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El sol aún seguía proyectando suaves reflejos naranjas y dorados de su atardecer sobre la superficie de la laguna, y la atmósfera entre Leehan y Taesan se volvía más íntima con cada minuto que pasaban juntos.
Se encontraban recostados sobre la manta, uno al lado del otro, en silencio. Era una de esas pausas cómodas, donde no hacían falta las palabras, pero Leehan podía sentir cómo algo más flotaba en el aire.
Taesan se movió ligeramente, acercándose más a Leehan de forma casi imperceptible, como si estuviera buscando algo más de esa cercanía sin ser del todo consciente. Y Leehan pudo notarlo, haciendo que su respiración se hiciera más pesada, y su corazón empezó a latir con más fuerza. El espacio entre ambos se acortó hasta que sus hombros se rozaron y Leehan pudo sentir el calor que emanaba del cuerpo de Taesan.
Miró de reojo, y se encontró con que el rostro de Taesan estaba peligrosamente cerca del suyo, tan cerca que podía ver cada detalle de su expresión, los labios entreabiertos y la respiración algo agitada de su amigo.
Por un instante, el mundo entero pareció detenerse. El viento cesó, el sonido del agua se desvaneció, y lo único que existía era esa proximidad inesperada. Leehan no sabía cómo reaccionar. La tensión crecía, y el ambiente a su alrededor se cargaba de algo que nunca había sentido antes con Taesan.
Taesan levantó ligeramente la cabeza, mirándolo a los ojos por unos segundos que se sintieron eternos. Leehan no pudo moverse, siendo atrapado entre el deseo de mantener las cosas como estaban y la curiosidad de lo que podía pasar si rompían esa barrera invisible que los había mantenido como amigos hasta ahora.
El silencio se volvió insoportable, y justo cuando Leehan pensaba que el momento se desvanecería, Taesan tomó una decisión impulsiva.
Con un movimiento suave pero decidido, Taesan se inclinó hacia adelante y sus labios se encontraron tímidamente con los de Leehan. Fue un beso rápido y torpe, como si ni siquiera él estuviera seguro de lo que acababa de hacer, pero el impacto fue inmediato. El corazón de Leehan se detuvo por un segundo antes de empezar a latir con fuerza.
Y así, el impulso de Taesan fue correspondido por Leehan casi de manera automática. Al sentir los labios de Taesan sobre los suyos, un destello de calor lo recorrió, y durante ese breve segundo, permitió que el beso se diera, atrapado en la mezcla de sorpresa y deseo que invadió su mente. El tiempo pareció detenerse, como si el universo estuviera sosteniendo el aliento ante el momento. Sin embargo, tan rápido como esa chispa se encendió, la realidad lo golpeó.
Leehan, con el corazón acelerado y el pecho agitado, reaccionó instintivamente, separándose de Taesan con una rapidez que traicionaba la confusión que sentía. Levantó las manos, posándolas ligeramente sobre los hombros de Taesan, empujándolo suavemente para crear algo de distancia entre ellos. La calidez del contacto aún latía en su piel, pero su mente estaba en completo caos.
- Taesan... - Su voz salió en un susurro, un tono suave pero firme, casi como si intentara calmar la oleada de emociones que ahora lo rodeaba. - Yo... esto...
Leehan buscó sus palabras, tratando de mantener la calma mientras su mente aún procesaba lo que acababa de suceder. El beso había sido tan inesperado, tan fuera de lo que él creía posible en ese momento, que no sabía cómo manejarlo. Sus labios aún hormigueaban, pero el vértigo emocional era demasiado. Había correspondido al beso por un instante, sí, pero no estaba seguro aún de que significaba, para él.
Taesan lo miraba con una mezcla de nerviosismo y sorpresa, como si estuviera esperando una respuesta que Leehan no sabía si podía darle en ese momento. El aire entre ellos se sentía denso, tenso, como si estuvieran al borde de un precipicio.
- Lo siento - Murmuró Leehan, apartando la mirada por un segundo mientras intentaba calmar el caos en su cabeza. - No esperaba... no estaba preparado para esto.
Podía sentir una presión en el pecho, una especie de miedo a lo que acababa de iniciar sin siquiera pensarlo. Sabía que lo que acababa de ocurrir cambiaría todo, pero no estaba seguro si estaba listo para enfrentarlo.
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