"Conexiones del Corazón"

capítulo 11

Flash recordó claramente esa conversación con Sunset, como si hubiera sido ayer. Estaban en el parque, bajo la sombra de un viejo roble, cuando ella le dijo, con esa seguridad que siempre había admirado en ella: "Voy a estudiar Ingeniería tecnológica". Sus palabras lo habían dejado pensativo. Sunset siempre había tenido una visión clara de lo que quería en la vida, y él la respetaba por eso. Sabía que no le gustaba perder el tiempo, siempre avanzando, siempre con un plan.

Recordaba claramente cómo ella, siempre tan directa y racional, le había aconsejado que considerara algo más estable para su futuro. "Deberías pensar en algo que te asegure un buen futuro", había añadido ella, mirándolo con esos ojos determinados. Flash solo había sonreído en ese momento, porque lo único que pasaba por su cabeza era la música.

Amaba la música. Era lo único que realmente le apasionaba, lo único que lo hacía sentir completo, como si todo lo demás desapareciera cuando sostenía su guitarra. Pero Sunset tenía razón. A veces se preguntaba si su pasión por la música era suficiente. ¿Podría seguir el mismo ritmo que ella? ¿Sería capaz de sostener algo más que una guitarra en sus manos?

Con ese pensamiento volvió a la realidad, sentado en su pupitre en la clase de ciencias. El sonido de la campana había interrumpido sus pensamientos, pero el eco de la conversación seguía allí. Estaba a unos meses de graduarse, y la presión de decidir su futuro lo aplastaba cada día un poco más. Sabía que no era particularmente bueno en materias como ciencias, y aunque amaba la música, aún dudaba si eso sería suficiente para construir una vida estable, una vida donde pudiera estar al lado de alguien como Sunset.

Suspensó, observando los libros abiertos frente a él, pero su mente seguía volando lejos. El profesor hablaba sobre reacciones químicas, pero Flash apenas podía concentrarse. En su cabeza, todo giraba en torno a las decisiones que debía tomar. "Después de lo de Sombra, Twilight volverá a Equestria", pensó, y eso lo golpeó como una realidad dura e inevitable. "Tal vez nunca la vuelva a ver".

Sus amigas ya tenían planes para el futuro, estaban listas para avanzar con sus vidas. Él, en cambio, se sintió perdido. Se preguntaba si, después de todo, luchar contra el mal realmente importaría cuando cada una de ellas siguiera su propio camino. ¿Y él? ¿Cuál era su camino?

Cerró los ojos por un momento, intentando despejar su mente, pero no pudo. La duda lo seguía carcomiendo. Sabía que el futuro se acercaba, y no podía seguir escapando de él.

Flash salió del aula de ciencias cuando sonó la campana, sintiendo el alivio de haber sobrevivido a otra clase que apenas pudo seguir. Su mente seguía en otro lado, luchando con las dudas sobre su futuro, sobre si realmente estaba haciendo lo correcto. Caminaba por los pasillos, con la mochila colgando de un solo hombro, absorto en sus pensamientos.

De repente, chocó contra alguien.

"¡Oh, lo siento!" dijo de inmediato, sin mirar bien a quién había empujado. Cuando levantó la vista, vio a Twilight frente a él, sonriendo con sorpresa.

"¡Flash! No te preocupes, fue un accidente", dijo Twilight, notando de inmediato su expresión distraída. Sus ojos brillaban con preocupación, como siempre que detectaba que algo no estaba bien. "¿Estás bien? Pareces... distraído."

Flash soltó una pequeña risa nerviosa, tratando de desviar la atención. "Sí, sí, estoy bien. Solo... ya sabes, cosas de la escuela".

Twilight frunció el ceño, claramente no creyendo su respuesta. "Flash, te conozco lo suficiente para saber cuándo algo no está bien. ¿Qué pasa realmente?"

Al principio, Flash dudó. Le daba vergüenza decirle que estaba atormentado por sus dudas sobre el futuro, especialmente porque Twilight era una princesa de otro mundo, alguien que, en su mente, ya tenía su vida completamente resuelta. ¿Cómo podría entender ella sus problemas, tan comunes en comparación? Pero esa mirada en sus ojos, esa preocupación genuina que siempre mostró por los demás, lo hizo ceder.