono suave, restándole importancia al asunto.

"Destino Perfumado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora