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Cuando los dos estábamos en casa, sin hacer ya nada, cuando Andy estaba dormido, la casa silenciosa, los trastes lavados y nosotros a punto de meternos a la cama, compartíamos algo de lo que llegaba a suceder en ausencia del otro. Por ejemplo, sus clases y mis clases, algún chiste gracioso que hayan dicho sus alumnos o los míos. Incluso también algo de Laia y yo sobre lo que fuera que no fuera precisamente sobre Pablo, sin embargo, ya habían pasado algunos días, semanas incluso que ninguno sacaba a conversación nada de lo que pasaba en el día.

—¿Revisaste la canción que escribí? —me preguntó Bill, llamando mi atención para dejar a un lado el celular.

—Sí, me gustaría escucharla con tu voz. ¿Tienes alguna melodía en mente? Estaba pensando en que si quieres, pudiéramos vendersela a Luciano.

—¿Tu chico influencer? ¿No hay alguien más profesional?

—Siempre hay alguien mejor que mi chico influencer, pero aún así, quisiera algo fresco para él, la leí y siento que son las palabras que él pudiera dirigir a su público y que le creerían.

—Sí, bueno, déjame enseñarte otra que escribí para ti.

—Sé que todo lo que escribes es por mí. 

—No todo, ahora me estoy acostumbrando más a lo comercial. Dame un segundo.

Salió de la habitación y volvió luego de unos segundos con una guitarra acústica que teníamos desde la universidad. Se sentó a mi lado en la cama, acomodó sus dedos sobre las cuerdas, y cerró los ojos trayendo a su memoria las notas que alguna vez le enseñé. Empezó con unas notas, y luego empezó a cantar. Luego entró a la parte del coro, donde la letra aunque se repetía, se me antojaba de los más original. De repente no recordaba ninguna otra canción con aquellas seis palabras. Dejé de concentrarme en las notas que aún con nervios y miedo, dejaba salir de la guitarra, en ese momento lo único que existía, era la letra. Lo escuché y lo escuché, y me perdí en su voz. Hasta que detuvo en seco la última nota.

—Después de eso no sé. ¿Entonces? ¿Qué opinas?

—¿Por qué odias tu vida?

—No la odio.

—¿Entonces por qué escribiste eso?

—No es reciente. Ya la tenía escrita.

—No es la misma que revisé…

—No, primero quería enseñarte esto.

—No lo sé, Bill, me suena demasiado íntimo, muy personal.

—Porque lo es. ¿Qué dices?

—No le daré esto a Luciano.

—La que te di a revisar puedes dársela a él. ¿Qué opinas de esta?

—¿Nuestro capullo? —asintió—, es mi parte favorita.

—¿En serio?

—Sí. Se puede quedar así y repites el título.

—Bien.

—¿Por qué puedes brillar en mi sombra?

—No lo sé.

Se levantó y fue a dejar la guitarra al cuarto de grabación. Regresó hablando de otro tema y dejé el primer tema por sentado. Se sentó a mi lado y se recostó en mi pecho.

—Bueno, entonces la otra se le quedará a Luciano.

—Sí. Hazla sonar bien.

—Lo haré.

—Cambiando de tema. Quisiera salir con Laia este fin.

—¿O sea este viernes?

—Sábado.

In die Nacht - Zurück zu dir... Zurück zu us [Parte 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora