18. "Eres puro como la fuerte nieve"

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El castillo estaba vestido de volantes que revoloteaban por el aire, como si fueran hojas de un otoño inesperado. Los anuncios del partido de Quidditch entre Slytherin y Gryffindor aparecían por todos lados, llamativos y vibrantes, con letras doradas que resaltaban el evento tan esperado. Pero lo que realmente captaba la atención era una pequeña línea al final, escrita en un elegante cursivo: "Baile de celebración al finalizar el juego".

Los pasillos de Hogwarts zumbaban con susurros emocionados y conversaciones sobre el partido y, más aún, sobre el baile. Todos parecían estar pensando lo mismo: ¿quién invitaría a quién?

En una esquina del Gran Comedor, Harry, Hermione y Ron hablaban animadamente sobre el próximo partido.

-Será el mejor partido de la temporada -dijo Ron, llenándose la boca de pastel-. No hay manera de que Slytherin nos gane esta vez. Gryffindor tiene el mejor equipo que ha tenido en años.

Hermione lo miró con una mezcla de desaprobación y diversión.

-Siempre dices lo mismo antes de cada partido, Ron -replicó, acomodando su bufanda-. Pero no podemos confiarnos, Slytherin siempre juega sucio.

Harry, que había estado observando el revuelo en el comedor, se inclinó hacia sus amigos.

-No sé, chicos, creo que va a estar más reñido de lo que piensan. Slytherin ha mejorado mucho... además, tengo un mal presentimiento con Malfoy este año.

De repente, casi como si fuera parte del aire que los rodeaba, Luna Lovegood apareció detrás de ellos, con su peculiar andar y una expresión curiosa en el rostro.

-¿Han escuchado sobre los Nargles que suelen esconderse en los bailes? -preguntó de manera casual, como si hablara del clima-. Siempre quitan cosas... a veces zapatos, a veces corbatas. Es por eso que nunca he ido a uno, no me gusta perder mis pertenencias.

Ron se atragantó con su comida, mientras Harry y Hermione se giraban hacia ella, sorprendidos por su repentina aparición.

-¿Nunca has ido a un baile, Luna? -preguntó Hermione, visiblemente sorprendida. Luna negó con la cabeza.

-No. Nunca he encontrado a alguien que quiera ir conmigo -dijo sin pizca de tristeza, simplemente como un hecho, pero en su interior deseaba poder ir, bailar y vestirse como los cuentos en los que pasaba las noches leyendo cuando era una niña.

Hermione, comprensiva, intentó animarla.

-Bueno, en este baile la mayoría llevará pareja. Estoy segura de que podrías encontrar a alguien... -dijo.

-No veo por qué alguien necesite una pareja para disfrutar de un buen pudín -comentó luna. -Tal vez baile con los Thestrals, suelen ser buenos compañeros.

Todos rieron por un momento, pero la risa se desvaneció rápidamente, dejando un silencio incómodo en el aire.

Harry, notando la tensión, se aclaró la garganta y dirigió la mirada hacia Luna.

-Entonces... ¿vas a casa esta Navidad, Luna? -preguntó, tratando de llenar el vacío.

-Oh, sí -respondió con una sonrisa suave-. Papá me envía cartas todo el tiempo. Está muy emocionado por la Navidad, dice que tiene algo especial preparado este año.

Hermione, curiosa, intervino.

-¿Algo especial? ¿Como qué? -preguntó.

Luna ladeó la cabeza, pensativa.

-No lo sé exactamente, pero mencionó algo sobre un árbol de Navidad encantado que lanza polvos de hada y hace flotar a los gnomos de jardín. Así evitan que se coman los regalos. Es muy importante, especialmente cuando intentan morder las cintas.

"Destino Perfumado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora