Capitulo 7

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―¿Quién es el bebé más lindo de toda la ciudad? Si, si, mi amor, ese eres tú, tú y tu hermano, claro que si― mi voz aniñada sale con naturaleza. Muevo suavemente el cuerpito de Monroe para que se riera, y sí que se reía bastante conmigo, soy su tia favorita, claro está.

―Di Tia Lizzie, anda, Tia Lizzie―intenté que repitiera, pero no lo hizo, solamente balbuceaba cosas que yo no entendía. Tal vez mi sobrino me estaba enviando al diablo en su idioma por ser tan melosa con él, pero lo bueno es que yo no entendía lo que decía. Le hice cosquillas y carcajeó.

Beso sus cachetes sin parar y lo cargo en mis brazos. Cada día pesa más. ¿Qué le dan de comer? ¿Proteínas acaso?

―Tu madre te obliga a comer mucho, ¿no es así, mi vida? ―pregunto esperando su respuesta, pero recibí un golpe en el codo, de su madre.

―No pongas a mi hijo en mi contra, le encanta comer―se defiende.

―Déjame en paz, estoy hablando con mi sobrino, es una conversación privada, no te metas―le discuto mirándola. ―¿Ya cambiaste a Otto? Quiero tomarme una foto con los dos...

―Elizabeth, siempre que quieres una foto con los dos, terminas haciéndolos llorar, no empieces...―me regaña. Me siento en el sofá con Monroe en mis brazos y juego con sus bracitos para entretenerlo.

―No es mi culpa que no sepas tomar una foto rápido, Ashley.

―Dame tu celular, te tomaré una con Monroe.

Así lo hizo, mi hermana mayor tardó 10 minutos para sacar unas simples fotografías de mi sonriendo con mi ahijado. Nunca entendí porque tarda demasiado en eso.

Otto comenzó a llorar y ella lo tomó en brazos. No falta mucho más que un mes para que cumplan su primer año, este par de pequeños hermosos. Y todavía no sé qué puedo regalarles. Ni modo que les compre juguetes, eso no, tampoco ropa porque tienen demasiada. Tal vez debería regalarles algo que les sea útil para cuando crezcan, como una cuenta bancaria para la universidad, aunque Ashley y Louis no me lo permitirían ni en sueños.

Tengo un mes para descubrir el regalo perfecto para ellos.

Beso las grandes mejillas de Monroe haciéndolo reír fuertemente, y Ashley se siento con Otto a mi lado, él es más curioso que su hermano, porque mira a todos lados todo el tiempo, y creo que intenta dominar el mundo cada vez que puede, desde sus miradas y balbuceos obviamente.

―Monroe tiene más tus ojos que Otto, ¿sabes? ¿Sera porque es el menor? Cosmo también tiene los ojos de Scar, pero no Rose― murmuro observando a mis dos sobrinos, y sin querer, menciono a Scar. No me he dado cuenta, pero lo he pensado.

Ashley se voltea sin saber de qué hablo.

―¿Quién es Cosmo?

―Es... el hijo de Scarlett―digo como si no fuera nada. Frunce su ceño, confundida.

―¿Scarlett?

―Johansson, la actriz―le recuerdo inocente. Entrecierra sus ojos y se queda callada muchos segundos, los suficientes para alterar mis nervios. ―¿Por qué me miras así? ¿Qué ocurre?

―¿Por qué mencionas al hijo de Scarlett? Y, sobre todo, ¿Por qué hablas de ella? ¿La viste hace poco? ¿De qué me perdí, Elizabeth? ―dispara un montón de preguntas.

Contesta o muere, así de sencillo. No voy a mentirle a mi hermana tampoco...

―Ah nada, nos vimos hace unos dias, cenamos, ella hizo una donación a la fundación y me pidió que le contara de ese proyecto, quiere ayudar― comento sin importancia y sin pensarlo demasiado. Me mira queriendo que hable más. ―Conocí a su hijo porque andaba con ella, ¿okey? No tiene nada de malo, es su madre, y es como si ella estuviera conmigo y te viera a ti con los gemelos...

No Body, No CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora