Aquella tarde después de lo sucedido en la cafetería, Taesan no podía esperar para contarles a sus amigos lo que había pasado. Aunque Riwoo había estado presente, Woonhak y Sungho también sabían todo sobre su obsesión con el mesero, y seguro querrían saber cómo había salido todo. Así que, después de las clases, los cuatro se reunieron en el lugar habitual del campus, bajo un gran árbol donde siempre pasaban el rato.
— Entonces, ¿Cómo te fue con el mesero? — Preguntó Woonhak, directo y sin rodeos, mientras se sentaba en el césped. Sabía que Taesan había estado en esa cafetería más veces de las que podía contar, y siempre salía con la misma frustración.
Sungho, que estaba a su lado, lo miró expectante, con una pequeña sonrisa en los labios.
— No me digas que otra vez no le hablaste. — Añadió Sungho, medio en broma, pero claramente esperando que las cosas hubieran cambiado.
Taesan se rascó la nuca, un poco nervioso, pero al mismo tiempo emocionado de compartir lo que había sucedido.
— Bueno… le pregunté su nombre. — Su voz tenía una mezcla de orgullo y alivio, aunque no quería sonar demasiado emocionado, por miedo a que sus amigos lo tomen en broma.
Los ojos de Woonhak y Sungho se abrieron de par en par, sorprendidos. Incluso Riwoo, que ya lo había presenciado, no pudo evitar sonreír al ver cómo sus otros amigos reaccionaban.
— ¡¿En serio?! — Exclamó Woonhak, dándole un golpe en el hombro con una sonrisa amplia. — ¡Finalmente, hombre! ¡Estaba a punto de pensar que nunca lo harías!
— Sí, y se llama Leehan. — Agregó Taesan, con una sonrisa más tranquila, sintiendo cómo la conversación del día anterior lo había llenado de una energía diferente.
— Wow, Leehan , ¿eh? — Sungho se inclinó hacia adelante, claramente impresionado. — Suena a buen nombre. ¿Y cómo reaccionó cuando le preguntaste?
Taesan se encogió de hombros, pero en sus ojos había un brillo que sus amigos notaron de inmediato.
— Fue… fue amable. Sonrió y me dijo que mi nombre también era bonito. — Dijo eso rápidamente, sin querer que sus amigos empezaran a molestarlo por detalles como ese, aunque todos sabían que esas pequeñas cosas lo tenían volando de felicidad por dentro.
— Bueno, bueno, ¡Eso es un avance enorme! — Dijo Woonhak, claramente entusiasmado por el progreso. — ¿Y qué sigue? ¿Ya tienes un plan para el próximo paso?
Taesan frunció el ceño ligeramente, sabiendo que Woonhak siempre esperaba grandes movimientos en estas cosas, pero para él, incluso haber preguntado su nombre había sido un gran paso.
— No sé… — Admitió Taesan, mordiéndose el labio. — Pensé que tal vez podría ir con más calma ahora que sé su nombre. Quizá seguir hablando poco a poco, para que sepa más de mí, y luego… no sé, ¿pedirle su número? — Dijo, su voz temblando al mencionar el siguiente objetivo que se había fijado.
Riwoo, que había estado escuchando en silencio, decidió intervenir.
— Ya conseguiste romper el hielo. No puedes quedarte en lo mismo, ¿sabes? — Comentó, dándole un pequeño empujón amistoso. — Si no sigues avanzando, vas a quedarte en la zona de cliente habitual para siempre.
— Tiene razón. — Añadió Sungho, apoyándose en las palabras de Riwoo. — Ahora que ya sabes su nombre, tienes que encontrar la forma de entablar una conversación más larga. Algo más personal.
Woonhak, siempre con ideas un poco más atrevidas, intervino:
— ¿Y si le invitas algo? Una salida casual, como "Oye, me caes bien, vamos por un café después de tu turno". Es algo que no sonará tan directo, pero te ayudará a salir de la rutina de cliente.
Taesan lo pensó por un momento. La idea le parecía aterradora, pero al mismo tiempo, cada día que pasaba sintiendo que el tiempo se escapaba lo empujaba más a dar el siguiente paso. Después de todo, no podía quedarse quieto para siempre.
— Tal vez... tal vez podría intentar eso — dijo, todavía dudando, pero viendo que sus amigos estaban completamente de acuerdo.
— ¡Eso es! — exclamó Woonhak, dándole una palmada en la espalda. — Y no te preocupes si te pones nervioso. Al menos ya has avanzado bastante en comparación a como estabas antes.
Sungho asintió con una sonrisa cómplice.
— Sea lo que sea que decidas hacer, estamos contigo. Pero que quede claro, necesitamos todos los detalles después — Dijo Sungho, haciéndolos reír a todos.
Taesan sonrió, sintiendo el apoyo de sus amigos. Aunque el camino hacia Leehan seguía siendo incierto, ya no lo sentía tan abrumador como antes. Con ellos a su lado, sabía que, de una forma u otra, podría encontrar el valor para dar el próximo paso.
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