El aire frío entraba presuroso por las ventanas del castillo, muchos ya habían encendido las chimeneas buscando un poco de calor. Era tal vez de madrugada; el castillo estaba desértico y la mayoría ya se cobijaba en sus camas. Pero no aquella extraña muchacha, que muchos consideraban con aires de chiflada. Sus ropas solo confirmaban aquel prejuicio, su cabello desgreñado y su varita apoyada en su oreja, como si no hubiera un lugar más seguro que ese donde guardar su magia. Luna no solo era sonámbula, sino que también padecía de insomnio en algunas de las frías noches en Hogwarts.
Caminaba con lentitud por los pasillos, mirando de vez en cuando por las ventanas, preguntándose qué clase de conspiraciones ocultaban las criaturas en el Bosque Prohibido. Las ventanas lucían empañadas; la humedad filtraba pequeñas gotas que caían a los costados de la pared. Afuera, solo se podía percibir la quietud de la noche.
Un crujido se escuchó en los alrededores del pasillo.
-Lumus -musitó Luna, encendiendo su varita. A unos pasos, la mirada penetrante de unos ojos grises crepitaban curiosidad.
-Oh, Draco, ¿también eres sonámbulo? -preguntó, ladeando la cabeza, tratando de comprender la inusual y nocturna presencia de Malfoy.
Draco se quedó un momento en silencio, observando a Luna con su varita alzada. La luz revelaba sus facciones, y por un segundo, la dureza habitual en su rostro pareció suavizarse.
-No soy sonámbulo -respondió finalmente, su tono una mezcla de irritación y curiosidad. -¿Qué haces aquí a esta hora?
Luna se encogió de hombros, sus ojos vagando por el pasillo antes de regresar a los de Draco.
-A veces, las criaturas del bosque tienen secretos que solo se revelan en la quietud de la noche -dijo con sencillez, como si fuera la explicación más natural del mundo. -Y tú, ¿por qué estás vagando por aquí?
Draco suspiró, bajando la mirada un momento antes de volver a levantarla, su tono perdiendo un poco de su usual arrogancia.
-Solo... no podía dormir -susurró con cierto recelo, recordando entre otras cosas, la tarde que había compartido con Luna. Lo inusual que había sido. Y más ahora, que veía con más detalle su aspecto. La rubia lucía un pijama amarillo chillante con una campera rosa de aspecto anticuado. Sus collares de corchos y sus aros de rábano, con ahora su varita por detrás de la oreja, solo confirmaban su extrañeza.
Draco bajó la mirada, notando algo más.
-¿Estás descalza? -Más que una pregunta, era una afirmación.
Luna miró sus pies, sorprendida, como si también fuera un descubrimiento para ella.
-Oh, debieron ser los nargles. Suelo dormir con mis zapatos puestos, ya que soy sonámbula, pero hoy desperté sin ellos... de nuevo.
Draco subió la mirada y la observó con cierta aprehensión.
-¿Nargles? -salió de su boca, tratando de entender el lenguaje de Luna, pero en realidad, sabía con certeza que aquellos seres eran seguramente una de las extrañas cosas en las que creía Lovegood, razones por la cual era objeto de burlas, incluso en su propia casa. Después de todo, sabía que eran sus compañeros, los mismísimos Ravenclaw, quienes le jugaban esas maliciosas bromas a Luna. Incluso él y sus amigos habían participado en algunas de ellas.
Luna asintió, con una expresión serena pero segura.
-Sí, nargles. Son traviesos, pero no malos. Solo les gusta esconder cosas. -expreso esto como si fuera lo más obvio del mundo.
Draco sintió una pequeña punzada de culpabilidad, algo que no esperaba sentir. Las bromas que le habían hecho a Luna ahora le parecían más crueles. No encontró palabras, quedándose en silencio mientras la incomodidad del momento crecía entre ellos.
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"Destino Perfumado"
FanfictionLuna Lovegood siente una extraña y atrayente sensación cuando está cerca de Draco Malfoy, un misterio que no descansará hasta desentrañar. Decidida a descubrir por qué tiene ese efecto sobre ella..☪️🐍