del amor al odio hay un solo paso, al
menos eso es lo que dicen siempre,
y mora está cansada de oírlo; al menos
cuando está junto a rey.
rey x oc ;; primer fanfic de rey.
margarita universe
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tercera persona
ASÍ DE RÁPIDO COMO HABÍA LLEGADO LA EMOCIÓN, SE DESVANECIÓ, DEJANDO UN VACÍO AUTÉNTICO. El auditorio, que había estado tan lleno de vida, ahora parecía helado, como si todo el aire hubiera sido succionado de golpe.
Se quedó paralizada mientras Margarita se ponía de nuevo su abrigo con una tranquilidad que no parecía propia de alguien que acababa de recibir una noticia tan devastadora.
Se acercó lentamente, sin saber muy bien qué decir. Todavía no entendía bien cómo podía haber pasado eso. Margarita había sido espectacular, conmovedora, inolvidable. Sentía un nudo en el estómago, como si algo no estuviera bien. No, nada estaba bien. No podía ser que Margarita no hubiera quedado. No después de lo que acababa de hacer, de la canción que había interpretado con tanta pasión y sentimiento.
—¡Lo hiciste increíble! —dijo Mora, intentando inyectar algo de energía en sus palabras, aunque no estaba segura si hablaba más para ella que para su amiga—. Te juro que no entiendo... No entiendo cómo no quedaste.
Margarita soltó una pequeña risa, pero era amarga, casi dolorosa.
—No pasa nada, Morita —su voz sonaba forzada, como si intentara convencerse a sí misma tanto como a ella—. Ya está. No era para mí.
—¿Cómo que no era para vos? —Mora sentía que el enojo le estaba subiendo desde la panza hasta la garganta—. Vos sos increíble, Marga. ¡La rompiste allá arriba! Hasta Delfina estaba llorando, ¿vos la viste? ¿Viste cómo te miraba?
—Sí, la vi. Pero bueno, ella sabrá lo que hace. Capaz no soy lo que busca. Así es esto, ¿no? A veces no importa cuán bien lo hagas. Si no hay lugar, no hay lugar —respondió Margarita, su voz suave pero firme.
—¡Pero lo hiciste increíble! —Mora sentía la indignación crecer dentro suyo—. No puedo creer que no te hayan elegido, Margarita. ¡Fue hermoso! ¡Yo estaba segura de que te iban a seleccionar!
Margarita bajó la mirada y se encogió de hombros, como si lo que había pasado no fuera gran cosa. Pero Mora podía ver el temblor en sus manos mientras se abrochaba el abrigo, la forma en que sus labios se apretaban con fuerza, conteniendo las lágrimas que no quería dejar salir.
—Gracias, Mora, de verdad. Pero bueno, así es la vida. A veces, por más que pongas todo de vos, las cosas no salen como esperabas. No pasa nada.
Pero sí pasaba. Para Mora, esto no era justo. No lo era en absoluto. Margarita había merecido quedar tanto o más que cualquier otra persona que había visto durante las audiciones.
—No puedo creer que esto esté pasando —repitió Mora, mordiéndose los labios—. Escuché a todos, Margarita. ¡Y vos fuiste la mejor!
—Mora, no te preocupes por mí. De verdad. Esto no es el fin del mundo. Vos quedaste, y eso es lo importante.
