SCP-722: Jörmundgandr.

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La conmoción, euforia y emoción tintada a veces de una ruda y despreocupada diversion llovían a gritos, con vítores, aplausos y risas por doquier donde se mirase, que desbordaba las miles, no, las millones de graderías en sus distintas secciones y...

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La conmoción, euforia y emoción tintada a veces de una ruda y despreocupada diversion llovían a gritos, con vítores, aplausos y risas por doquier donde se mirase, que desbordaba las miles, no, las millones de graderías en sus distintas secciones y su alta variedad de niveles.

La conmoción, euforia y emoción tintada a veces de una ruda y despreocupada diversion llovían a gritos, con vítores, aplausos y risas por doquier donde se mirase, que desbordaba las miles, no, las millones de graderías en sus distintas secciones y...

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Donde humanos y demonios se encontraban hasta el copete de lágrimas que no se guardaban por su incontrolable sentido del humor y del buen rato que pasaron, una vista única e incomparable.

¡La paz antes de la tormenta!

¡La calma antes del caos!

¡La risa antes del llanto!

Decían algunos demonios empedernidos que imitaban las acciones del SCP-049-J picando a humanos y demonios con sus cosplays del Tipo de la Plaga.

Chistes, maldiciones y más aún proliferante, las críticas a la existencia de una versión inversa del antaño temido Médico de la Peste resonaron como un crujir de opiniones que se destrozaban entre sí, tropezandose con más y más risas y burlas, o agradecimientos por ese cómico SCP.

Los distintos humanos de todas las épocas imaginables se reunían hombro con hombro para seguir charlando y divirtiéndose entre el mismo jadeo colectivo, una variedad que era sorprendente por esa acción; desde caballeros, bárbaros, paladines y guerreros de las más antiguas épocas humanas que se diversificaban en griegos, romanos, chinos, japoneses, africanos, mesoamericanos y un largo etc se sumaban a ese ruido monumental de un momento de júbilo por todo los malos ratos que se hicieron presentes antes.

Para muchos de ellos, fue un ejemplo de piedad que se les presentará una anomalía bromista o una anomalía que su misma peligrosidad no era más que una cordialidad pasada a segundo plano.

¿Cómo podían tomarse en serio una anomalía así?

¿Era eso algo por lo que burlarse y jactarse de sentirse "superiores"?

¿De donde había salido?

¿Por qué se sentía tan inútil pero a la vez, algo necesario para equilibrar un mundo oscuro y tenebroso?

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