SCP-076: Abel.

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Música para acompañar el capítulo:

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Se podía sentir de una forma tan íntima y real... tan familiar. Desde lo físico hasta lo espiritual; desde lo mortal y codicioso hasta lo demoníaco y arrogante.

La gracia del existir de un mito, de una leyenda viviente como Caín, ahora clasificada como: SCP-073, descendía sobre estos pobres diablos y era entregada a sus manos como una verdad que debía ser aceptada y asimilada

Porqué ante ellos esta la verdad de las cosas.

Pues la tierra que ellos miraban, no era cualquiera y que mucho de lo que ellos sabían o experimentaron...

Era la punta del Iceberg.

Tantas culturas y civilizaciónes existian, que la proyeccion de un ser como Caín resultaba en la intrínseca conexión con la parte de la historia que nunca fue conocida, del como lo anómalo expandió más el poder e historia de estas figuras que habran sido y son más poderosas e importantes que en su pequeño mundo.

Y sin embargo, en contra de todo pronóstico, aquí le veían. Cientos de humanos de todas las clases y las épocas parándose en las veredas exteriores del Sabato, o asomándose por las ventanas de los calabozos, desde los postigos y balcones. Observando con una ardiente y doliente expectativa los inmensos vericuetos en la historia.

Contadas fueron las voces que odiaban tener que compartir la misma sangre que el primer asesino, la gracia de ser hermanos de una anomalía en otro mundo pero lo que más odiaban... lo que más les aborrecía era la tranquilidad mundana de un SCP como Caín para intentar redimir lo que hizo, siendo quizás objeto de una fuerza mayor y rota para elevarlo...

Con su simple y honesta presentación en el ahora ya pasado, Caín fue capaz... no... el SCP-073 fue capaz de romper la misma visión ignorante de la humanidad y los demonios, capaz de mostrarles que los monstruos, siempre serían monstruos.

Ya sea por su nacimiento marcado por el castigo de """"Dios"""".

O por el origen de una voz más cercana y paternal...

Ver los miembros, médula espinal y omóplatos artificiales de Caín fue ver una imagen labrada por la muerte y el remordimiento que manchaba su corazón, por el odio que algún otro tenía hacia él... un recuerdo ingrato de la historia anómala.

En otra zona del Sabato.

-Y vaya que no exageraban con las enormes presiones y el ambiente asfixiante que solo ocasionaba una grabación... -suspirando en una serie cortada pero constante, Martin Lutero se apretaba el pecho, incluso a esta figura le dolia sentir el aire llegar a sus pulmones-, jamás creí que un personaje bíblico pudiese ser realizado mediante lo anómalo... lo que resulta un poco reconfortante, ya que se inclinó a favor del Consejo O5 y la Fundación.

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