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— En serio Taesan, ¿otra vez aquí? es la milésima vez en la semana que hemos venido

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— En serio Taesan, ¿otra vez aquí? es la milésima vez en la semana que hemos venido.

Riwoo bufó, tomando asiento en el mismo lugar en el que había estado casi toda su semana.

Taesan le sonrió a modo de respuesta, pasándole el cártel que contenía el menú que la cafetería tendría para el día de hoy, para que su amigo pudiera ver qué pediría hoy.

— No seas exagerado Hyung, no han sido mil veces. — Contesto Taesan buscando por alrededor del local. — ¿Habrá venido hoy? — Susurró por lo bajo, pero aún así su acompañante pudo escucharlo.

— Pues ojalá no. - Riwoo le respondió, ganándose una mala mirada de Taesan. — En verdad Han Taesan. ¿Cuánto tiempo vamos a estar viniendo aquí?

— Ya te lo dije Hyung, hasta que logré tener siquiera el número de aquél mesero lindo. — Respondió, soltando un suspiro acompañado de una sonrisa al recordar a aquél chico por el cuál había estado viniendo a esta misma cafetería desde hace unas semanas que había capturado su atención.

Taesan no sabía exactamente lo que le había llamado la atención de aquél castaño de ojos bonitos y sonrisa bonita. Tal vez había sido la amabilidad con la que había sido atendido por él aquella primera vez que lo había mirado. Quizás era esa sonrisa tan característica de él que había estado observando lo que le había atraído mucho de él.

Era un enamoradizo, sus amigos solían repetirselo cada que tenían oportunidad. El típico chico que se enamora incluso si solo recibe un pequeño, sencillo y simple "Hola",
o al menos eso es lo que todos sus amigos cercanos decían de él.

Pero ahora estaba aquí, otro día más esperando verlo y ser atendido por aquél lindo chico de sonrisa bonita y amabilidad increíble.

— ¿No crees que es un poco sospechoso y extraño para los demás que nos vean siempre aquí? Bueno, me refiero a los trabajadores de aquí. — Riwoo interrumpió sus pensamientos.

Tenía razón y Taesan lo sabía, sabía que quizás incluso su objetivo y su razón para venir aquí pudiera sospechar del porque estaba aquí siempre. Pero poco le importaba, ahorita solo se encontraba concentrado en verlo un dia más.

Pero Taesan solo negó con la cabeza, tratando de ignorar las palabras de su amigo. A veces Riwoo podía ser un aguafiestas, pero en el fondo entendía que solo quería protegerlo de otra decepción amorosa. Sin embargo, algo le decía que esta vez sería diferente.

— ¿Y si hoy le hablas de una vez? — Riwoo insistió, levantando una ceja con una mezcla de curiosidad y burla.

— ¿De qué estás hablando? — Taesan se hizo el desentendido, aunque sus mejillas se tiñeron levemente de rosa. Sabía muy bien a lo que su amigo se refería. Llevaba semanas viniendo a la cafetería, esperando el momento perfecto para decir algo más que "gracias" o "puedes traerme la cuenta".

coffee | gongfourzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora