²| ¿que tan malo podría ser?

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El psicoticismo es un patrón de personalidad, en dónde mi mente es vulnerable e impulsiva a actos o pensamientos que pueden aparecer en cualquier hora de el día sin ninguna razón.

En dónde dejan ver la poca empatía y compasión que puedo sentir hacia los demás. Dónde me hacen ver lo miserable que puede ser al sentir aquello como una ventaja muchas veces.

Solo existen 3 facetas en este patrón:

¹| impulsividad ilimitada y necesidad constante de llevar a cabo ideas que llegan a mi mente.

²| disfrute de la acción y sensación de calma, al hacerlo.

³| culpa y golpe de realidad.

Es un asco. No me gusta hablar sobre mis padecimientos, mucho menos explicarlos.

¿Quien podría escuchar algo como eso sin mirarme raro? ¿Quien se mantendría a mi lado luego de explicarle que la mayoría de el tiempo estoy pensando en cosas como esas? Era enfermo, era desastroso, era desaliñado.

-¿Como podrían?- le hable al gato que se encontraba sobre mis piernas y dormía con tranquilidad entre ronroneos. Estaba en paz, se encontraba en calma.

Su pecho subía y bajaba en tranquilidad, como si aquella bola de pelos, realmente confiara en mi, como si no temiera.

Adoraba a los gatos. Sus colas, el porte que daban al caminar, esa indiferencia, ese dominio en sus ojos, ese control.

Era tan cruel.

Me seguía pareciendo tan sarcástico que aquellas voces me rogaran cada día que lo metiera en una bolsa y tirará repetidas veces a la pared. Que lo lanzará a un balde con agua y dejara que su respiración descendiera poco a poco, entre maullidos cansados.

-¿Seguirías confiando en mi, si pudieras leer mi mente?- le pregunté mientras acariciaba lento aquel pelaje blanco.

Bostezo. estiró sus patas con calma sobre mi regazo y aquel acto fue suficiente, para alborotar todo.

ahorcarlo, vamos" me insinuó una voz. Mis manos se empuñaron a los lados de el felino.

nadie va a saberlo, acaba con el" otra idea llegó. Intenté equilibrar la respiración sobre aquella petición, que no era nada diferente a otras.

Temblé por encima de aquel pelaje pulcro y blanco. Observándolo con deseo y ansias, ¿Era solo un gato, no? ¿La casa estaba sola, no? ¿Quien se daría cuenta?.

Mi mano se aferró a aquel pequeño cuello. Los maullidos dolorosos se hicieron presentes en el animal.

Mi mente se volvió un caos en cuanto las voces felicitaban a gritos, por llevar a cabo aquello que tanto querían. El ruido en mi cabeza me mareo. El desconectar de la realidad fue más que solo mi mente, aquello fatigo mis acciones, con tanto odio.

Lo solté de golpe.

Aquel pequeño gato se alejó de mi lo más rápido posible. Tosia repetidas veces y se lamía el desordenado pelaje, como si nada fuera ocurrido, Cómo si no le importará.

Lo observé en silencio. Avance hacia el felino que levanto la cabeza indiferente a mi. - lo siento - me disculpé como si aquel gato pudiera comprender lo que había sucedido. Lo tomé en brazos y abrace entre temblores y escaso aire -perdoname - repetí.

•••

-¿Como estas?✅- el mensaje de André apareció en la bandeja de notificaciones vacía.

Deje el teléfono a un lado de la cama unos momentos para frotarme la cara en desesperó y guardar la calma unos segundos. Mi vista se volvió pesada de pronto, los puntos borrosos aparecieron en mi campo de visión.

•quítate el disfraz, frente a mi.•©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora