15

6.1K 290 158
                                    

La energía en el paddock era eléctrica después de la carrera. Lando había subido al podio, mientras que Franco, lamentablemente, había tenido un mal día y terminó con un choque que lo sacó de la competencia. La sala de prensa estaba llena de reporteros ansiosos por escuchar a los pilotos.

Mientras los periodistas se agolpaban alrededor de Lando, yo me quedé al margen, observando. Uno de los reporteros, emocionado por la oportunidad, lanzó una pregunta al aire.

- Lando, ¿qué opinas de la maniobra de Colapinto que terminó con su choque?

Pero la puta madre.

Lando se acomodó en su silla, su mirada se oscureció por un momento. Sabía que esta era su oportunidad de hacer un comentario picante.

- Bueno, no puedo decir que me sorprenda. -Lando comenzó, su tono afilado. - Siempre hay quienes no saben cuándo frenar.

Mi corazón se aceleró. Sabía que estaba hablando de Franco, y la incomodidad se instaló rápidamente en el ambiente.

- A veces, parece que algunos pilotos no entienden que la Fórmula 1 no es solo sobre velocidad, sino sobre inteligencia. -continuó sin titubear. - Hacer maniobras arriesgadas cuando no hay necesidad de hacerlo... eso solo demuestra inconsciencia y una falta de respeto por el resto de los pilotos.

La tensión era palpable. Podía ver a Franco en un rincón de la sala, sus puños apretados mientras intentaba mantener la calma. La reportera continuó, aparentemente sin percatarse del drama que se desarrollaba.

- Entonces, ¿sientes que su actuación fue irresponsable?

Me mordí el labio nerviosa.

No sabía que estaba en LAM.

- Absolutamente. -Lando asintió. - En este deporte, es crucial saber cuándo arriesgar y cuándo jugar seguro. Algunos parecen no haberlo aprendido aún.

Los murmullos llenaron la sala, y yo sentía que la atmósfera se volvía más tensa con cada palabra. Lando no mostró señales de detenerse.

La sala quedó en silencio mientras todos esperaban la próxima respuesta.

- Está bien, dejémoslo aquí. -dijo el periodista intentando cerrar el tema antes de que se intensificara.

Con eso, los periodistas comenzaron a murmurar, y Lando se dio la vuelta, tratando de desviar la atención de la conversación incómoda. Franco, por su parte, me miró con frustración en su mirada.

La tensión en el paddock era casi palpable mientras los periodistas comenzaban a dispersarse. Lando, después de su comentario, se fue rodeado por cámaras y micrófonos, pero yo no podía dejar de mirar a Franco, que seguía de pie al margen, sus ojos fijos en mí. Sabía que tenía que hablar con él, así que, antes de que el coraje me abandonara, me acerqué.

—Franco —llamé suavemente, esperando no empeorar las cosas. Sus hombros se tensaron, pero no me ignoró. Se giró hacia mí, su mirada aún cargada de frustración.

—Cami —respondió, con un tono tenso. Respiré profundo, tratando de encontrar las palabras correctas.

— Perdón por lo que pasó recién... —empecé, con la voz entrecortada. Sabía que Lando se había excedido, y aunque no era mi culpa, me sentía responsable de alguna manera—. No sé por qué dijo esas cosas, no estuvo bien.

Franco me miró por un momento, su expresión relajándose un poco, aunque seguía siendo dura. Sacudió la cabeza con una sonrisa amarga.

—No tenes que disculparte por lo de Lando. Ya sé que no es cosa tuya. —Se pasó una mano por el pelo, claramente frustrado—. Pero... nada, me jode obviamente. Sobre todo porque ya tenía suficiente con lo que pasó en la carrera.

Loco (Franco Colapinto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora