SCP-5733: Cuchillo. Grito. Corte a negro.

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Música para acompañar el capítulo 1/2:

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Música para acompañar el capítulo 1/2:

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La enigmática y abrumadora carga se cernía sobre todos los presentes, desde las más tétricas efigies demoníacas hasta las más execrables facciones humanas. Bajo las máscaras desgarradas de emociones indomables, el terror palpable se desbordaba, creando un caos digno de una epopeya.

Esta anomalía concebida por el velo de lo misterioso era un espectáculo único y desgarrador, donde los corazones latían con la ferocidad de volcanes en erupción, los ojos vagabundos buscaban desesperadamente un ápice de sentido y razón en medio del dolor que desfiguraba sus iris. El sudor traicionero se deslizaba entre los dedos trémulos, palpable evidencia de su falta de control.

Los labios, húmedos y ajados, parecían sumidos en sus propias cavilaciones, más cromáticos que nunca en medio de la confusión reinante. Algunos se aferraban a sus pardas cabezas, sintiendo cómo el cabello se les escurría entre los dedos, mientras otros apretaban los dientes en un choque constante de impulsos incontrolables.

En este escenario, la manifestación física del tormento y la desesperanza se reflejaba en cada gesto y mirada, creando un entorno conmovedor y desconcertante.

Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha venerado a seres de todos los rincones del universo, desde demonios a semidioses, pasando por Dioses que regían los destinos de mortales y divinidades. Este tríplice vínculo se consideraba inmutable, un pilar de creencias que parecía eternamente arraigado en la conciencia colectiva.

Sin embargo, una presencia desconocida y cruel, una madre de un ojo que observaba desde lo más alto, se apropió de esta creencia ancestral y la transformó, expandiéndola hasta convertirla en algo más profundo y oscuro. Esta entidad, una membrana repulsiva y perturbadora, se convirtió en una presencia innegable y natural en el tejido mismo de la existencia.

Las anomalías encarnaban las creencias más profundas llevadas al extremo, sin velos que ocultaran sus rostros ni faldas de vergüenza que escondieran su esencia. Eran el plato más amargo y difícil de digerir en el festín de la realidad, desafiando cada noción preconcebida y desafiando los límites mismo de la percepción y la comprensión humanas.

Y en la opresiva oscuridad del silencio, resonaban ecos de una luz siniestra y un cielo carmín invadía las mentes y las almas, filtrándose entre las nubes venenosas. Como un símbolo de dominio y autoridad, se erigía en lo alto para teñir con su macabra presencia el escenario, delineando la dualidad humana y demoníaca ante las anomalías... ante la Fundación SCP.

Un cambió que transformó su entendimiento.

El venerable y tosco tratado de la mente desveló sus sacudidas y turbadas páginas, donde las ideas danzaban entre sí en un torbellino sin sosiego ni coherencia. Cuando al fin el color se desvaneció en las sombras, un peso se desprendió de las mentes y almas, esperando hallar la paz anhelada, pero fue una ilusión; en el libro donde reposaban sus incógnitas, se arrojó otra carga que aplastó su comprensión y el manantial de sus preguntas se desbordó, el eco de una lágrima cayendo y desvaneciéndose.

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