Applejack se acercó primero, colocándole una mano firme en el hombro. "Lo hicimos porque estábamos juntas, como siempre debe ser." Sus palabras estaban llenas de humildad, pero también de convicción. Sabían que, sin importar las veces que lo intentaran, siempre que estuvieran unidas, superarían cualquier obstáculo.
Rainbow Dash aterrizó suavemente junto a ellas, bajando su ritmo, pero con su típica sonrisa confiada. "¡Eso fue increíble! ¡Sombra, nunca supo lo que se le venía encima!" Miró a su contraparte humana a lo lejos, que todavía parecía un poco en shock, y le lanzó una mirada desafiante, con el mismo entusiasmo juvenil de siempre. "Supongo que así es como se hace, ¿eh?"
La princesa Twilight Sparkle se desplomó con un suspiro extenuado, y Applejack, quien estaba justo a su lado, reaccionó al instante. A pesar de su instinto rápido y su gran fuerza, sintió cómo su propio equilibrio vacilaba mientras intentaba sostenerla de pie. A regañadientes, Applejack optó por sentarse en el suelo, con Twilight aún en sus brazos, para evitar tambalearse más. Las horas de trabajo en la granja le habían dado fuerza en las patas traseras, pero usar unos brazos en este mundo aún le resultaba un poco incómodo.
Mientras la sujetaba, Fluttershy se acercó apresurada, su rostro lleno de preocupación. Con manos temblorosas, tomó el pulso de Twilight. Un suave suspiro de alivio escapó de sus labios al sentir que el latido de su amiga, aunque débil, seguía constante. "Solo está agotada", susurró, permitiendo que todas las chicas soltaran la respiración que habían estado conteniendo.
Al mismo tiempo que Twilight se desplomaba, el enorme campo de fuerza que había estado cubriendo la escuela se desvaneció en el aire, como si nunca hubiera existido. Este cambio repentino fue notado por Flash Sentry, quien, sin dudar un segundo, liberó el agarre de sus amigos con un tirón decidido. Sus piernas comenzaron a moverse antes de que su mente pudiera reaccionar completamente, y corrió tan rápido como le permitían sus fuerzas hacia el grupo de chicas reunidas cerca del portal. Ignoró las advertencias y gritos de sus amigos que le pedían tener cuidado; su único pensamiento era llegar a Twilight.
Al llegar, cayó de rodillas junto a Twilight, arrodillándose sobre la hierba húmeda sin prestar atención a las miradas desconcertadas que le lanzaban las chicas. Sin decir una palabra, sus manos temblorosas acariciaron suavemente el rostro pálido y sereno de Twilight. El recuerdo de la última vez que la vio en una situación similar, desplomándose por el agotamiento después de enfrentar a Sombra, lo golpeó como un mazazo en el pecho. Mordió su labio inferior, frustrado por la impotencia que sentía. Había pasado tanto tiempo deseando protegerla, y una vez más, ella había sido quien salvó a todos.
Mientras Flash acariciaba su rostro con ternura, las chicas de Equestria intercambiaron miradas confusas. ¿Quién era este chico que parecía estar tan afectado por Twilight? Justo en ese momento, un murmullo creciente de voces hizo que volvieran su atención hacia la multitud que se acercaba. Entre ellos, destacaban dos figuras familiares: la directora Celestia y la subdirectora Luna, quienes se apresuraron hacia el grupo. Agradecieron a las chicas por su heroísmo y ofrecieron llevarlas al interior de la escuela para que un médico pudiera atenderlas, en especial a Twilight, que seguía inconsciente en los brazos de Applejack.
Applejack levantó la mirada hacia las dos mujeres con un gesto educado, pero firme. "Se lo agradecemos, señora Celestia", dijo con su característico tono sureño, "pero creo que lo mejor sería llevar a la princesa Twilight de vuelta a Equestria". A su lado, Rainbow Dash asintió con un gesto decidido y, cruzando los brazos sobre su pecho, añadió: "Sin ofender, pero preferimos que un médico de Equestria la atienda". Su mirada se endureció al observar a la gente que las rodeaba, desconfianza pintada en su rostro.
Fue entonces cuando los ojos de Rainbow Dash se encontraron con los de su doble de Canterlot High, quien caminaba apoyada en el brazo de un joven humano de cabello azul oscura y piel celeste claro. Rainbow Dash frunció el ceño en cuanto lo reconoció. "¿Soarin?", murmuró entre dientes antes de soltar un leve silbido burlón. "Mi Soarin es más guapo", pensó, con una sonrisa divertida. Su versión humana notó la mirada y, al comprender lo que su contraparte estaba insinuando, se sonrojó ligeramente.
