Soledad 1/2

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Después de la épica batalla que había desencadenado en la derrota de la Alianza Mortal y el Rey Dragón, el templo de Wu Shi resplandecía con un nuevo aire de esperanza y renovación. Kung Lao había asumido la responsabilidad de liderar el templo, pero a pesar de la victoria, una profunda tristeza lo embargaba. Su mente estaba llena de recuerdos de su mejor amigo, Liu Kang, quien había caído en la lucha a manos de la alianza mortal, muriendo quien antaño había estado sacrificándose para asegurar la paz en el Reino de la Tierra.

Una noche, bajo la luz tenue de las estrellas, Kung Lao decidió dar un paseo por los tranquilos patios del templo. Las antorchas parpadeaban suavemente, creando sombras danzantes que parecían susurrar historias de héroes pasados, el gran Kung Lao entre ellos. A medida que avanzaba, el peso de su responsabilidad se hacía cada vez más evidente. Era un líder ahora, y debía ser fuerte para sus alumnos, para todos los que habían depositado su confianza en él.

Pero en la soledad de la noche, sin que nadie lo viera, las emociones comenzaron a aflorar. Se detuvo en un rincón apartado, un lugar donde solía entrenar junto a Liu Kang. Con el corazón desgarrado, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

—No sé vivir sin ti, hermano... —susurró Kung Lao, su voz quebrándose mientras miraba al suelo. Las memorias de su infancia, las risas compartidas, los entrenamientos, y las batallas codo a codo inundaron su mente. Sin Liu Kang, el mundo se sentía incompleto, vacío.

Recordó sus últimas palabras antes de la batalla final, el compromiso de luchar hasta el final y proteger a su hogar. Pero ahora, Kung Lao se encontraba solo en su lucha, cargando con el peso de un legado que no sabía si podría sostener. La presión de ser el nuevo líder de Wu Shi lo ahogaba, y la idea de defraudar la memoria de su hermano lo llenaba de miedo.

—Prometí proteger a este lugar, a nuestros hermanos Shaolin... —dijo Kung Lao en voz baja, sintiendo cómo el dolor lo consumía. —Pero sin ti, Liu Kang, no sé si tengo la fuerza suficiente.

Con cada palabra, el recuerdo de su hermano se hacía más vívido, como si estuviera a su lado, instándolo a seguir adelante. Aun así, el vacío que había dejado era insustituible. Kung Lao se arrodilló, dejando que sus lágrimas cayeran al suelo, como una ofrenda a su hermano caído.

En ese momento de vulnerabilidad, sintió un leve susurro en el viento, una corriente que parecía llevar consigo el espíritu de Liu Kang. Era un recordatorio de que, aunque físicamente ya no estuviera presente, su legado y su fuerza vivirían en Kung Lao, en cada entrenamiento, en cada victoria.

Se levantó lentamente, secándose las lágrimas con determinación renovada. Sabía que debía seguir adelante, no solo por él, sino por Liu Kang y por todos los que habían luchado y caído. Debía honrar su memoria convirtiéndose en el líder que el templo necesitaba.

—Te prometo que no te olvidaré, hermano. Te llevaré conmigo en cada decisión que tome. Tu espíritu guiará mis pasos.

Con esa promesa en su corazón, Kung Lao dio un paso firme hacia el futuro. El camino no sería fácil, pero sabía que la fuerza de su hermano siempre estaría con él, y que, a través de su recuerdo, podría encontrar el valor para liderar y proteger a Wu Shi.

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ESTE  SÍ ES KUNG LAO PTM!! Jódete Kung Lao de MK11.

- Admin

One Shots random de Mortal KombatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora