Capítulo 38

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El rayo de sombras bajó con furia, atravesando el cielo como una tormenta inminente. Sin embargo, justo cuando el impacto parecía inevitable, algo milagroso sucedió. Un resplandor rosa brillante emergió, envolviendo todo el edificio en una burbuja de luz que bloqueó el ataque de Sombra por completo. El rayo se dispersó en miles de fragmentos oscuros, rebotando contra la barrera y desvaneciéndose en el aire.

Un profundo silencio cayó sobre todos los presentes. Los estudiantes, atónitos, abrieron los ojos con cautela, sin poder creer lo que veían. La escuela estaba intacta, protegida por una barrera luminosa que pulsaba con una energía cálida y reconfortante. El alivio fue palpable, y algunos comenzaron a murmurar, dando gracias, especialmente a Rarity, quien era conocida por crear barreras protectoras.

Sin embargo, Rarity, apenas consciente, murmuró con una voz débil, "No... no fui yo...", dejando a todos confundidos.

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En Equestria, Twilight Sparkle estaba en la sala del trono junto con el Consejo de la Amistad, organizando documentos y planificando la próxima Fiesta de Corazones Cálidos, que llegaría en un mes. El ambiente estaba lleno de entusiasmo y alegría, pero todo cambió cuando Twilight sintió una punzada aguda en el pecho. Sus amigas se alarmaron de inmediato y se acercaron a ella, sus cascos tocando suavemente su espalda.

"Twilight, ¿qué te pasa?" preguntó Applejack con preocupación.

Pero ni Twilight lo sabía. Sentía algo extraño, como si una parte de ella se debilitara, pero no físicamente. No se sentía cansada, pero sí había una sensación profunda de que algo no estaba bien. Fluttershy, nerviosa, pidió a un guardia que trajera agua, mientras las demás ayudaban a Twilight a caminar hacia su habitación. Sin embargo, la sensación persistía. Era como si una parte de su ser estuviera quebrándose, pero no había dolor físico. Las ponies al ver que le costaba caminar, la hicieron sentarse nuevamente en su trono, tratando de hacerla sentir más cómoda mientras le preguntaban qué estaba sucediendo.

De repente, Twilight sintió otra punzada, esta vez más fuerte. La inquietud la invadió por completo. Algo terrible estaba ocurriendo, pero no podía precisar qué o a quién afectaba. Rainbow Dash, siempre impulsiva, gritó pidiendo que trajeran a un doctor, y en cuestión de segundos, un médico corrió hasta la sala del trono para atenderla. Midió sus signos vitales y revisó sus reflejos, pero todo parecía normal. Twilight estaba físicamente bien.

"¡¿Cómo puedes decir que está bien?! ¡No sirves para nada!" gritó Rainbow Dash, impaciente y furiosa con el médico.

Applejack intervino rápidamente, intentando calmar a Rainbow antes de que la situación se volviera más tensa. Pero justo cuando las cosas parecían salirse de control, Twilight sintió otra punzada más, aún más fuerte que las anteriores. Esta vez, una clara sensación la recorrió: alguien cercano a ella estaba en peligro, pero no sabía quién.

En ese momento, Star Swirl el Barbado entró en la sala, habiendo sido informado del malestar de la princesa. Su presencia impuso respeto, excepto para Rainbow Dash, que lo recibió con una sonrisa emocionada, llamándolo "Barbitas" mientras miraba con desdén al médico. Star Swirl se acercó a Twilight, su mirada sabia y preocupada, y con un gesto de su cuerno, la envolvió en un aura mágica brillante.

"¿Lo sientes también, Twilight?" preguntó Star Swirl con voz solemne.

"Sí..." respondió Twilight, "pero no sé de dónde viene."

Star Swirl la observó detenidamente antes de hablar. "La magia es como una extensión del alma de cada ser. Si algo le sucede a esa magia, su propietario lo sentirá de inmediato."

"Conexiones del Corazón"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora