Los cagadones de Johnny: Disney 's Cut

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En la línea temporal donde Kitana se había convertido en la guardiana del tiempo, se encontraba meditando en las serenas montañas de Edenia. La tranquilidad del lugar la rodeaba, pero su mente siempre estaba alerta, conectada a los hilos del tiempo. De repente, sintió una perturbación, una comunicación que venía a través de rezos. Era el Liu Kang de esa línea temporal.

Kitana abrió los ojos lentamente, sonriendo con nostalgia.

—Excelente muchacho... Me recuerda mucho a... mi Liu Kang —murmuró para sí misma, sus pensamientos y sentimientos entrelazados con recuerdos del campeón de la Tierra.

Antes de poder profundizar más en sus reflexiones, una figura familiar apareció a lo lejos. Era Geras, su leal asistente en la vigilancia del flujo temporal. Aunque respetaba su espacio, parecía tener una preocupación que no podía ignorar.

—Kitana... lamento invadir tu privacidad —dijo Geras con respeto mientras se acercaba.

Kitana se levantó de su posición de meditación y lo miró con serenidad.

—Geras, no te disculpes. ¿Dime, qué ocurre?

Geras se aclaró la garganta, un tanto incómodo.

—Es sobre Janneth Cage... He recibido múltiples quejas de las campeonas tanto de Edenia como de la Tierra. Resulta... irritante para ellas.

Kitana suspiró, colocando una mano en su cadera.

—Y pensé que hacerlo mujer cambiaría algo —dijo Kitana con una ligera sonrisa irónica. Sabía que las variantes de Johnny Cage siempre traían consigo su particular y caótica energía, sin importar el género o el tiempo.

Geras inclinó la cabeza ligeramente, sin perder su compostura.

—Parece que la actitud irreverente y provocadora de Janneth Cage ha tenido el mismo efecto que su contraparte masculina. Las guerreras edenianas no están acostumbradas a su... humor.

Kitana, aunque siempre mantenía una postura solemne como guardiana del tiempo, no pudo evitar soltar una pequeña risa.

—Supongo que no importa cuántas veces reorganicemos el tiempo o los roles, Johnny o Janneth siempre encontrarán la manera de destacarse por las razones equivocadas.

Geras, aunque serio, asintió en señal de comprensión.

—¿Debería intervenir?

Kitana hizo una pausa, pensativa.

—No... Dejemos que las campeonas de Edenia y la Tierra manejen a Janneth a su manera. Quizás aprenderá una lección... o al menos, será entretenido ver cómo lo intentan.

Kitana, habiendo decidido tomar un breve respiro de sus deberes como guardiana del tiempo, descendió a la Tierra. Las vibraciones del mundo terrenal la recibieron con su energía vivaz y caótica, tan diferente de la tranquilidad de las montañas de Edenia. Aunque había bajado para observar cómo iban las cosas en la línea temporal, pronto notó algo que capturó completamente su atención.

Al acercarse al dojo donde entrenaban algunos de los campeones de la Tierra, vio a Janneth Cage, la versión femenina de Johnny Cage, riéndose coquetamente con Liu Kang. Janneth estaba recostada contra una pared, con esa actitud despreocupada que la caracterizaba, lanzando bromas juguetonas mientras jugueteaba con su cabello.

—Vamos, Lulú... —dijo Janneth, con una sonrisa seductora—. Todo el mundo sabe que eres el campeón, pero seguro que no eres tan rígido como parece. ¿O sí? Sabes que soy irresistible. Si alguna vez te aburres de las cosas serias... ya sabes dónde encontrarme... Podrías mostrarme "el dragón que escondes"

—Tal vez sea la primera vez que lo escuchas, pero, me halaga tu... entusiasmo, pero sólo te veo como amiga —respondió, notando cómo le daba en su ego.

