ya se acerca el final ?

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En la Nemesis, reinaba un silencio tenso y solemne. Soundwave, en su habitual calma imponente, supervisaba cada rincón de la nave desde una posición elevada. Sin necesidad de palabras, su presencia transmitía autoridad, y los Decepticons, aunque algunos se mostraban inquietos por su método de liderazgo, trabajaban con una disciplina que la Nemesis no había conocido en mucho tiempo.

Los drones y soldados Decepticons se movían de un lado a otro con una eficiencia casi impecable, atentos a las instrucciones que Soundwave les transmitía mediante comunicados silenciosos y precisos. Los datos fluían de sus pantallas de comando hacia las distintas áreas de la nave, mostrando rutas y tareas asignadas para cada uno. Nadie osaba cuestionarlo; tras la caída de Starscream, había quedado claro que Soundwave no toleraría la insubordinación ni el caos que una vez caracterizó a la nave.

Knock Out, quien siempre había sido algo excéntrico y reticente a la disciplina estricta, no pudo evitar comentar con Breakdown mientras ajustaba algunos de los sistemas médicos. "¿Sabes? Esto es algo que nunca pensé ver en la Nemesis... La nave parece una máquina bien engrasada. ¿Quién diría que Soundwave lograría hacer lo que Starscream jamás pudo?"

Breakdown asintió, lanzando una mirada a Soundwave desde el otro lado del puente. "Es verdad... Con Starscream siempre había un aire de incertidumbre, de que en cualquier momento podía dar una orden que nos llevara al desastre. Pero con Soundwave... es como si cada acción estuviera perfectamente calculada."

Mientras tanto, otros Decepticons que alguna vez cuestionaron el liderazgo, como Dreadwing y algunos de los Vehicons, se mostraban sorprendidos de que incluso sus tareas cotidianas se hubieran vuelto más organizadas. La paciencia y frialdad de Soundwave parecían haber traído una calma inquietante, pero efectiva. No se escuchaban gritos, ni amenazas constantes de castigo; solo el flujo constante de órdenes y el trabajo en equipo.

En medio de aquel silencio disciplinado, algunos se preguntaban si el viejo líder, Megatron, estaría orgulloso del cambio. Aunque no todos comprendían la visión de Soundwave, la mayoría sentía que, de alguna manera, los Decepticons estaban recuperando algo de la grandeza que una vez perdieron.

Al final del día, el único sonido que se escuchaba era el zumbido de las máquinas de la Nemesis y los pasos sincronizados de sus habitantes. Soundwave permanecía inmóvil, observando, asegurándose de que su visión para los Decepticons se cumpliera.

En la Nemesis, mientras Soundwave observaba cuidadosamente los sistemas de la nave, algo inusual comenzó a suceder. Su visor parpadeó una vez, luego dos, hasta que finalmente detectó una señal extraña que atravesaba la corriente de energon oscuro que quedaba en la nave. La señal era débil, pero clara. Algo—o alguien—estaba enviando una transmisión a través de las ondas, distorsionada y llena de interferencias, pero aún legible. El sonido de su sintetizador aumentó de tono mientras Soundwave analizaba los datos. Algo no cuadraba. ¿Quién podría estar enviando esa señal en medio de la nada?

Soundwave no dudó. Con rapidez, comenzó a filtrar la señal a través de sus sistemas para rastrear su origen. Pero cuanto más lo hacía, más confuso se volvía el patrón. No era una señal común. No era Cybertroniana, y mucho menos una señal Decepticon. Parecía ser una especie de interferencia avanzada, como si algo o alguien estuviera manipulando las ondas de energía a propósito. Esta extraña anomalía parecía haber sido diseñada para no ser detectada, pero Soundwave, con su incomparable habilidad para leer frecuencias, lo había notado.

Mientras tanto, en la base Autobot, la situación era similar. Ratchet estaba ajustando los sistemas de reparación cuando algo en sus monitores comenzó a parpadear, un patrón que no reconoció al principio. Al igual que Soundwave, detectó una señal extraña que comenzaba a interferir con los sistemas de comunicación de la base. Al principio, pensó que podría ser algún tipo de fallo técnico, pero a medida que la señal se volvía más persistente, sus sospechas aumentaron.

mi amiga es un auto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora