Capítulo 17

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Capítulo 17: Cuando alguien puede literalmente ver a través de ti... ¿es una señal para que te lances a sus brazos?

La vida pronto volvió a la normalidad con el regreso de nuestros padres. O, en nuestro caso, al nivel de normalidad al que podíamos aspirar teniendo en cuenta nuestra realidad. Pero, afortunadamente, pudimos ver cómo se iba yendo septiembre sin mayores percances.

Habíamos visitado a mis abuelos en alguna que otra ocasión, y en todas me sorprendí de lo rápido que se habían recuperado.

Mi madre había seguido trabajando para los Muller, y aunque ahora solo tenía que cocinar para tres, ya que Jude se había ido a Londres a empezar la universidad, le habían mantenido el sueldo, que ya de por sí era bastante generoso.

Hades también había empezado su curso en la escuela de arte, y pasaba fuera de casa gran parte del día. Y a pesar de que no habíamos vuelto a tener una conversación más allá de las palabras «hola» y «adiós», sospechaba que si no pasaba más tiempo en casa era por mi culpa. Como si mi proximidad le molestara o le hiciera algún daño y prefiriera estar en cualquier otra parte antes que en la casa colindante a la mía.

Por extraño que pareciera, yo siempre sabía cuándo Hades estaba o no estaba en casa sin necesidad de preguntar. Mi cuerpo sentía su proximidad o su lejanía. Sabía que estaba cerca cuando experimentaba un raro e intenso anhelo en mis entrañas de algo que todavía no había conocido, y podía percibir que estaba lejos cuando la ansiedad me trepaba por el cuello y empezaba a faltarme el aire de repente, como si llevara días corriendo sin parar y estuviera a punto de desfallecer. Me había dado cuenta de esto porque, cuando Lilith me invitaba a pasar la tarde a su casa, el cien por cien de las veces podía confirmar mis sospechas sobre el paradero de su hermano basándome en mi estado de ánimo o en mi nivel de inquietud.

Estaba empezando a pensar que me estaba volviendo completamente loca por ese chico. ¿Había llegado ya el momento de pedir ayuda profesional? Tal vez hubiera psicólogos que ofrecieran sesiones de terapia por teléfono. Pensándolo bien, no sería mala idea. Intentaría acordarme de investigar sobre aquello cuando volviera del instituto.

Por suerte, seguía pasando completamente desapercibida entre el alumnado. Incluso los profesores solo parecían conocer mi nombre gracias a tenerlo escrito en el listado para controlar la asistencia.

Lilith, por el contrario, continuó siendo la estrella del lugar. No solo era popular entre nuestros compañeros de clase, sino también entre los alumnos del resto de cursos. Todo el mundo quería su compañía y trataba de impresionarla de una u otra manera para ganarse su amistad. Me alegraba por ella porque, cada vez que la miraba, siempre tenía una amplia sonrisa en su bello rostro. Estaba claro que había nacido para brillar y ser el centro de atención, y podía verse que disfrutaba con ello.

Igual que lo había hecho yo en mi otra vida, cuando era Mary Brown y no Mary Clark.

No podía negar que me apenaba un poco no poder brillar al lado de Lilith, no poder mostrarme tal y como en realidad era. Estaba segura de que habríamos hecho un gran equipo juntas... pero lamentablemente solo podía observar de lejos cómo Lilith estaba teniendo todo lo que una vez había sido mío.

La verdad era que esta diferencia de popularidad entre ambas había provocado que nuestra amistad ya no ocupara el centro de su atención, y por algún motivo eso me hacía sentir miserable. La veía ir y venir por los pasillos del instituto del brazo de sus nuevas amigas, quedar con ellas por las tardes y hacer planes fuera de casa... planes a los que solía invitarme, planes que yo siempre rechazaba. Llegó un momento en el que dejó de intentar integrarme en su grupo y empezó a encontrar maneras de volver a conectarnos y compartir momentos.

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⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

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