Sin embargo, algo en esa escena comenzó a irritar profundamente a Kitana. Aunque era una maestra en el control de sus emociones, la idea de que alguien intentara acercarse a Liu Kang, especialmente alguien con la naturaleza descarada de Janneth, la hizo recordar al Liu Kang de su propia línea temporal. Aquel que había sido su amor y compañero en tantas batallas.

Sus pensamientos comenzaron a llenarse de celos, algo que rara vez sentía. "¿Cómo se atreve?", pensó Kitana mientras sus ojos se entrecerraban, observando a Janneth con creciente incomodidad.

Con un paso decidido, Kitana caminó hacia ellos, cada movimiento suyo mostrando la gracia y autoridad que emanaba de su puesto como guardiana del tiempo. El aire alrededor pareció cambiar cuando ella se acercó, y Liu Kang fue el primero en notar su presencia.

—Lady Kitana... —murmuró con sorpresa, inclinando la cabeza en señal de respeto.

Janneth, que aún no había notado la llegada de Kitana, sonrió traviesamente.

—¡Ah! Así que... se lo quieres hundir a nuestra creadora... ¡Qué horror! Y yo que me conservaba pura para ti—dijo con un tono burlón, todavía jugueteando con la situación.

Kitana fue testigo de cómo, debido al comentario de su amiga, la mandíbula de Liu Kang se caía, dejándolo con la boca abierta de la impresión.

La mirada gélida de Kitana pareció atravesar el aire entre ambas mujeres. Janneth levantó las cejas, claramente sorprendida, pero no parecía intimidada.

—Whoa, calma, reina del drama —respondió Janneth—. Solo me estaba divirtiendo. Pero hey, si quieres que me retire, no tienes más que decirlo.

—Liu Kang no necesita distracciones innecesarias, Janneth. Él está dedicado a su entrenamiento y a proteger la Tierra. Es lo que lo hace especial. No sé si eso es algo que puedas entender... o respetar.

Liu Kang, sintiendo que la situación estaba escalando, decidió intervenir con suavidad.

—Kitana, Janneth no significa ningún daño. Es sólo su forma de ser —dijo, buscando apaciguar las tensiones—. No tienes que preocuparte por ella, mi enfoque sigue siendo el mismo: proteger la Tierra y a aquellos que amo.

Kitana lo miró por un momento, y sus facciones se suavizaron ligeramente. Sabía que Liu Kang hablaba con sinceridad, pero la sola idea de que alguien intentara desviar su atención, incluso en broma, le resultaba intolerable.

Kitana observó a Liu Kang con una mezcla de firmeza y preocupación, su autoridad evidente en su postura.

—Sin embargo, por favor, retoma tus entrenamientos —dijo Kitana, su tono resoluto pero comprensivo.

Janneth, aún con una sonrisa juguetona, no pudo resistir la oportunidad de hacer una última broma.

—¿Y mi agarrón de nalga? —preguntó Janneth con una risa ligera.

Kitana frunció el ceño, claramente exasperada.

—¡LARGO DE AQUÍ!

Janneth, reconociendo que era el momento de irse, se dio media vuelta y salió del dojo con una risita, dejando a Kitana y Liu Kang en una atmósfera más tranquila.

Liu Kang, viendo la situación bajo un nuevo enfoque, asintió con respeto hacia Kitana.

—Me retiro entonces, Lady Kitana.

Kitana lo miró con una mezcla de seriedad y un toque de preocupación.

—Asegúrate de no hablar muy seguido con Janneth Cage cuando tenga esos comportamientos... Oh, y por si acaso... Aléjate de Kung Lao también.

Liu Kang frunció el ceño, confundido.

—¿Por qué Kung Lao?

Kitana, con una expresión enigmática, simplemente respondió.

—Sólo hazlo.

Con eso, Liu Kang se inclinó ligeramente y se dirigió hacia el área de entrenamiento, mientras Kitana permanecía allí, observando la tranquilidad del lugar y reflexionando sobre si en otra linea temporal podría haber sido su amado quien gobernase.

One Shots random de Mortal KombatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora