La nieve, que antes caía reciamente sobre ellos, ahora yacía derretida a sus pies como un manto de agua. El beso, que parecía no tener fin, finalmente se detuvo, dejandolos frente a frente, con sus respiraciones entrelazadas en el aire frío. Ninguno de los dos podía negar lo que acababa de ocurrir. Draco la miró, y en sus ojos grisáceos se plasmaba una mezcla de confusión y emociones que pugnaban por aflorar. Con un gesto suave, deslizó su mano de la cintura de ella, apartándola mientras Luna se enderezaba, sintiendo el vacío que dejaba el contacto.
Ella, sin estar del todo segura de qué hacer a continuación, tenía algo claro: no podía ignorar lo que había pasado. No era un simple beso, y ni siquiera Draco podría fingir que lo era.
—Draco... —su voz, suave pero firme, rompió el silencio helado, haciendo que los hombros de él se tensaran aún más—. Me gustas.
Lo dijo con una seguridad que brillaba en sus ojos. No había duda, no había vacilación, y mantuvo la mirada fija en él. Draco hizo una mueca, desviando la vista, como si intentara escapar de la realidad que lo abrumaba. Sentía que su corazón latía con tanta intensidad que en cualquier momento podría escapar de su pecho, una mezcla de miedo y deseo lo arrastraba. Luna gustaba de él, y al darse cuenta, un calor desconocido lo invadió. Claro, ahora el tambien lo sabia... ella tambien le gustaba, pero había algo más profundo que siempre lo detenía. Las imágenes de su familia, su padre, los Slytherins... todo lo que se esperaba de él lo sofocaba.
—¿Draco, te avergüenzas de lo que sientes? —susurró ella. La pregunta parecía suave, pero para Draco fue un golpe directo al pecho. No podía admitirlo, no ante ella.
Él titubeó, incapaz de dar una respuesta clara. Su mente se llenaba de excusas, razones para apartarse.
—No entiendes... —murmuró finalmente, su voz ronca, cargada de inseguridad. Las palabras sabían a derrota en su lengua.
Luna lo miró con una serenidad que no lo reprochaba, pero tampoco le permitía escapar.
—No todo tiene que tener sentido, ni ser fácil —musitó, acercando su mano al rostro de Draco y acariciándolo con una delicadeza que lo envolvía. Sus ojos, intensos como el primer destello del amanecer, lo atraparon sin remedio. Draco sintió que, por más que quisiera negarlo, ella le gustaba mucho más de lo que había querido admitir. Mucho más de lo que alguna vez había sentido por alguien.
El roce de sus dedos le quemaba, pero no podía apartarse.
—Supongo que tienes razón —susurró él, esbozando una pequeña sonrisa, recargando su rostro en las manos de ella. Era la primera vez que se permitía sonreír de esa manera.
El momento duró poco. Los pasos rápidos y firmes de alguien que se acercaba los hizo sobresaltarse, como si hubieran sido descubiertos cometiendo algún delito.
—¿Luna? —La voz sorprendida de Ginny Weasley rompió el momento como un cristal al caer. Estaba parada a unos metros de ellos, sus ojos entrecerrados, pero llenos de sospecha al reconocer a Draco—. ¿Qué está pasando aquí?
Draco se tensó de inmediato, como si el aire mismo se hubiera vuelto gélido de nuevo. La calidez y vulnerabilidad que habían iluminado su rostro momentos antes se desvanecieron en un abrir y cerrar de ojos, reemplazadas por una máscara endurecida. Dio un paso atrás, soltando a Luna con una torpeza que no pudo ocultar, mientras lanzaba a Ginny una mirada mas que de desprecio, de incomodidad.
—Weasley —espetó con frialdad, tratando de recuperar su habitual arrogancia.
El frío volvió a él como una protección instintiva. Las paredes que había derribado en presencia de Luna se alzaron de nuevo con una fuerza implacable. Su corazón latía con fuerza, no solo por el miedo a ser visto, sino por la confusión que Ginny acababa de interrumpir.
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"Destino Perfumado"
FanfictieLuna Lovegood siente una extraña y atrayente sensación cuando está cerca de Draco Malfoy, un misterio que no descansará hasta desentrañar. Decidida a descubrir por qué tiene ese efecto sobre ella..☪️🐍