Capítulo 39

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El estruendo del rayo chocando contra algo resonó por todo el lugar, pero Twilight no había sentido nada. Con el corazón, latiendo con fuerza, abrió los ojos, y su sorpresa fue inigualable al ver un escudo de diamantes transparente frente a ella, brillante, resplandeciente, y lo más impactante, no lo había conjurado ella. La confusión se apoderó de todos. Flash, sus amigos, las chicas detrás del escudo, los estudiantes... todos miraban incrédulos.

"¿Qué...?" murmuró Sombra, retrocediendo, desconcertado por el repentino cambio en el rumbo de la batalla.

El humo que el impacto había levantado comenzó a disiparse lentamente. Y entonces ocurrió. Una luz brillante y cálida emergió detrás de Sombra, bañando el campo en un resplandor dorado que trajo una sensación de esperanza instantánea. Las sombras que rodeaban a Sombra parecían temblar, casi como si temieran esa luz, su poder disminuyendo ante su brillantez.

Cinco figuras comenzaron a tomar forma, delineadas por la luz que destellaba en el aire. Twilight, con el corazón acelerado, los reconoció al instante. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras su respiración se cortaba. Eran ellas. Sus amigas. Las verdaderas portadoras de los Elementos de la Armonía, resplandeciendo con una energía inigualable.

Applejack, firme y decidida, se presentó con su mirada tranquila pero poderosa. Rainbow Dash, flotando con una energía renovada, desafiaba el peligro como siempre lo había hecho, lista para lanzarse a la batalla. Rarity, con su elegancia intacta, extendía sus manos y mantenía el escudo de diamantes en su lugar, protegiendo a todos como la verdadera dama que era. Fluttershy, tímida pero decidida, irradiaba compasión en el aire, dispuesta a defender a quienes amaba. Pinkie Pie, con una sonrisa traviesa, llevaba una seriedad detrás de sus ojos que pocas veces se veía, lista para animar a todos a seguir adelante.

Twilight se quedó sin aliento. Eran ellas. Sus amigas, sus verdaderas amigas de Equestria, venían a ayudarla. A pesar del agotamiento que sentía, una oleada de fuerza renovada invadió su ser. Ellas habían respondido a su llamado, incluso desde otro mundo. La conexión que compartían era más fuerte que cualquier magia oscura.

Las cinco ponis de Equestria se posicionaron, listas para enfrentarse a Sombra y proteger a su amiga. Applejack pisó el suelo con fuerza, su mirada determinada mientras observaba cada movimiento de su enemigo. El peso de su responsabilidad se sentía en cada fibra de su ser. "No importa cuántas veces te enfrentemos, Sombra," dijo con voz firme, "no dejaré que te salgas con la tuya esta vez."

Rainbow Dash flotaba en el aire, rodeada por una leve estela de luz mágica, lista para lanzarse al ataque en cualquier momento. La velocidad y la adrenalina corrían por sus venas, pero esta vez no era un desafío o una carrera, era la vida de su amiga lo que estaba en juego. "¡Vamos, vamos! No tenemos tiempo que perder," dijo, su voz llena de urgencia.

Rarity, manteniendo el escudo de diamantes en su lugar con una elegancia impecable, miraba a Twilight, su expresión suavizada por la preocupación. "No te preocupes, querida," susurró para sí misma, apretando los dientes mientras mantenía el esfuerzo. "No dejaré que nada te ocurra, no mientras yo pueda evitarlo." La Rarity del mundo humano, aún detrás del escudo de Twilight, observaba con una mezcla de admiración y asombro. Sabía lo que significaba ser refinada y fuerte, pero ver a su otra yo manejar semejante poder con tal serenidad era inspirador.

Fluttershy, aunque temblaba un poco, dio un paso hacia adelante, mirando de reojo a sus amigas, y luego a Sombra, la misma criatura que en el pasado había traído tanto sufrimiento a Equestria. "No voy a permitir que hagas más daño," murmuró, su voz apenas audible, pero con una convicción que sorprendió incluso a las chicas humanas. "Somos fuertes juntas. No tienes ningún poder aquí."

"Conexiones del Corazón"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora