capitulo 29(si quieres vivir)

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Capítulo siguiente:

El día comenzó como cualquier otro, con la rutina a la que TN ya se había acostumbrado. Se despertaba, intentaba desayunar algo, pero la sensación de vacío siempre volvía a su estómago. Michael había salido temprano para una reunión, y aunque él insistió en quedarse, TN le pidió que fuera. Quería un poco de espacio para sí misma, aunque la soledad la aterraba más de lo que estaba dispuesta a admitir.

Sin embargo, esa mañana fue diferente. Mientras se vestía, comenzó a sentirse mareada, su visión se nublaba por momentos y sus manos temblaban. Trató de ignorarlo, pensando que era solo otro día en el que su cuerpo le recordaba lo debilitada que estaba. Pero cuando intentó caminar hacia la cocina, todo se volvió borroso. Sentía el mundo moverse debajo de ella, y el sonido de su corazón palpitando en sus oídos.

De repente, el piso se sintió más cerca. TN intentó sostenerse de algo, pero no lo logró. El mundo a su alrededor giraba más rápido de lo que podía procesar. Su cuerpo, agotado y frágil, no pudo resistir más. En cuestión de segundos, todo se volvió negro.

Horas más tarde, TN despertó en un entorno blanco y frío. Los sonidos de máquinas y pasos apresurados llegaban a sus oídos antes de que pudiera abrir completamente los ojos. Al hacerlo, se dio cuenta de que estaba en una cama de hospital, conectada a varios cables y monitores que registraban cada uno de sus signos vitales.

El pánico la invadió al instante. Trató de moverse, de arrancarse los cables, pero una mano suave la detuvo.

 Trató de moverse, de arrancarse los cables, pero una mano suave la detuvo

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—Tranquila, TN —dijo Michael, su voz cargada de preocupación—. Estás en el hospital. Estás a salvo.

Los ojos de TN se llenaron de lágrimas al ver el rostro de Michael, sus ojos hinchados de tanto llorar y su cabello desordenado como si no hubiera dormido en días. La desesperación en su expresión fue suficiente para que ella entendiera que algo muy grave había ocurrido.

 La desesperación en su expresión fue suficiente para que ella entendiera que algo muy grave había ocurrido

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—¿Qué pasó? —preguntó con la voz débil.

—Te desmayaste —respondió Michael, su voz quebrada—. Cuando llegué a casa, te encontré en el suelo. No reaccionabas. No sabías lo asustado que estaba... pensé que te había perdido.

Las lágrimas empezaron a caer de los ojos de TN mientras Michael tomaba su mano, sosteniéndola con una firmeza desesperada, como si temiera que pudiera desaparecer en cualquier momento.

—Los médicos dijeron que tu cuerpo... —Michael hizo una pausa, luchando por mantener la compostura—. TN, tu cuerpo está colapsando. No tiene las fuerzas para seguir adelante si no recibes ayuda. Te han internado porque necesitan estabilizarte.

TN se quedó en silencio, la gravedad de la situación cayendo sobre ella como una tonelada de ladrillos. Sabía que su estado era crítico, pero escuchar las palabras en voz alta la golpeó de una manera diferente. No solo era el cansancio emocional, sino que su cuerpo estaba al límite, algo que había estado negando durante tanto tiempo.

—No... —murmuró, sacudiendo la cabeza—. No quiero estar aquí. No quiero estar en un hospital. No puedo hacerlo.

Michael se inclinó hacia ella, su voz rota pero firme.

—Tienes que hacerlo, TN. Por favor. Los médicos dicen que no hay otra opción. No puedes seguir así, no si quieres vivir.

Las palabras "si quieres vivir" resonaron en la mente de TN, provocándole una oleada de miedo y desesperación. Todo lo que había intentado ocultar, toda la tristeza que había reprimido, de repente parecía volverse tangible, una realidad que ya no podía evitar.

—Pero... yo no sé si puedo —susurró, la voz temblorosa—. No sé si tengo la fuerza.

Michael apretó su mano con más fuerza, sus ojos llenos de lágrimas.

—No tienes que tenerla sola. Estoy aquí. Voy a estar contigo en cada momento, no importa lo que pase, no importa cuánto tiempo tome. Pero tienes que intentarlo, TN. Tienes que luchar por ti, por nosotros.

Las lágrimas de TN caían sin control, mientras su cuerpo frágil parecía hundirse más en la cama del hospital. Las palabras de Michael la alcanzaban, pero el miedo seguía siendo abrumador. Temía enfrentarse a la recuperación, temía que, incluso con todo su esfuerzo, nunca podría ser la persona que él merecía.

—No quiero hacerte pasar por esto... —murmuró, con la voz rota—. No es justo para ti.

Michael, con los ojos llenos de dolor, negó con la cabeza.

—Lo único que no sería justo es perderte. No me importa lo difícil que sea, lo único que me importa es que estés aquí, conmigo. Por favor, TN. No me dejes.

TN lo miró, su corazón dividido entre el miedo y el amor que sentía por él. A pesar de su fragilidad, a pesar de sentirse rota, algo en las palabras de Michael le dio una chispa de esperanza. Tal vez no estaba lista para rendirse aún. Tal vez, por él, por ellos, podría encontrar la fuerza que tanto le faltaba.

Se recostó en la cama, agotada, mientras Michael se inclinaba hacia ella, besando suavemente su frente.

—Estoy contigo, TN —susurró—. Siempre.

todo puede pasar en una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora