Capitulo 23

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WILLIAM

Estaba en el sofá terminando de ver una película, la casa tranquila sumida en el acogedor murmullo de las escenas en la tv cuando su celular vibro en la mesa de café

Princesa: ¿Puedes venir por favor? La última vez que leyó un texto así tuvo que ir a rescatarla de ir a prisión así que era mejor subir

Myla se acostó temprano hoy quejándose de sus cólicos pre mestúrales, quiso ofrecer su ayuda y aliviarlos, como tantas veces lo hizo, pero se contuvo. Ese ya no era su trabajo, en su lugar tomo un bister de pastillas, un vaso de agua y subió.

Sus pasos sonaron en la escalera y se paró frente a la puerta que, como mil veces lo hizo, pero ahora, si habría alguien del otro lado. El pensamiento acelerando su corazón. Tocó a la puerta escuchando leves jadeos al otro lado — Cariño ¿Estas bien? — Golpeo suavemente la madera y esta cedió, no veía nada; la habitación sumida en la oscuridad —¿Estas bien? — Myla no contesto, los quejidos intensificándose, apretó los puños intentando evitar la reacción natural de su cuerpo.

— Estoy...— "Lo sé, cariño, lo sé" Quiso calmarla; su olor natural inundando la habitación. Su animal interno queriendo escapar de su pecho, protegerla y reclamarla como suya una vez más "ella ya no es tuya, Will" Lo es y siempre lo será, al menos así lo creía él. Años lejos y nada calmó la posesividad ardiendo en su interior.

— ¿Podrías...?— Escucho el sonido de sabanas y un suspiro frustrado —Pasarme mi juguete del buro — Su corazón se latiendo al oírla, Su voz rota, cargada de necesidad, él ya no podía hacer nada por aliviarla. Tomó dela buro el juguete y lo dejo en la mesa de noche

— ¿Necesitas que...— Se mordió el interior de la mejilla, no era su lugar "vete, Will, vete antes de que sea tarde" Pero no se movió de su lugar, se quedo parado allí, solo escuchando sus gemidos frustrados llenando la habitación

— Esto no tiene pilas— Se quejo

— ¿Quieres que haga algo por ti? — Dijo al fin, dejando de luchar consigo mismo, solo quería hacerla sentirla mejor. La había extrañado tanto, años separados, anhelando su regreso, y ahora que volvía intentaba hacerse el moralista ¿Para qué?

— Por favor...— Myla lloriqueo. Se acerco dejándose caer en el borde de la cama esperando sus instrucciones. — Solo muévela necesito fricción—

Tomo el juguete abandonado en las sábanas pasándolo lentamente por su borde. Leves jadeos resonaron en la habitación, estaba temblando bajo sus atenciones.

Sus dedos la rozaron accidentalmente — Lo siento— Se disculpo y continúo moviéndolo contra ella sintiendo sus pantalones incómodamente ajustados

— No es lo mismo— la frustración se filtró en su voz. Sus dedos nuevamente la rozaron por accidente, pero esta vez fue ella quien empujo contra su mano.

—Princesa...— Advirtió, su voz flaqueando, pero se esforzó por poner algo de resistencia

—Por favor— "Soy tu..." intento decir, pero esas palabras ya no tenían validez, no ahora, no a estas alturas, así que tomo el rol que si le pertenecía —Palabra de seguridad— Gruño entre dientes

—Papi— Lloriqueó, pero se mantuvo firme

—Palabra de seguridad, princesa—Exigió y la sintió temblar bajo su tono.

—Rojo— Debían hablar de esto, pero ambos estaban demasiado tensos ahora. Finalmente deslizo sus dedos en ella. La humedad entre sus muslos haciendo el deslizamiento más fácil. Esta vez sus gemidos eran de placer y se sintió orgulloso de hacerla sentir mejor

— Shhh papi está aquí— Arrullo sin poder contenerse más — Papi te hará sentir mejor..., — Frotó lentamente alrededor de sus pliegues presionando su sensible capullo escuchándola deshacerse en respiraciones lentas y profundas.

Su cuerpo se estremeció bruscamente en un último espasmo, pero se retiró antes que alguno de los dos pudiera decir nada. 

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