Había pasado la mayor parte de su tarde reflexionando sobre su conversación con Jaehyun. Aunque no estaba listo para admitir por completo lo que sentía por Taesan, frente a él, cara a cara, sabía que tenía que hacer algo para mover las cosas en la dirección correcta, de forma natural, sin presión. Decidió que invitarlo a una salida, algo casual pero significativo sería la mejor manera de ver cómo evolucionaba su conexión sin la tensión de un gran "momento confesional".
Unos días después, en la cafetería, Leehan esperó pacientemente la llegada de Taesan. Era una rutina ya esperada que, de alguna manera, ambos habían creado sin planearlo. Cuando finalmente lo vio entrar, una sonrisa suave se dibujó en su rostro. Notando cómo el semblante de Taesan se iluminaba al verlo, lo que, aunque lo hacía sentir bien, también le llenaba de nervios.
Después de charlar unos minutos sobre sus días, las clases aburridas de Taesan y las historias divertidas del trabajo de Leehan, este último decidió que era el momento de proponerle la idea.
- Oye, Taesan - Comenzó, haciendo una pequeña pausa para asegurarse de que tenía toda su atención. - He estado pensando... ¿Qué te parece si este fin de semana hacemos algo diferente? Hay un parque a las afueras de la ciudad, es uno de mis lugares favoritos. Tiene una laguna y un pequeño muelle, es tranquilo y realmente bonito. Creo que te gustaría.
Taesan lo miró sorprendido, como si no se hubiera esperado esa invitación. El entusiasmo era evidente en sus ojos, pero trató de mantenerse tranquilo mientras respondía.
- Eso suena increíble, Leehan. Me encantaría.
Leehan sonrió, aliviado por la respuesta positiva. Durante el resto del día, no podía evitar sentir una mezcla de emoción y nervios. Se preguntaba si aquella salida sería solo una más entre amigos o si, poco a poco, comenzaría a revelar más de lo que ambos no habían dicho en palabras.
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Cuando llegó el día de la salida, Leehan se sintió extrañamente inquieto, como si este fuera un momento clave para ambos. Había preparado todo para que fuera lo más relajado posible, llevando algo de comida y bebidas en una mochila, con la esperanza de que fuera un día especial.
Llegaron al parque en una tarde templada. El sol bañaba completamente el lugar con una luz dorada, y el aire era fresco, perfecto para caminar.
Mientras paseaban por el sendero que rodeaba la laguna, la conversación fluía como siempre: fácil, llena de risas y pequeños momentos de complicidad. Leehan notaba cómo a veces, sus manos rozaban sin querer mientras caminaban uno al lado del otro, y aunque normalmente no le habría dado importancia, esta vez cada pequeño contacto le hacía sentir algo más profundo.
Se detuvieron en un punto elevado que daba vista directa al muelle y la laguna, donde el reflejo del cielo azul se mezclaba con el brillo del agua. Leehan extendió una manta que había llevado en su mochila, invitando a Taesan a sentarse con él.
- Es precioso aquí, ¿cómo es que no sabía de este lugar? - Dijo Taesan mientras se sentaba, la admiración en su voz era clara.
Leehan sonrió y se encogió de hombros.
- Supongo que es un lugar secreto.
El silencio que siguió fue cómodo, lleno de una tranquilidad compartida. Ambos miraban el agua, dejando que la serenidad del lugar envolviera la tarde. Leehan notaba cómo el ambiente era perfecto, sin ninguna presión, solo el disfrute de estar juntos.
En algún momento, mientras compartían algo de la comida que había llevado, Taesan dijo algo que hizo que ambos estallaran en una risa suave y relajada. Leehan lo miró de reojo, y por un segundo, sus ojos se encontraron. Fue en ese instante que sintió algo distinto, algo que no había sentido antes tan claramente. El viento suave movía el cabello de Taesan ligeramente, y no pudo evitar pensar en lo fácil que era estar con él, lo natural que se sentía todo.
En ese pequeño espacio de tiempo, Leehan sintió que tal vez Jaehyun tenía razón. Quizás, solo quizás, los sentimientos que había estado conteniendo eran más fuertes de lo que estaba dispuesto a aceptar. Pero no era el momento para grandes declaraciones. Aún no. Por ahora, quería que este día fuera especial, sin ninguna presión.
El sol comenzó a ponerse, tiñendo el cielo de tonos rosados y dorados, y ambos se quedaron en silencio, simplemente disfrutando de la vista. Leehan se recostó ligeramente hacia atrás, apoyándose en sus brazos, y Taesan lo siguió, quedando ambos lado a lado, observando el atardecer en calma.
- Gracias por traerme aquí - Susurró Taesan de repente, rompiendo el silencio.
Leehan se volvió hacia él, encontrando su mirada.
- Gracias por aceptar venir - Respondió con una sonrisa suave.
Hubo un momento de pausa, donde Leehan sintió un calor extraño en el pecho, pero decidió dejar que todo fluyera sin apresurar nada. Por ahora, esto era suficiente.
Sabía que su amistad se estaba transformando, que estaban construyendo algo, pero todavía tenía tiempo para descubrir exactamente qué sería. Y quizás, cuando llegara el momento adecuado, no habría más dudas.
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