Capitulo 12 Myla's Pov

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"—Vamos dinos quien te gusta— Instó su compañera entre risas tontas, nego con la cabeza bajando la mirada a sus dedos jugando entre si, sintió el calor subio a sus mejillas y una pequeña ira iracional la invadio. Odiaba estos juegos. Que les importaba quien le gustaba, era tonto y estupido, ni siquiera tenia oportunidad real con él.

—No me gusta nadie— Mintió en voz baja y la pequeña opresión en su pecho desaparecio cuando el grupo de chicas se alejo murmurando —Eres tan aburrida— Suspiro aliviada, sacando una fotografia arrugada de su bolsillo, raspo su dedo contra el delgado cartón, sus ojos fijos en oscuros ojos que le devolvian una mirada amable; cabello oscuro y barba alrededor de gruesos labios carnosos." Parpadeó saliendo de su transe cuando un compañero de clase golpeo su libro demasiado fuerte contra el escritorio.

Volvió a centrarse en su trabajo de arte y esos mismos ojos oscuros le devolvieron la mirada, ya no cargaba consigo la fotografia. Una vez creció se dió cuenta lo ridicula que estaba siendo pero aun asi él siempre lograba filtrarse en alguna parte, ya sea en clase de literatura cuando mencionaban un libro interesante y pensaba en cuanto podria gustarle o en clase de psicologia cuando intentaba hallar respuestas a su aparente compulsión y atracción prohibida hacia aquel hombre.

Era inútil, jamás seria suyo; "¿No te parece extraño esta hiperfijación con él desde que tienes consciencia? Suspiro, en sus primeros años creyó de inocentemente que era natural sentir este tipo de cosas. Él siendo lo único que tenia, era casi razonable empezar a sentir cierta atracción por él ¿No? "Muchas chicas tienen falta de una figura materna y no por eso se fijan en sus..." Cerro su cuaderno antes de que alguien viera sus vocetos y contunuo divagando mientras fingia prestar atención en clase.

Con el tiempo creció y su hiperfijación se volvió más debil, conoció a otros chicos pero ninguno le parecia tan fascinantes como él, claro ellos no tenian su intelecto o una visión más alla que jugar videojuegos al llegar a casa, hubo un momento en septimo grado que le intereso un chico y se sintió bien ser una persona normal sin ninguna fijación extraña o daño psicologico aparente, pero luego volvió.

Fue al psicologo por ello comentando brevemente su situación, omitiendo la verdadera identidad del hombre o hubiese sido enviada inmediatamente a psiquiatria.Eso tampoco ayudo, el sujeto solo le dijo palabras vanales que no le sirvieron de nada porque cuando salio de allí y él la llevo a casa aun podia sentir ese calor intenso en la boca del estomago; una mezcla de deseo e irracional ira por no ser comprendida.

Descubrió la literatura años después y pudo hallar leves respuestas en personajes que vivieron más o menos por lo mismo, claro ningún caso era tan extremo como el suyo . Se sintió bien saber que no era la única en esta situación. Logró contarselo a una amiga una vez y para su fortuna no se rió de ella, de hecho no la culpo diciendo "yo también caeria por él si fuese mi..." Tuvo que aguantar chistes de mal gusto por un tiempo y termino aalejandose de la chica odiando la forma en que ella se referia a él.¿Porque ella podia hablar de esa manera acerca de él pero si ella lo hacia era una loca?.

Estaba terminando su dibujo, el lapiz trazando las lineas de su mano y el calor se extendió por su cuello al recordar aquellas manos en su cuello, había estado tan cerca y a la vez tan lejos "¿Que esperabas que sucediera?" No lo sabia, no tenia siquiera una intención, dijo la verdad; queria saber como se sentia y ahora que lo había experimentado queria más pero eso tendria que esperar. El fuerte sonido de la campana la hizo saltar y guardo sus cosas rapidamente antes de salir del salón y caminar a la salida.

Él ya la estaba esperando; apoyado contra su imponente Land Rover, saco largo gris a juego con unos guantes negros y una gabardina del mismo color.

—¿Lista para irnos, cariño?— Esa voz, esa maldita voz. Se acerco a él abrazandolo, su fuerte fragancia cosquilleando bajo su nariz y no pudo evitar inhalar antes de sentir varias miradas sobre ellos. —¿Que sucede, cariño?— Su risa le hizo cosquillas contra la frente y se apartó un poco.

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