El sol apenas comenzaba a asomar por el horizonte, iluminando tímidamente el interior de la sala de música de Canterlot High. La suave luz dorada tocaba los instrumentos en silencio, creando sombras alargadas que se extendían por el suelo. El aire era fresco y sereno, una calma en marcado contraste con los eventos caóticos del día anterior.
En el centro de la sala, recostados contra la pared, Flash y Twilight despertaron lentamente, aún abrazados. La primera en abrir los ojos fue Twilight, parpadeando ante la luz matutina. Tardó un momento en recordar dónde estaba, y cuando sus pensamientos se aclararon, se dio cuenta de que estaba acurrucada contra Flash. Sus cuerpos estaban entrelazados de manera tan natural que por un breve segundo no quiso moverse.
Pero entonces, la realidad golpeó. Se apartó suavemente, sus mejillas encendiéndose de un tono rosado al darse cuenta de lo cerca que habían estado toda la noche. Sus dedos temblaron un poco cuando se separaron del cálido contacto de Flash, quien todavía dormía profundamente. Pero no por mucho tiempo.
Con un suave murmullo, Flash empezó a despertar. Abrió los ojos lentamente, sus pestañas pestañeando ante la luz, hasta que sus ojos se encontraron con los de Twilight, a solo unos centímetros de distancia. Al principio, su rostro mostró confusión, pero luego lo entendió todo. Ambos se habían quedado dormidos, abrazados.
—Oh, vaya... —susurró Flash, su voz aún adormilada pero teñida de sorpresa y, al mismo tiempo, un poco de vergüenza.
Twilight rápidamente se apartó un poco más, sentándose derecha mientras trataba de alisar su falda y su cabello, aunque era obvio que ambos estaban desordenados por la noche que habían pasado juntos.
—Lo siento —murmuró ella, evitando la mirada de Flash mientras sentía su corazón latir con fuerza. La situación era incómoda, pero también había algo reconfortante en el hecho de haber estado tan cerca de él—. No... no sé cómo pasó.
Flash, quien aún estaba un poco aturdido por el despertar, sonrió ligeramente, pero sus ojos también reflejaban una mezcla de emociones. Se rascó la nuca con nerviosismo, claramente sintiendo la incomodidad del momento.
—Yo tampoco —admitió él con una risa nerviosa, pero sin perder la calidez en su voz—. Pero... no te preocupes. No hicimos nada malo.
A pesar de que sus palabras intentaban calmar el ambiente, ambos sabían que había algo más en ese momento compartido. El abrazo, el calor que habían sentido el uno por el otro, y la conexión que siempre había estado presente entre ellos, ahora parecía imposible de ignorar. Twilight lo miró, tratando de encontrar palabras, pero su mente estaba demasiado revuelta.
El silencio se hizo entre ellos, pero no era un silencio incómodo. Era más bien un respiro, un momento para procesar lo que estaban sintiendo. Ambos sabían que lo que había ocurrido no era solo el resultado del cansancio o del estrés. Era una manifestación de todo lo que habían estado tratando de negar, de lo que habían estado reprimiendo durante tanto tiempo.
Twilight, aún ruborizada, finalmente habló, rompiendo el silencio.
—Flash, yo... lo siento por todo lo que pasó. —Su voz era suave, casi tímida, mientras intentaba explicar lo que sentía—. Nunca quise que las cosas se complicaran tanto entre tú y Sunset... entre nosotros.
Flash la miró con una mirada comprensiva, pero también había algo más, una profundidad en sus ojos que Twilight no había notado antes. Él negó suavemente con la cabeza.
—No tienes que disculparte, Twilight, ya lo hablamos ayer—La intensidad en su tono hizo que ella levantara la mirada—. Nada de esto es tu culpa. He sido yo quien no ha sabido manejar mis sentimientos... y nunca quise lastimar a Sunset.
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"Conexiones del Corazón"
RomanceEl amor, al final del día, no sigue las reglas que uno espera. No es algo que se pueda planear o controlar, porque el corazón tiene su propio lenguaje, una forma de encontrar conexiones que a veces desafían la lógica. No se elige a quién amar. El co...