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Draco se sentía agotado. Había dormido menos de lo habitual, y sus ojos vagaban sin rumbo entre la multitud del pasillo mientras la conversación de sus amigos resonaba de fondo, una mezcla de risas y palabras que apenas registraba.

-Oye, Nott -dijo Blaise, con un brillo divertido en los ojos-, escuché que te han visto hablando con la lunática Lovegood últimamente. ¿Es cierto?

El corazón de Draco se detuvo un segundo, pero mantuvo su expresión imperturbable. Aun así, ahora estaba más alerta, su atención completamente centrada en lo que decía su grupo.

-Ni siquiera se le puede llamar conversación -resopló Theodore Nott, encogiéndose de hombros-. He intentado hablarle, hacerle algunos comentarios... pero siempre sale con cosas raras.

Un gesto apenas perceptible cruzó el rostro de Draco. ¿Nott había intentado acercarse a Luna? Un extraño malestar se formó en su pecho, apretándolo de forma incómoda, aunque no supo definir lo que era. Era como si la idea de Nott con Luna fuera... incorrecta.

De repente, Pansy, quien hasta ahora había permanecido en silencio, se interesó en la conversación.

-Vaya, Nott, deberías sentir vergüenza -dijo con su tono cortante, ese que Draco conocía demasiado bien-. ¿De verdad estás rogándole a la lunática? No tienes estándares.

Blaise soltó una carcajada.

-Ni con ella tienes suerte, pobre infeliz.

Nott, sin darle mucha importancia, se encogió de hombros mientras se llevaba una gragea a la boca.

-No me importa lo rara que sea. ¡Es linda, lunatica lovegood será mía, se los juro! -bufoneó, alzando las manos como si defendiera un caso imposible.

Draco sintió un nudo en el estómago al escuchar eso. La simple idea de Nott persiguiendo a Luna le provocaba unas inesperadas y violentas ganas de golpearlo. Sin embargo, antes de que pudiera procesar del todo ese sentimiento, notó la mirada de Blaise. Sus ojos oscuros brillaban con una picardía que hizo que Draco apretara la mandíbula, incómodo por la dirección que la conversación podría tomar.

-¿Quién sí tendría una oportunidad sería nuestro Draquito, no es así, Pansy? -comentó Blaise, su tono lleno de picardía mientras miraba a Draco con una sonrisa ladeada.

Pansy, que ya estaba de mal humor, alzó una ceja, visiblemente molesta con la broma. La chispa en sus ojos era una señal clara de que las cosas estaban a punto de ponerse complicadas.

-Si eso fuera cierto, sería una vergüenza ver a un Malfoy con alguien como Lovegood -respondió, cada palabra impregnada de veneno-. Todos sabemos lo que su padre pensaría si lo viera con una sangresucia como ella.

Las palabras de Pansy lo golpearon como un balde de agua fría. Draco sintió cómo sus manos se cerraban en puños sobre su regazo mientras bajaba la mirada, fijándola en el piso de piedra bajo sus pies. El aire se volvió más denso a su alrededor. Sabía que ella tenía razón. Por más que odiara admitirlo, Pansy entendía mejor que nadie la presión de las familias puristas. La suya no era diferente.

-Oh, solo era una broma, amargada -refunfuñó Blaise, rodando los ojos con una sonrisa traviesa en los labios-. Nuestro Draquito tiene mejores estándares que tú y Nott juntos. Lo he confirmado en persona.

Todos estallaron en carcajadas, excepto Draco, que simplemente rodó los ojos, aunque su mente estaba muy lejos de la conversación. Sentía el peso de las miradas y el eco de las risas perforando su autocontrol.

Pero la broma había tocado una fibra demasiado sensible. Aunque sus amigos no sabían la verdad, cada palabra reforzaba el muro que lo separaba de Luna. A cada encuentro, a cada conversación, el rostro de su padre, severo y desaprobador, se dibujaba en su mente, junto a la presión que lo obligaba a mantenerse en su sitio.

"Destino Perfumado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora