Twilight se despertó antes de que el sol asomara en el horizonte. Era su primera noche en su propio departamento, y aunque todo aún le resultaba nuevo y ligeramente extraño, había dormido sorprendentemente bien. Sentía una paz que no había experimentado en mucho tiempo. Quizás el hecho de tener su propio espacio, donde podía pensar y respirar tranquilamente, la ayudaba a encontrar ese equilibrio que tanto necesitaba.
Se levantó con cuidado, estirándose un poco mientras la luz suave de la madrugada apenas comenzaba a colarse por las ventanas. Su mente recordó de inmediato la noche anterior: había sido un día agotador y Flash había sido una pieza clave en todo ese proceso. Lo ayudó con la compra del departamento, organizar los muebles, e incluso se había quedado a cenar. No había podido dejarlo ir después de lo tarde que terminaron. Y ahora, estaba durmiendo en la habitación de invitados.
Curiosa, Twilight caminó silenciosamente hacia la puerta de la habitación de invitados y la abrió con cuidado. Allí estaba Flash, profundamente dormido. Su cabello estaba despeinado, tenía un pie fuera de la cama y había un rastro de baba en la comisura de sus labios, lo que provocó que Twilight soltase una pequeña risa silenciosa. "Incluso cuando está desarreglado, sigue siendo adorable," pensó, sintiendo una calidez especial al verlo tan tranquilo.
Cerró la puerta con cuidado, sin querer despertarlo, y decidió que la mejor manera de agradecerle por toda su ayuda era preparando el desayuno. Recordó la última vez que había intentado cocinar... los muffins en la casa de Flash fueron un desastre, pero después había aprendido algunas cosas gracias a él. "No puede ser tan difícil hacer unos sándwiches de queso," se dijo a sí misma con determinación. Después de todo, Flash le había mostrado cómo hacerlo, y ella era rápida para aprender.
Con entusiasmo, Twilight se dirigió a la cocina y comenzó a trabajar. A pesar de no ser una experta, se tomó su tiempo y fue cuidadosa. "Solo sigue los pasos, como Flash te enseñó." Y lo hizo. El aroma de los sándwiches tostados pronto llenó el departamento, y Twilight, orgullosa de su logro, comenzó a preparar la mesa.
No mucho después, Flash se despertó. Se estiró en la cama y sintió el olor a comida en el aire. Parpadeando un par de veces, se levantó, todavía medio dormido, y se dirigió a la cocina. Al entrar, vio a Twilight de espaldas, sirviendo dos platos en la mesa, todavía estaba en pijama y se notaba que recién se había levantado al igual que el.
—Buenos días —dijo ella con una sonrisa brillante al verlo.
Flash sonrió, todavía somnoliento, y caminó hacia la mesa.
—¿Hiciste el desayuno? —preguntó, sorprendido y con una pizca de preocupación, recordando sus desastrosos intentos previos en la cocina.
Twilight asintió con una sonrisa llena de orgullo.
—Sí, lo hice. No te preocupes, esta vez no hay muffins quemados esta vez... Solo sándwiches de queso. He estado practicando —bromeó, aunque por dentro esperaba sinceramente que Flash los disfrutara.
Flash tomó asiento, sonriendo de manera relajada. "Incluso si no saben bien, me los comeré sin decir nada," pensó. Sin embargo, cuando tomó el primer bocado, se sorprendió. Los sándwiches estaban realmente buenos.
—¡Esto está delicioso, Twi! —exclamó con una sonrisa sincera, mirándola con admiración—. Parece que ya te has convertido en toda una chef.
Twilight sonrió, evidentemente complacida con el cumplido.
—Gracias. Quería hacer algo por ti después de todo lo que has hecho por mí. En serio, no sé qué habría hecho sin tu ayuda ayer.
Flash la miró con suavidad, dejando el sándwich en el plato y acercándose un poco más a ella.
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"Conexiones del Corazón"
RomanceEl amor, al final del día, no sigue las reglas que uno espera. No es algo que se pueda planear o controlar, porque el corazón tiene su propio lenguaje, una forma de encontrar conexiones que a veces desafían la lógica. No se elige a quién amar. El co...