El tenso momento fue interrumpido por un pequeño grito de Fluttershy. Todos los presentes volvieron su atención a donde ella estaba. La dulce pegasus convertida en humana tenía la mano levantada, cubierta de sangre. Applejack, todavía sosteniendo a Twilight, la miró con los ojos llenos de terror. Fluttershy había descubierto una herida en la cabeza de Twilight, probablemente causada por el golpe que se dio al caer durante la batalla.
Sin perder más tiempo, Applejack se puso de pie con determinación, levantando a Twilight con el apoyo de las demás. "Tenemos que volver a Equestria, y rápido", declaró con firmeza, preparándose para cruzar el portal. Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso, Flash extendió una mano, tocando suavemente el hombro de Applejack.
"¿Puedo ir con ustedes?", preguntó Flash con voz temblorosa. "Estoy preocupado por Twilight".
Applejack lo miró con recelo, sus ojos verdes llenos de sospecha. "¿Disculpa?", preguntó con dureza. "¿Qué establos estás diciendo?"
Flash tragó saliva, sintiéndose intimidado, pero se mantuvo firme. "Por favor", repitió. "Solo quiero asegurarme de que esté bien".
Antes de que Applejack pudiera responder, Rainbow Dash, con su acostumbrada impaciencia, voló hasta situarse frente a Flash, mirándolo con una expresión de desconfianza. "¿Y quién eres tú?", le espetó, su voz goteando incredulidad. "¿Y por qué Celestia te importa tanto?"
Flash tambaleó ante la intensidad de la pregunta, pero antes de que pudiera responder, Rarity intervino. Con un delicado movimiento de su mano, empujó a Rainbow Dash hacia atrás con su magia. "¡Por favor, Dash! Un poco de cortesía no estaría de más", le recriminó suavemente. "No olvides tus modales querida".
Rainbow Dash resopló en respuesta, cruzando los brazos mientras se apartaba de Flash.
Rarity, con su habitual elegancia, se acercó a Flash y lo observó detenidamente antes de preguntar: "¿Tú eres Flash Sentry, cierto?"
Flash asintió, todavía sintiendo el peso de las miradas curiosas de todas las chicas. Cuando confirmó su identidad, las chicas de Equestria lo miraron sorprendidas. ¿Este era el famoso Flash Sentry del que su Twilight había hablado con tanto cariño en el pasado?
"¡Oh, pero qué adorable!", canturreó Rarity con una sonrisa. Luego, dirigiéndose a sus amigas, añadió: "Creo que deberíamos dejar que venga con nosotras, ¿no creen?"
Applejack frunció el ceño. "No estoy tan segura de eso..."
"Vamos, Applejack", insistió Rarity. "Mira su rostro. Parece un cachorrito abandonado". Flash parpadeó, algo confundido, pero no dijo nada. "Además", continuó, "verlo podría hacerle bien a nuestra Twilight".
Ese último comentario fue suficiente para convencer a las chicas. Pinkie Pie, siempre entusiasta, saltó hacia Flash y le dio una palmada en la espalda. "¡El viaje por el portal es una locura total!", le dijo con una enorme sonrisa. "¡Todo te va a dar vueltas! Pero no te preocupes, solo trata de no gritar demasiado. Te acostumbrarás".
Flash asintió nerviosamente, pero no iba a retroceder ahora. Haría cualquier cosa por estar cerca de Twilight.
Las chicas lanzaron una última mirada a sus versiones humanas, quienes les devolvieron una sonrisa. Sunset, apoyada en el brazo de la subdirectora Luna, murmuró un agradecimiento silencioso, al que las otras versiones simplemente asintieron.
Antes de cruzar el portal, Flash miró una última vez a sus amigos. Con una sonrisa de apoyo y un pulgar levantado, ellos le hicieron saber que estaban con él. Tomando una respiración profunda, Flash reunió todo su valor y siguió a las chicas a través del portal hacia Equestria.
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"Conexiones del Corazón"
RomanceEl amor, al final del día, no sigue las reglas que uno espera. No es algo que se pueda planear o controlar, porque el corazón tiene su propio lenguaje, una forma de encontrar conexiones que a veces desafían la lógica. No se elige a quién amar. El co...