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Estaba atrapado, rodeado de los guardias para evitar que me escapara mientras el estaba delante de mi y estábamos en dirección a casa de Katia. Irremediablemente conocía mis poderes, me habían puesto unas esposas que bloqueaban poder usar los poderes. Al llegar me quitaron las esposas pero estaba rodeado de armas, indefenso, llevé mis manos a las de dos guardias que me rodeaban haciendo que desprendieran un humo blanco hasta que estallaron. Del impacto, una especie de aire con fuerza nos empujó contra la pared cerrando nuestros ojos pero antes de poder escapar empezó a quemarme mi nuca. Cuando abrí los ojos mientras me quejaba del dolor, vi que era el el que lo estaba provocando.


- ¿Crees que puedes escapar de mi tan fácilmente? ¿Al que te enseño todo lo que sabes? ¡Eh!


Por suerte no apretó más, pero me coloco delante de la puerta que se abrió casualmente viendo las caras de impacto de todos.


- ¿Ust? ¿Qué ha sido eso? ¿Qué te ha pasado?


- Nada tranquila, me he encontrado con este viejo amigo que-


- Quiero contrataros para que me hagáis un favor.


- Oh claro, deja que le curo a Ust y te atiendo. Pasad.


Nos abrió la puerta Frida mirándonos con indiferencia, nos sentamos alrededor de la mesa. Ya me había soltado pero me había quedado la marca cosa de la que Katia se percató avisando a Cira para dejar que ella me curará.


- Por dios, como te has hecho esa quemadura de primer grado?


- No lo recuerdo.


- Bueno, podemos hablar?


- Si, claro.


- Quiero que matéis a estas dos personas.


Soltó una foto con dos hombres, vestidos de paisano con un tren de fondo. Esto no huele bien.

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