En el campo de batalla
Megatron, aún aturdido pero decidido, comenzó a levantarse de los escombros, cuando de repente, Starscream lo vio moverse. Sin dudarlo, levantó ambos brazos, activando los misiles que llevaba integrados en su nueva armadura.
"¡No más, Megatron! ¡Tu reinado termina aquí!" gritó Starscream, con un tono de arrogancia y satisfacción.
En un instante, los dos misiles fueron disparados directamente hacia Megatron, volando a gran velocidad. El líder Decepticon apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que las explosiones lo envolvieran, lanzando chispas y escombros por todas partes.
Los Autobots y Decepticons observaron el impacto, preguntándose si esa sería la caída final de Megatron.
Starscream, cegado por su ambición y deseo de venganza, no dejaba de disparar misil tras misil. Cada explosión sacudía el suelo bajo sus pies, y el sonido ensordecedor resonaba por toda la montaña. Los Autobots y Decepticons que observaban la escena estaban atónitos, viendo cómo Starscream continuaba su ataque furioso sin detenerse.
Las detonaciones continuas convirtieron la montaña en un cúmulo de escombros, rocas y polvo, ocultando cualquier rastro de Megatron. Cuando finalmente cesaron los disparos, un silencio sepulcral se apoderó del campo de batalla.
Starscream, jadeando ligeramente, bajó sus brazos con una sonrisa satisfecha, observando el caos que había dejado. "Al fin... he destruido al tirano," murmuró con orgullo. Sin embargo, algo no cuadraba. No había señales de Megatron, ni siquiera restos.
Starscream, aún con la sonrisa de victoria en su rostro, se elevó entre los escombros. El silencio en el campo de batalla lo llenaba de una sensación de poder que nunca había sentido antes. Con la mirada altiva, levantó los brazos y declaró en voz alta:
"¡Decepticons! ¡El tirano ha caído! ¡Hoy, me proclamo como vuestro nuevo líder!"
Los Decepticons, aunque dudosos por la repentina declaración, comenzaron a arrodillarse uno a uno. La jerarquía y el temor hacia la figura de Megatron los mantenían siempre bajo control, pero ahora, con su supuesto líder derrotado, no veían otra opción más que aceptar a Starscream... al menos por el momento.
El propio Starscream se maravillaba de cómo, sin una sola objeción, los Decepticons inclinaban la cabeza ante él. Su arrogancia crecía con cada segundo. "¡Al fin! ¡Al fin tengo lo que merezco!" pensaba, disfrutando de cada mirada sometida de sus compañeros.
Sin embargo, a pesar de su victoria aparente, una sensación incómoda seguía rondando en su mente. ¿Realmente Megatron había sido derrotado tan fácilmente?
Optimus Prime observaba desde una distancia segura junto a los Autobots mientras Starscream proclamaba su victoria. Sabía que, a pesar de que Megatron había caído temporalmente, el nuevo liderazgo de Starscream solo traería más caos y destrucción. Y lo peor de todo, Starscream, en su arrogancia, era aún más impredecible y peligroso que Megatron.
Optimus se giró hacia sus compañeros, su rostro serio. "Starscream no es de fiar, y ahora con el poder en sus manos, será más inestable que nunca."
Ratchet, con preocupación en su voz, añadió: "Debemos retirarnos por ahora. Si intentamos luchar contra él en este momento, no sabemos qué tipo de artimañas usará. No estamos en condiciones de arriesgarnos."
Streamline, visiblemente incómoda por la situación, miró a Optimus. "¿Entonces qué hacemos, jefe?"
"Nos retiramos. Ahora más que nunca debemos estar unidos y prepararnos para lo que venga. No podemos permitir que Starscream nos pille desprevenidos." Optimus ordenó con firmeza.