capitulo 19 (quedate conmigo)

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El tour había terminado hacía semanas. Michael y TN habían regresado a la tranquilidad de Neverland, su hogar. La calma del lugar, lejos de la frenética energía de la gira, debía haber sido un alivio, pero la situación de TN se había vuelto cada vez más preocupante.

Desde que la gira terminó, TN se había sumergido en un ciclo de ansiedad que Michael intentaba entender, pero no lograba detener. Había días en los que apenas comía, excusándose con que "no tenía hambre", y aunque Michael notaba su delgadez, TN siempre encontraba maneras de restarle importancia. Pero hoy, todo se sentiría diferente.

Era una tarde fresca en Neverland, y TN se encontraba sola en la gran sala de estar. Michael estaba en su estudio, trabajando en nuevos proyectos musicales. TN, sin embargo, estaba débil. Apenas podía mantenerse en pie mientras caminaba hacia la cocina, intentando ignorar el mareo que la invadía.

Se miró en el espejo de la cocina y lo que vio fue alarmante: sus huesos sobresalían de su piel como si estuvieran reclamando atención, y sus ojos, aunque brillantes, reflejaban un cansancio profundo. Su cuerpo ya no podía seguir ignorando el daño.

Mientras intentaba abrir la puerta del refrigerador, sus manos temblaron. Una ola de mareo la golpeó con más fuerza, y antes de que pudiera procesarlo, su vista se oscureció. TN se desmayó, su cuerpo cayendo al suelo con un golpe sordo.

Michael, desde el otro lado de la casa, escuchó el ruido. Sintió un escalofrío recorriéndole la espalda y corrió hacia la cocina. Al entrar, vio a TN tirada en el suelo, inmóvil. Su corazón se detuvo por un segundo, el pánico instalándose en su pecho.

-¡TN! -gritó, arrodillándose rápidamente a su lado.

La levantó con cuidado, y la delgadez extrema de su cuerpo le golpeó como nunca antes. Parecía mucho más frágil de lo que había notado, y ahora, mientras la sostenía en sus brazos, podía sentir el verdadero peso de su lucha. Apenas 25 kilos. ¿Cómo no lo había visto antes, con claridad?

-Dios mío... -murmuró, acariciándole el rostro pálido-. No te vayas... por favor, no te vayas.

La llevó con rapidez al sofá y le mojó la frente con un paño húmedo, intentando que despertara. Llamó inmediatamente a su médico privado, quien prometió llegar en cuestión de minutos. Michael estaba angustiado, sin saber qué más hacer.

Minutos después, TN comenzó a moverse, abriendo lentamente los ojos. La primera cosa que vio fue la expresión desesperada de Michael, sus ojos llenos de miedo.

 La primera cosa que vio fue la expresión desesperada de Michael, sus ojos llenos de miedo

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-¿Qué... qué pasó? -susurró ella, su voz apenas audible.

-Te desmayaste, TN. Estabas en el suelo cuando te encontré -dijo él, su voz entrecortada-. No sé cómo llegamos a esto, pero no puedo perderte. Necesitamos ayuda, ahora.

Ella lo miró, y las lágrimas comenzaron a caer. Sabía que había llegado a su límite, que su cuerpo no podía más. Durante meses había ignorado las señales, se había convencido de que estaba bien, pero ahora, viendo el dolor en los ojos de Michael, entendió lo grave que era la situación.

-No quiero seguir así -dijo ella con voz temblorosa-. No puedo más, Michael. Ya no sé cómo parar.

Michael la abrazó con fuerza, conteniendo sus propias lágrimas

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Michael la abrazó con fuerza, conteniendo sus propias lágrimas. Sentía una mezcla de tristeza, miedo y culpa por no haber visto la magnitud del problema antes.

 Sentía una mezcla de tristeza, miedo y culpa por no haber visto la magnitud del problema antes

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-Te prometo que vamos a superar esto -dijo con firmeza-. No estás sola. Vamos a buscar la ayuda que necesitas, y estaremos juntos en esto. No voy a dejarte sola en esto, TN.

El médico llegó poco después, confirmando lo que Michael ya sabía: TN estaba en un estado crítico. La anorexia había consumido su cuerpo, y su salud estaba en peligro si no tomaba medidas inmediatas.

El diagnóstico fue un golpe, pero también fue el primer paso para cambiar las cosas. Michael organizó de inmediato un plan con el médico, buscando especialistas y comprometiéndose a estar al lado de TN en cada etapa de su recuperación.

Esa noche, mientras TN descansaba bajo la mirada atenta de Michael, ambos sabían que el camino que tenían por delante sería largo y doloroso. Pero también sabían que este era el momento de enfrentar sus demonios y sanar, juntos.

Neverland, que había sido un refugio, ahora sería el lugar donde comenzarían de nuevo, enfrentando el dolor y el miedo con valentía. Y aunque el futuro se sentía incierto, Michael no dejaría que TN enfrentara esta batalla sola.

todo puede pasar en una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora