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Luego del amable ofrecimiento de Luna, Draco pensó en las miles de razones por las cuales no debería rebajarse a recibir ayuda de Lovegood. Se mordió el labio, tratando de convencerse de que su orgullo era más importante que la solución a sus problemas. Pero tras unos momentos de reflexión, suspiró con pesadez y a regañadientes aceptó. Después de todo, muy en su interior sabía que no podría convencer a algunos de esos "bichos" con su nada encantador carisma hacia ellos.

Con un suspiro de derrota, bajó la mirada hacia los escarbatos que seguían husmeando alrededor de la madriguera. Estos pequeños seres, con su obsesión por los objetos brillantes, le recordaban a su propia avaricia de antaño. Sin saber exactamente por qué, sintió un extraño impulso de hacer las paces con Luna, aunque no lo admitiría ni bajo la peor de las maldiciones.

-Está bien, Lovegood. Ayúdame a encontrar un escarbato o algo así... pero no se lo digas a nadie, ¿entiendes? -dijo, tratando de mantener un tono de superioridad aunque su voz había perdido gran parte de su arrogancia habitual. Sus ojos, sin embargo, delataban una mezcla de resignación y curiosidad.

Una sonrisa iluminó el rostro de Luna como un rayo de sol que se abre paso entre las nubes. Sus ojos brillaban con una luz inusitada, como si acabara de alcanzar un pequeño triunfo personal.

-Tranquilo. Los secretos están a salvo conmigo. Y no te preocupes por los torposoplos; ellos solo se quedan si tú les das poder -dijo. Su tono era como un arroyo sereno, lleno de una calma que Draco encontraba extrañamente confortante, como si su voz tuviera el poder de disipar cualquier tormenta interna.

Juntos, se adentraron aún más en el bosque, sus pasos resonando en la quietud de la tarde. El aire fresco llevaba consigo el aroma a tierra húmeda y hojas secas, y el sol, filtrado por las copas de los árboles, proyectaba un baile de sombras y luces doradas a su alrededor. Mientras avanzaban, Luna comenzó a hablarle sobre las diferentes criaturas mágicas que habitaban el lugar, sus palabras llenas de entusiasmo y maravilla. Cada historia era narrada con tal pasión que Draco, aunque al principio se mostró reticente, poco a poco comenzó a interesarse por sus relatos, encontrando en ellos una fuente de conocimiento que nunca había considerado valiosa.

La rubia parecía una fuente inagotable de ocurrencias y conocimientos extraños que parecían difíciles de creer. Mientras ella hablaba y él se mantenía en silencio escuchándola, sintió como si estuviera descubriendo un nuevo mundo, un mundo donde la magia no era solo poder y control, sino también curiosidad y asombro. No había notado lo mucho que se habían adentrado en el bosque, y no sabía en qué momento la vegetación se había vuelto tan espesa y la cinta flotante ya no se encontraba por ningún lado.

-Lovegood, ¿estás segura de que encontraremos algo aquí, además de furiosos centauros o alguna bestia que nos mate? -dijo Draco con cierta inquietud, su voz cargada de una mezcla de sarcasmo y genuina preocupación. Sus ojos se movían nerviosamente, buscando cualquier señal de peligro entre los árboles altos y oscuros.

Luna se inclinó hacia el suelo cubierto de pasto y hojas. La brisa susurraba entre las ramas, y el sol filtraba destellos dorados a través del dosel del bosque, creando un ambiente mágico y sereno que parecía sacado de un cuento de hadas.

-No te preocupes, aquí solo se encuentra un lindo amiguito que te ayudará con tu tarea -respondió ella, girando para observarlo con una dulce sonrisa. Sus ojos plateados reflejaban una confianza y serenidad que contrastaban con la tensión que Draco sentía en su interior. -Ven, Draco, acércate.

Aunque escéptico, el rubio se agachó a la par de Luna y dirigió su mirada hacia donde ella apuntaba. Allí, entre arbustos y vegetación densa, yacía un ave delgada de aspecto melancólico, con plumas de color negro verdoso y un pico afilado, en un nido en forma de lágrima entre espinos y zarzas. El nido, hecho con ramas entrelazadas, tenía un aire frágil y delicado, como si fuera el refugio de un alma triste y solitaria.

"Destino Perfumado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora