En el luminoso día en Equestria, Twilight Sparkle disfrutaba de su tan merecido descanso. Aunque le encantaba pasar tiempo con Flurry Heart, aquel día la pequeña había decidido visitar a sus padres, lo que le dejó una inesperada jornada libre. Twilight, siendo fiel a sus hábitos, contemplaba sumergirse nuevamente en su biblioteca, un lugar donde siempre encontraba consuelo y respuestas.
Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por uno de sus guardias, quien la anunció con respeto. "Su Alteza, tiene una visita." Twilight, con curiosidad, se dirigió hacia la sala del trono, preguntándose quién podría ser.
Cuando cruzó las grandes puertas de la sala del trono, su mirada se iluminó al instante al reconocer la imponente, pero cálida figura que la esperaba pacientemente. "¡Princesa Celestia!", exclamó Twilight, sin poder ocultar la emoción al ver a su mentora y amiga.
Sin dudarlo, Twilight corrió hacia Celestial y la abrazó con fuerza, como si el tiempo no hubiera pasado desde la última vez que se vieron. "¡Hace tanto que no te veía!" dijo Twilight, sintiendo una mezcla de felicidad y nostalgia. Aunque ya no era la monarca de Equestria, Celestia siempre había ocupado un lugar especial en su corazón.
Celestia sonrió, esa sonrisa serena que tanto calmaba a Twilight en los momentos más difíciles. "Yo también te he extrañado, querida Twilight. Luna me tiene viajando por todo Equestria, y aunque disfruto de los viajes, me he dado cuenta de que necesitaba un descanso. Y no podía pensar en mejor lugar que aquí, contigo."
Twilight, encantada con la visita inesperada, notó lo relajada que Celestia se veía, aunque aún conservaba su majestuosidad. "Es perfecto que estés aquí. ¿Te gustaría tomar el té conmigo? Tengo mucho que contarte."
"Me encantaría," respondió Celestia con dulzura, siempre disfrutando de los momentos tranquilos con su antigua alumna, que ahora era una poderosa princesa por derecho propio.
Ambas se dirigieron a la acogedora sala del té, un lugar lleno de ventanas que dejaban entrar la suave luz del sol de la tarde. Twilight, siempre organizada, había preparado una selección de tés y bocadillos, como si supiera que tendría compañía ese día. Mientras servía el té con su magia, Twilight miró a Celestia con una expresión tranquila pero curiosa.
"¿Cómo han ido tus viajes? He escuchado que has estado muy ocupada explorando rincones lejanos de Equestria."
Celestia soltó una pequeña risa. "Sí, he estado en lugares que ni siquiera sabía que existían. Luna tiene un espíritu aventurero que nunca parece agotarse, y yo me dejo llevar por su entusiasmo. Pero a veces, es bueno detenerse y disfrutar de la calma, y eso es lo que necesitaba. Un momento contigo, en este lugar lleno de recuerdos."
Twilight sonrió con calidez. "Estoy tan feliz de que hayas venido. Siempre he valorado estos momentos contigo, y aunque las cosas han cambiado, siento que hay algo en nuestra relación que siempre se mantiene igual."
Celestia asintió, tomando un sorbo de su té. "Tienes razón, Twilight. Aunque ya no soy tu mentora, siento que siempre hay algo nuevo que puedo aprender de ti. Me llena de orgullo ver en quién te has convertido."
Twilight, conmovida por las palabras de Celestia, se sintió agradecida. "Y yo siempre estaré agradecida por todo lo que me enseñaste. Eres una gran parte de mi vida y lo que soy ahora es gracias a ti."
El ambiente en la sala del té se llenó de calidez y tranquilidad. Ambas princesas conversaron durante horas, compartiendo historias, anécdotas y risas. Twilight le contó a Celestia sobre sus recientes desafíos como gobernante de Equestria, mientras que Celestia le habló de las maravillas que había visto en sus viajes con Luna.
A medida que la tarde avanzaba, Twilight se sentía más relajada y reconfortada en compañía de su antigua mentora. Sabía que estos momentos eran escasos y preciosos, y los atesoraba profundamente.
Pero mientras las dos princesas disfrutaban de su té, en el fondo de la mente de Twilight, aún quedaban pensamientos persistentes sobre el mundo humano, Flash y la carta que había recibido de él. Aunque estaba rodeada de paz, una pequeña parte de su corazón seguía anhelando respuestas y resolución.
Sin embargo, por ahora, Twilight decidió concentrarse en el presente, en su vida en Equestria y en las personas que la rodeaban. Y mientras Celestia estaba allí con ella, le parecía que todo era un poco más fácil de llevar.
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"Conexiones del Corazón"
RomantikEl amor, al final del día, no sigue las reglas que uno espera. No es algo que se pueda planear o controlar, porque el corazón tiene su propio lenguaje, una forma de encontrar conexiones que a veces desafían la lógica. No se elige a quién amar. El co...