Twilight caminaba con paso firme por los pasillos de Canterlot High, todo era diferente y a la vez familiar. Aunque podía sentir las miradas curiosas y sorprendidas de los estudiantes sobre ella, no se inmutaba. Había aprendido, con el tiempo y la experiencia como princesa, a mantener la calma en situaciones públicas, contrarrestando a su joven yo que seguro ya se hubiera tambaleado y caído al suelo, ya no era tan torpe, no tanto. Los susurros se elevaban a su alrededor, pero ella continuaba caminando, su mirada fija hacia adelante, tratando de no dejarse llevar por la ansiedad.
No sabía exactamente a dónde dirigirse o cómo encontrar a sus amigas después de tanto tiempo, pero entonces algo captó su atención: una melodía familiar. El sonido de una banda tocando resonaba por los pasillos, una melodía que reconocía, que le recordaba los buenos tiempos. Su corazón dio un pequeño salto, segura de que eran ellas: sus amigas.
Guiada por la música, aceleró el paso, siguiendo el eco de las notas hasta el salón de música. Al llegar, empujó suavemente la puerta y allí las vio. Por un momento, todo lo que había temido y las dudas que había tenido desaparecieron. Las chicas habían cambiado, habían crecido, y sus atuendos también reflejaban esa madurez, pero seguían siendo las mismas amigas con las que había compartido lindos momentos.
Rarity fue la primera que llamó su atención. Siempre había sido elegante, pero ahora su estilo había evolucionado. Llevaba un vestido sofisticado, ceñido en la cintura, con detalles en tonos blancos y violetas, realzando su porte refinado. Las mangas del vestido eran de encaje transparente, y su cabello, perfectamente rizado, caía en ondas sobre su hombro. Un par de botas altas de tacón complementaban su atuendo dando aire de sert más segura de sí misma.
Applejack, por su parte, había mantenido su estilo rústico, pero con toques modernos. Llevaba una camisa de franela roja arremangada, pero esta vez con detalles más estilizados, como pequeñas costuras doradas. Su sombrero vaquero seguía presente, pero su cabello estaba recogido en una trenza más ordenada. Usaba jeans ajustados y botas de cuero desgastado que parecían haber recorrido millas, reflejando su vida en la granja, pero con un toque más maduro y práctico.
Pinkie Pie seguía siendo vibrante y colorida, pero su estilo también había evolucionado. Su atuendo era un conjunto alegre de falda y chaqueta en tonos pastel, adornado con pequeños detalles festivos como confeti brillante y lazos. Su cabello, aunque todavía lleno de rizos rebeldes, estaba un poco más controlado, dándole un aspecto más organizado sin perder su esencia juguetona. Llevaba zapatillas decoradas con colores llamativos, perfectas para alguien que siempre estaba en movimiento.
Fluttershy, que tocaba su pandereta con suavidad, tenía un estilo más relajado y natural que se alineaba perfectamente con su amor por los animales. Vestía una blusa de lino de color crema, suelta y cómoda, con un cinturón delgado de cuero que definía su figura. Su falda larga y floral caía con gracia hasta sus tobillos, y llevaba sandalias planas que reflejaban su conexión con la naturaleza. Su cabello, más largo y suelto, le caía en suaves ondas alrededor de sus hombros.
Rainbow Dash, en el extremo de la sala, estaba afinando su guitarra. Llevaba su chaqueta característica de Wonderbolts, pero esta vez, con más condecoraciones que indicaban sus logros como una de las mejores atletas de su escuela. Usaba pantalones deportivos ajustados y una camiseta sin mangas con el emblema de los Wonderbolts en el pecho. Sus zapatillas deportivas estaban gastadas, pero de una manera que hablaba de entrenamiento intenso.
Twilight no pudo evitar sonreír. Todas habían crecido en estos cinco años, pero seguían siendo ellas, sus amigas, con el mismo espíritu que siempre las había unido. Sin embargo, algo notable faltaba. La Twilight de este mundo, la Twilight humana, no estaba presente. La ausencia era palpable, y aunque no sabía qué había sucedido, Twilight supo que tendría que preguntar en algún momento.
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"Conexiones del Corazón"
RomanceEl amor, al final del día, no sigue las reglas que uno espera. No es algo que se pueda planear o controlar, porque el corazón tiene su propio lenguaje, una forma de encontrar conexiones que a veces desafían la lógica. No se elige a quién amar. El co...