La noche londinense se cernía como un manto de oscuridad y frío. Las luces de las farolas apenas iluminaban las calles vacías, y la bruma del río impregnaba el aire con su humedad. En la esquina más distinguida de St. James, un hombre alto y de porte imponente emergía de las puertas de White's, el club de caballeros más exclusivo de la ciudad. Anthony Bridgerton, vizconde y primogénito de la familia más influyente de la alta sociedad, parecía estar sumido en sus pensamientos mientras ajustaba los guantes de cuero negro. Había pasado una velada interminable en el club, debatiendo con sus amigos sobre trivialidades que, en ese momento, le parecían insoportables.
"Todos se han ido ya, menos yo," pensó con cierta molestia. La soledad no le era desagradable, pero la incomodidad de sus propias expectativas comenzaba a pesarle. El título, la responsabilidad, el apellido. Todo recaía sobre él como una losa.
Mientras Anthony cruzaba la calle, una figura oscura lo observaba desde las sombras, ágil y alerta como un felino. Selena había seguido a muchos hombres ricos a lo largo de los años, pero había algo en aquel caballero que la mantenía curiosamente en guardia. Es solo otro más, se dijo, ajustando la capucha que cubría su cabello oscuro. Ella no buscaba enfrentamientos, solo sobrevivir. Y esa noche, el vizconde parecía un objetivo lo suficientemente sencillo. Rico, despreocupado y sin compañía. No sabrá qué lo golpeó.
Selena avanzó sigilosamente, midiendo el ritmo de sus pasos para no llamar la atención. Sin embargo, antes de que pudiera acercarse lo suficiente, Anthony detuvo su marcha, como si algo invisible lo hubiese alertado. El vizconde giró sobre sus talones con una precisión que solo alguien acostumbrado a enfrentarse a peligros mayores podría tener.
—¿Quién anda ahí? —su voz era grave, autoritaria, y con un leve toque de hastío. Había pasado demasiadas noches sorteando a las jóvenes debutantes y a sus desesperadas madres como para ser fácilmente intimidado.
Selena se mantuvo en silencio, evaluando la situación. No era su intención enfrentarse directamente, pero algo en aquel hombre la hizo vacilar. Había dureza en su mirada, una especie de frialdad que no había esperado encontrar en un miembro de la alta sociedad.
Anthony entrecerró los ojos al percibir una sombra moviéndose entre los edificios. No era nuevo en los peligros de Londres, aunque no se consideraba el típico caballero temeroso. Dio un paso adelante, sus ojos fijos en la figura que lo acechaba.
—Si pretendes robarme, te sugiero que lo reconsideres —dijo, esta vez con una sonrisa irónica—. No soy tan fácil de sorprender.
Selena esbozó una ligera sonrisa, aunque él no podía verla. Con que no es tan fácil de sorprender, eh.
—No es precisamente el robo lo que tengo en mente —dijo ella finalmente, su tono tan ligero como la brisa nocturna.
La voz lo desconcertó por un momento. Anthony no se esperaba una respuesta tan directa ni una voz tan femenina. Dio un paso más hacia el lugar donde ella se ocultaba, y la luz de la farola más cercana reveló parcialmente a la joven de pie frente a él. A pesar de la oscuridad, su porte y la seguridad en su mirada lo hicieron detenerse.
—¿Entonces, qué es lo que pretendes? —preguntó con un destello de desafío en los ojos.
Selena lo observó en silencio, sus ojos oscuros examinando al vizconde con detenimiento. Había algo en él, en su actitud, que la irritaba. Era la confianza de un hombre acostumbrado a que el mundo se doblegara a sus pies. Un noble más que cree tener todo bajo control. Pero bajo su porte altivo, también detectó algo más profundo, quizás algo que él mismo ignoraba.
—Digamos que buscaba algo de valor —respondió ella, sus palabras cuidadosamente calculadas—, pero parece que ya he encontrado algo más interesante.

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Entre luces y sombras (Anthony Bridgerton)
FanfictionEntre la sofisticación de la alta sociedad y el misterio de la noche, el vizconde Bridgerton se ve envuelto en una enigmática relación con una ladronzuela que desafía las reglas de su mundo.