Capítulo XII: El concurso de las casas de jengibre.

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Esa mañana me desperté tarde, no pude evitarlo, me había quedado dormida por lo que apenas tuve tiempo de tomar una ducha rápida, vestirme e irme al trabajo...Ni siquiera me había dado el tiempo de desayunar. Me comería algo antes de ir al trabajo. 

Una vez que estuve en la cocina, saludé a todos rápidamente y efectivamente ya mis sobrinos estaban en la casa de mis padres, junto con mi hermano y mi cuñada. Ellos estaban preparando todo para hacer las hallacas. Sabía que mi madre había cocinado el guiso, el día anterior, lo había hecho con la ayuda de mi padre y ahora les tocaba ir armándolas. Yo trataría de juntarme con ellos apenas pudiese salir del trabajo. Espero que no sea muy tarde.

Una vez que me fui, pasé por la panadería de mi tía, me compré un café con chocolate y un cachito de queso crema y jamón de pavo, recién caliente. Mientras que manejaba al local, me detuve y pude comer. Luego de finalizar mi desayuno llegué al local  para  continuar con la labor.

Al entrar, saludé a todos y cada quién se puso a hacer sus cosas, ese día me tocaba imprimir los afiches y volantes de la inauguración para que todo el pueblo estuviese notificado de la inauguración. Dejé que mi mano derecha confiable se encargará de gestionar todo lo que se debería concluir durante ese día.

Mientras que yo imprimía los afiches y los pegaba por toda la ciudad con ayuda de un grupo de la escuela del pueblo, un voluntariado, y algunos profesores, los demás seguían pitando y decorando el local. Al menos, con su ayuda podía terminar mucho más temprano. Y así estuvimos durante todo el día prácticamente, de vez en cuando, regresaba al local para ver cómo iban los avances de la redecoración y el acondicionamiento del nuevo local.

Así estuve durante todo el día, es decir, estuve yendo y viniendo, una y otra mil veces más. Estaba agotada, tanto que tuve que hacer un break para almorzar en la panadería de nuevo, porque la cabeza se me iba a reventar de no hacerlo. A su vez, atendía las llamadas y encargos que Riley  o su esposo me exigían en cuanto al local. Especialmente, ahora que ella estaba pendiente de los bebés.

Cuando finalmente pude sentarme en una mesa decentemente, para almorzar fue que  pude  revisaba el celular, hacía las quinientas llamadas que tenía que hacer, escribía y enviaba los miles de mensajes y correos electrónicos que estaban pendiente y así sucesivamente. Por fin, me trajeron el almuerzo y al menos pude comer en paz. Aunque fueron solo 15 minutos de libertad fue más que suficiente para mí. 

Pagué mis cosas y me fui de regreso al trabajo, tenía que seguir con mi labor. Durante mi retorno al local,  no sabía que al igual que yo, había otra persona que tampoco la estaba pasando muy bien...

(En casa de Matthew)

- ¿Papá? ¿Me estas oyendo?

-Perdón hijo ¿Me dijiste algo?

-Pa ¿qué tienes? Llevas días muy disperso ¿todo bien?- Dijo Josué-

-Lo siento hijo, todo bien, solo tengo muchas cosas en la cabeza últimamente.

-Creo que tengo la excusa perfecta para distraerte, necesitamos comprar las cosas que  para Hannukka ¿lo olvidaste?

- ¿Qué? ¿qué día es hoy?

-Hoy es 21 de diciembre... Tenemos que comprar muchas cosas y cocinar. También tenemos que realizar todos  los preparativos que necesitaremos.

-Tienes razón campeón. Dile a tu hermana que se ponga una ropa cómoda y abrigada. Cuando estas de vacaciones, el tiempo vuela.

All I Want for Christmas is YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora