Capítulo XV: La Fundación de la nueva editorial

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Narra Raquel

Hoy era el gran día, el día más esperado por todo nuestro equipo editorial, el de Riley, pero era el menos deseado por mí persona. Sinceramente, solo quería que ya se llevara a cabo, no quería seguir estresándome por este día. Al menos sería al medio día.

Sé que llevo días y semanas trabajando arduamente, junto al equipo de ingenieros, arquitectos y diseñadores de interiores, aquellos que mi jefa había asignado para llevar a cabo este enorme trabajo, lleno de odisea y peripecias; al menos, a mi parecer, había sido uno de los mejores trabajos que habían quedado. Claro, fue inmenso, tortuoso y muy arduo...Pero, finalmente, se logró y cumplimos la meta soñada. 

A pesar de todo, necesitaba relajarme. Por lo menos, había terminado con todo este proceso de inauguración antes de noche buena, ahora, solo me quedaba esperar y rezar que todo quedara como Riley quería y que a las personas del pueblo les gustara los arreglos y remodelaciones que habíamos hecho.

La apertura estaba prevista para llevarse a cabo al medio día, por lo cual, no podía llegar tarde. Así que, me paré, fui a arreglarme en el baño, y decidí tomar una ducha reparadora. Eran las 9: 00 am, así que tenía tiempo. No iba a ir apurada pero tampoco me estresaría, ya había sufrido demasiadas crisis nerviosas durante la construcción de esta obra magnate.

En fin, entré a la ducha, puse el calentador, porque el frío estaba intenso y me metí, tomé mi tiempo, me relajé, respiré profundamente y mientras me lavaba el cabello pensaba puras cosas positivas para atraer ese tipo de energías y operar un milagro de Navidad.

Una vez que estuve lista, salí de la lucha, me sequé, cepillé mis dientes y salí  a ponerme la ropa que había escogido para ese día. Al finalizar, fui a peinarme el cabello y lo sequé con secador.

Cuando terminé de hacer todas esas cosas ya eran las 10:30 am, por lo cual, procedí a maquillarme lo más natural y decente que se podía en ese tipo de eventos, acomodé mi pelo seco con el flequillo que lo mantuve con unos ganchos de Navidad bien bonitos de tela y bajé a desayunar al rápido.

Una vez que estuve en la cocina saludé a todos, les di los buenos días, muy amablemente y fui a la nevera a ver que podría desayunar, debía ser algo sencillo, así que me hice un croissant con jamón y queso, un café con leche y dos galletas de navidad que mi madre había recién horneado  anoche y estaba decorándolas.

Una vez que terminé de desayunar, mi madre y padre me dieron un beso de despedida, me dijeron que nos veríamos allá en pocos minutos, me desearon lo mejor y mi madre me dijo:

-Mi amor, no te preocupes, todo saldrá mucho mejor de lo que esperabas.

-Así es, cielo-Dijo mi padre- Has trabajado muchísimo en esto y eso rendirá sus frutos. Fe y Confianza, Dios siempre esta contigo. Nunca lo olvides.

-Si Dios está conmigo, quién contra mí, lo sé Pa. Nos vemos luego, gracias por sus hermosos deseos. Nos vemos allá, los amo.

Estaba saliendo de mi casa para dirigirme al carro e irme a la sede editorial cuando vi a Santa Claus, a lo lejos,  bueno la persona encargada de hacer ese papel durante estas fechas. Sin embargo, note algo extraño en su comportamiento... Se me quedó mirando, sonriendo y me dijo:

- ¡Feliz Navidad Raquel!

- ¡Feliz Navidad, Santa! - guiñé el ojo-

Aunque me metí deprisa al auto porque si no llegaría tarde, había algo muy raro en ese saludo, él siempre me saludaba, como a todos vecinos, pero no sé porque tenía la sensación de que su única sensación tras ese saludo, no era simplemente un saludo de cortesía. Era una sensación extraña, como si estuviese esperando que lo siguiera.

All I Want for Christmas is YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora