18

4.7K 247 11
                                    

Caminaba entre el calor de la gente con un vaso en la mano, en busca de mis nuevas amigas. Después de varias vueltas sin éxito, decidí ir a la parte descubierta del boliche. Allí me recosté contra una columna y saqué el celular para escribirles, intentando recuperarme del mareo del alcohol y las luces de colores. Sin embargo, el chat de Franco desvió mi atención.

Fran

q onda? q hacías?
yo ya estoy por embarcar
mañana nos vemos😁

fraaaann
te extalño
sigo aca con las chics
pero no las encuentro

jajajjs estás en pedo
no tomes de mas
tene cuidado

si mama

Dejé el celular al oír Guess sonar. Le di un sorbo al trago y volví a entrar. Mientras bailaba, sentí una mano en la cintura, me di vuelta asustada, lista para pegarle, pero me tranquilicé al reconocer a Lando.

—¡No...! —grité alzando los brazos.— ¿Qué haces acá?

Él imitó mi gesto con un sólo brazo, sin soltarme con el otro.

—Olvidaste que soy DJ. —me dio un beso en el cachete y se acercó a mi oído, desprendía olor a alcohol y otras cosas.— ¿Estás sola?

Que hot.

Negué.

—Vine con amigas, pero las perdí. —respondí alejándome un poco.

Asintió y no preguntó más. Siguió bailando, y yo también. Me terminé mi vaso y empecé a abanicarme con la mano, hacía mucho calor. Él lo notó, extendiéndome rápidamente su vaso lleno, poniéndolo dentro del que tenía vacío. Seguí tomando, ya todo me daba vueltas, pero no de mala forma, estaba contenta. Los dos bailábamos pegados, moviendo los cuerpos al ritmo de la música, era todo tecno así que no se necesitaba mucha coordinación para bailar.

Toda la noche se pasó así, hasta que se empezó a hacer de día y empezamos a debatir qué hacer. Él quería seguir en un after, yo quería dormir, no quería volver a casa a la hora que llegaba Franco.

—¿Estás segura? —se levantó los lentes de sol para mirarme a los ojos, los tenía totalmente rojos.

Fumate algo Lando.

—Sí, sí, llega Franco en un rato. —asintió revoleando los ojos y volviendo a ponerse los lentes.

Me sacó el celular de la mano y antes de que pudiese quejarme, entró a su chat y se mandó mi ubicación en tiempo real.

— Avisa cuando llegues. —se despidió con un beso en el cachete, que terminó siendo en la comisura de mis labios, y se dio la vuelta para volver a entrar, llevándose a una rubia de la cintura con él.

Me quedé ahí con una sonrisa en la cara, reí sola al procesar la situación, amaba tener un Lando.

Me pedí un auto y volví a casa. Dejé los zapatos en la entrada, me cambié, desmaquillé y miré la hora. Siete de la mañana.

No está mal.

Me tiré como pude en la cama, todo me daba vueltas. Cuando por fin logré dormirme, el timbre sonó, eran las doce del mediodía pero se sentían como las cinco de la mañana. Me levanté de mala gana y con resaca, pero al abrir la puerta, eso se pasó. Un Franco con valijas me esperaba del otro lado.

Loco (Franco Colapinto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora