No me dieron ganas de ponerme el pijama, pero recordé que a Bill le molesta el hecho de dormir con la ropa del día, pero es que simplemente no encontré fuerzas para desvestirme, y mucho menos para ponerme ropa después.
Me metí a la cama únicamente con un bóxer luego de un rato, aún quería llorar, patalear, y vomitar con la voz de Esteban en mi cabeza, y cuando lograba cerrar mis ojos, decidido a dormir, lo unico que podia visualizar, no era un pantalla negra, sino su maldita y asquerosa cara frente a mí. Entonces terminaba por abrir los ojos, hasta que escuché la puerta abrirse, fingí que dormía, escuché sus pasos, escuché que abrió el armario, lo escuché regresar y luego nada. Estuve a punto de abrir los ojos y descubrir qué lo hacía estar tan quieto. No lo hice porque los sonidos volvieron de un momento a otro. Sentí la cama hundirse junto a mí y entonces agradecí que se quedara, pero me descubrí como un cobarde, patético e imbécil que no podía decir aquello en voz alta y parar de fingir. Claro, no pude.
En lugar de todo eso, o tan siquiera de caer en mi propio juego, me mantuve sereno, quieto y lo más normal que pude. Luego de un par de minutos que en realidad parecieron horas, abrí los ojos totalmente. Lo vi, y me dije que haría cualquier cosa para no lastimarlo. El sueño no llegó, en su lugar, el insomnio se apoderó de mí, y Bill estaba roncando tiernamente a mi lado, sonreí. Y luego llegó la melancolía acompañada de algo extraño, era miedo, agobiante miedo y una preocupación del tamaño del mundo. Los recuerdos inundaron mi cabeza. Y entonces me levanté de la cama, fui afuera, hasta la sala. Mi mamá resultó ser la mamá más amorosa, más de lo que pudiéramos pensar. Teníamos en nuestro poder nuestro álbum fotográfico, guardado con recelo detrás de una colección de vinilos, de la cuál Bill estaba muy orgulloso.
La noche se me fue completa, sin que yo me diera cuenta en realidad, quedé absorto en nuestras fotos por más de tres horas. Mamá tenía una fijación por documentar cada fase, cada etapa y cada cosa tonta que se nos ocurría, igual los momentos serios, como nuestros bautizos, y los primeros días de escuela hasta la secundaria, claro.
Fue la última etapa documentada. Y por supuesto, cuando llegué a la última foto, llegó con ella la culpa. La voz de Esteban, sus ojos mirándome, no, juzgándome y extensión de Bill. En ese momento supe que si tuviera una piedra, no dudaría en arrojarla a mi cara o donde tuviera más alcance a un daño irreparable, para dejarme la marca del incesto.
Amo a Bill, sé que es mi hermano, sé que es mi gemelo, cada día al verlo es un recordatorio, pero me enamoré, me enamoré y no pudimos hacer nada para evitarlo.
De niños ya éramos uno solo, en las travesuras, en momentos serios, cuando mamá no estaba que era casi siempre, cuando íbamos y regresábamos de la escuela, cuando simplemente teníamos que ser hermanos, no, Bill y yo ya éramos los mejores amigos, ya éramos cómplices de algo que no lográbamos dimensionar.
Regresé a la cama después de más tiempo pensando en qué tuvimos que haber hecho para que resultara, claramente no haríamos nada porque él se fue cinco años. Y ese tiempo fue el peor que pude haber vivido.
Él siguió dormido, quería despertarlo y hablar de esto, pero no pude, no pude poner sobre él este problema. Él quería ayudar, yo quería que no se viera involucrado y no hacer que de pronto también tuviera mil cosas en qué pensar. Además, Esteban lo había pedido. «Imagina qué dirían de ustedes los alumnos, los directivos de cada carrera, los medios. Es increíble que hayan tenido los huevos para que hicieran algo así. Yo sé todo, y si no quieres que nadie se entere, más te vale hacerme unos favores». «¿Cómo cuáles?» Contesté con miedo. «En primer lugar, no le digas que lo sé, vamos a ahorrarle la vergüenza, esto será nuestro por un momento, hasta que la cagues, claro. Luego, se lo diremos cuando sea el momento indicado, tengo planes y si se lo dices antes, podría pasar alguna locura que no tendrá retroceso. ¿Te parece?». «No ciertamente». «Bueno, ve a tu obra de teatro, diviértete. Te estaré mandando un mensaje en la mañana».
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In die Nacht - Zurück zu dir... Zurück zu us [Parte 3]
FanfictionReescribiendo la última parte de la trilogía In die Nacht. - Bill y Tom adoptan a un bebé, Andy, el cuál va a ir creciendo a lo largo de esta temporada, teniendo como principal conflicto lo que puedan decir los papás de la nueva escuela. Los gemelos...