En la oscuridad de la Nemesis, Starscream se movía con sigilo, planeando su próximo movimiento. Sabía que enfrentarse directamente a Megatron era una locura; ni siquiera Onslaught, con su impresionante fuerza, había logrado desafiarlo con éxito. Starscream necesitaba un plan más astuto, algo que no dependiera de la fuerza bruta.
Starscream se reunió en secreto con algunos de sus aliados más cercanos: un pequeño grupo de Decepticons que compartían su deseo de un nuevo liderazgo. Mientras tanto, Megatron se mantenía ocupado con sus propios asuntos, confiado en que su dominio sobre los Decepticons era inquebrantable.
"Debemos ser inteligentes en esto," murmuró Starscream. "No podemos simplemente atacarlo y esperar lo mejor. Necesitamos minar su autoridad, sembrar la discordia entre sus seguidores y aprovechar cualquier debilidad que podamos encontrar."
Uno de sus aliados, un Decepticon especializado en espionaje, ofreció una sugerencia. "Podríamos hacer que Megatron parezca débil ante sus propios soldados. Si logramos hacerlo, podrían cuestionar su liderazgo y nosotros podríamos movernos para tomar el control."
Starscream asintió, pensando en las posibles estrategias. "Exactamente. Vamos a crear una serie de eventos que debiliten la confianza de los Decepticons en Megatron. Usaremos la información que tenemos para poner en duda su capacidad de liderar y hacer que se vuelva vulnerable."
Con un plan en marcha, Starscream y su grupo comenzaron a trabajar en su esquema, diseñando tácticas para subvertir la lealtad de los Decepticons y preparar el terreno para una posible rebelión. Mientras tanto, Megatron, ajeno a las maquinaciones de su segundo al mando, seguía confiado en su control absoluto, ignorando las amenazas que se gestaban en las sombras de su propio dominio.
La intriga y la traición se tejían en la Nemesis, y el futuro de los Decepticons parecía cada vez más incierto.
En la Nemesis, Starscream se encontraba solo en su cámara de operaciones, revisando antiguos archivos y documentos sobre las reliquias de los Primes. Recordó con creciente interés una armadura que había estado investigando durante semanas. Según sus fuentes, esta armadura había sido creada por los Primes y poseía un poder inmenso, uno que podría incluso superar al de Megatron.
Starscream estudió con atención los detalles de la armadura: sus capacidades de amplificación de energía, su capacidad para resistir ataques devastadores y, sobre todo, su habilidad para canalizar la fuerza de los Primes. La armadura no solo ofrecía una ventaja estratégica, sino que también podría ser la clave para desafiar y derrocar a Megatron.
“Si esta armadura es tan poderosa como dicen, podría ser la herramienta definitiva para vencer a Megatron,” murmuró Starscream para sí mismo. “No solo necesito obtenerla, sino también entender cómo utilizarla al máximo.”
Decidido a conseguir la armadura, Starscream empezó a planear cómo obtenerla. Sabía que necesitaría más que solo habilidad y fuerza para conseguirla; también debía tener un plan detallado para evitar que la armadura cayera en manos equivocadas o que Megatron se enterara de su búsqueda.
Starscream reunió a sus seguidores y les explicó su nuevo objetivo, manteniéndolo en secreto. “Esta armadura es nuestra mejor oportunidad para derrocar a Megatron y tomar el control. Nuestra primera tarea es localizarla y asegurarnos de que esté en nuestras manos antes de que podamos ponerla en acción.”
Mientras sus aliados se preparaban para la misión, Starscream se sumergió en más investigaciones, buscando la ubicación exacta de la armadura y cualquier detalle adicional que pudiera darle una ventaja. Sabía que el tiempo era esencial; si Megatron descubría sus intenciones, podría ser demasiado tarde para detenerlo.