La batalla entre los Autobots y los Decepticons estaba a punto de comenzar. Optimus Prime había dado las órdenes y los equipos se preparaban para enfrentarse a sus enemigos una vez más. En medio de la tensión, Streamline recibió una misión crítica: explorar el área y asegurar que ningún Decepticon pudiera sorprenderlos.
—Streamline, tu misión es vigilar la zona. Necesitamos saber cuántos Decepticons están desplegados y sus posiciones antes de avanzar —le indicó Optimus con seriedad.
—Entendido, Optimus. No fallaré —respondió Streamline antes de transformarse y dirigirse hacia el campo de batalla.
Viajó rápidamente por el terreno accidentado, manteniéndose fuera del radar de los Decepticons. Al acercarse, comenzó a divisar a los soldados Decepticons en posición. Se escondió detrás de una formación rocosa, usando sus sensores para escanear la zona. Confirmó que la mayoría de los soldados ya estaban desplegados y reportó la información a la base Autobot.
—Optimus, ya están todos en posición. Tenemos varios soldados cubriendo los flancos, pero no veo señales de sus líderes —informó Streamline con precisión.
—Recibido. Prepárate para eliminar cualquier amenaza si es necesario —respondió Optimus, confiando en sus habilidades.
Con la confirmación de que el enemigo estaba en posición, Streamline pasó a la acción. Moviéndose rápidamente y en silencio, comenzó a eliminar a los soldados Decepticons uno por uno, aprovechando su velocidad y agilidad. Cada vez que uno caía, lo hacía sin poder dar la alerta, permitiendo a los Autobots avanzar con más seguridad.
A medida que avanzaba, Streamline se mantenía enfocada en su misión, eliminando a los enemigos sin descanso. Sabía que un movimiento en falso podría arruinar toda la estrategia, y no podía permitirse el lujo de fallar.
Después de eliminar a varios Decepticons, Streamline se comunicó nuevamente con Optimus:
—Zona despejada. Los Decepticons están fuera del camino, pueden avanzar —dijo con confianza.
—Buen trabajo, Streamline. Mantente alerta y prepárate para la próxima fase —respondió Optimus.
Con la zona despejada, los Autobots comenzaron a moverse, listos para enfrentarse a cualquier amenaza mayor que pudieran encontrar. La batalla estaba lejos de terminar, pero gracias a la vigilancia y habilidades de Streamline, los Autobots ahora tenían una ventaja clara.
Mientras los Autobots avanzaban en el campo de batalla, el ambiente se volvía cada vez más tenso. Streamline continuaba su misión de reconocimiento, vigilando cuidadosamente la zona, cuando se percató de dos Decepticons que intentaban emboscarlos. Justo en ese momento, un fuerte estruendo resonó a lo lejos.
De repente, una máquina minera Decepticon fue lanzada por los aires y aterrizó justo donde estaban esos dos soldados. La colosal estructura no los aplastó por completo, pero sí los golpeó con tal fuerza que quedaron fuera de combate, aturdidos y enterrados bajo los escombros.
Desde una posición elevada, Bulkhead observaba con una sonrisa satisfecha.
—Eso debería mantenerlos fuera de acción un buen rato —dijo con tono triunfante, sacudiéndose las manos.
Los Autobots que vieron la escena intercambiaron miradas de aprobación. La estrategia de Bulkhead había neutralizado a los enemigos sin necesidad de destruirlos por completo, dándoles una clara ventaja.
—Buen trabajo, Bulkhead —se escuchó la voz de Optimus a través del comunicador—. Continúa asegurando la zona.
—Voy a por más, Optimus —respondió Bulkhead, con determinación.