Se había hecho de día ya, le había escrito a Franco por Instagram como dos horas después de que se fuera para asegurarme de que ella no vea los mensajes. Me dijo que me quedara ahí y que pasaría al día siguiente a abrirme, Dios sabe a qué hora.
Por suerte tenía comida en la casa y no iba a morir desnutrida. Al principio estaba un poco en shock, pero no ganaba nada estresándome, ni siquiera era mi relación lo que estaba en crisis, así que me senté al lado de la pileta a comer unos doritos que encontré. En medio de todo eso, sonó el celular. Era Lando.
- Cams... ¿dónde estás? -Su voz sonaba preocupada, casi como si ya supiera que algo estaba mal.- Pasé por tu casa y tu padre me dijo que estabas con Jose, pero con Jose no estabas.
- Ay... es una historia muy graciosa. -Le conté todo, tratando de aligerar el asunto, pero sentí cómo su preocupación cruzaba la línea telefónica.- Y nada acá estoy comiendo doritos.
Se mantuvo en silencio por un momento, y pude imaginar su expresión de desaprobación.
- Sabes que está mal, ¿no?
- Mhm... -La culpa empezaba a hacerse presente así que la eliminé.- Pero ya el lunes cuando vuelvan le va a cortar.
Su risa sarcástica hizo que mi estómago se retorciera. Sabía que él no creía ni una palabra de lo que estaba diciendo, y ahora empezaba a dudarlo yo también..
- ¿Y tú le creíste? -No dije nada.- Te dijo eso como le dijo a su novia que estaba loca.
Esas palabras me golpearon más fuerte de lo que esperaba. ¿Cuál era la diferencia entre Estelle y yo? Me había convencido de que yo era diferente, de que la conexión que teníamos era especial, pero la realidad me estaba mostrando que quizás solo había sido otra más. Empecé a sentirme insignificante, como si me hubieran arrojado a una realidad que prefería no ver.
- No quiero ser malo, -Continuó, su tono era más suave ahora.- pero soy tu amigo y no quiero que te vuelva a lastimar, prefiero hacerlo yo diciéndote la verdad a que lo haga él rompiéndote el corazón.
Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Sabía que Lando tenía razón, pero aceptar eso significaba admitir que había estado engañándome a mí misma todo este tiempo.
- Gracias Lando. -Se me quebró la voz, me sentía horrible.
Alejé el celular de mi oído y me tapé la boca, intentando contener el llanto para que él no me escuchara. No quería que supiera lo rota que me sentía en ese momento. Pero, como siempre, él lo notó.
- ¿Estás bien? -Suspiró.- Perdón, es como patear un cachorro.
- Tranquilo, prefiero que me lo digas. -Sollocé.- Soy mala persona.
- No, no permito que digas eso de ti misma, si hay algo que no eres es mala persona. -Intenté calmarme.- ¿Tienes el auto?
- No...
- Pasó a buscarte.
- Pero no sé cuando va a venir Franco a abrirme.
- No importa, yo lo arreglo.
Me cortó y como a los veinte minutos escuché el ruido de la puerta abrirse. Me sorprendí al ver a Lando entrar.
- ¿Cómo...? -Comencé a preguntar, pero no me dejó terminar. Ya estaba abrazándome con fuerza.
- ¿Estás bien? -Preguntó separándose y mirándome a los ojos.- Casi lo mato.
- Sí, estoy bien. -Mentí.- ¿Cómo hiciste?
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Loco (Franco Colapinto)
FanfictionCamila, una chica totalmente común y corriente, estudiante de diseño y modelo en sus ratos libres, acompaña a su padre en un viaje de trabajo en el que su vida da un giro inesperado al tener que convivir con el nuevo icono argentino, Franco Colapint...