No. 24. Las estrellas cuentan mi historia

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@valde-swaaann. Cale en una noche de insomnio recordando el pasado y sería genial si se desahogada con Ron.






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Por las noches, Cale cuenta estrellas.

Sentado frente al ventanal, en su sillón favorito. Espera a que todos duerman, se acomoda y cuenta estrellas.

Hay algo relajante en el simple acto de contar estrellas, hay algo profundamente triste en pensar que una de esas estrellas puede contener su hogar.

Hoy es una mala noche, por primera vez en mucho tiempo, duerme. Realmente lamenta haber cerrado los ojos y quedarse dormido. El férreo control en sus registros se había aflojado y habían invadido su mente como un tsunami inminente. Fue aterrador, no podía concentrarse lo suficiente para salir de ellos.

Cale aún temblaba, su piel estaba pálida y fría por el sudor aún cuando estaban a mediados de invierno. Sus largos dedos se clavaban en los reposabrazos del sillón. Cale cuenta estrellas, intentando estabilizarse.

Y fracasa.





][




Ron sabe que hay algo mal, es como si algo en el aire hubiese cambiado, así que registró habitación por habitación en busca de ese algo que se arrastraba bajo su piel. Ver la cama vacía detuvo su corazón, porque no era cualquier cama y no era cualquier persona la que faltaba. Ron empezó a buscar en un frenesí controlado, consciente de que había suficiente nieve afuera como para cubrir a una persona, un cuerpo o una huida...pero el joven maestro no tenis absolutamente ninguna razón para irse, para sentirse lo suficientemente sofocado para levantarse y desaparecer.

Aquí estás, pudo respirar cuando distinguió esa cabellera roja contra el respaldar del sillon de la sala de estar. Se acercó rápidamente, teniendo cuidado de que sus pasos no se escucharán. Sus dedos se retorcían bajo sus guantes, aún con esa incómoda sensación hormigueando bajo su piel.

"¿Qué te pasó, niño?", su tono es suave, compasivo mientras observa a su pequeño maestro acurrucado en una bola apretada, temblando terriblemente aún cuando el fuego en la chimenea ardía constantemente. Fue al posar su mano contra la frente sudorosa de Cale, que pudo notar la fiebre. "¿Te sientes incómodo, joven maestro?", le acarició la frente, apartando los mechones húmedos que se pegaban a su piel.

Esos ojos rojizos se enfocaron en él, perdidos y nublados, no parecían realmente verlo.

"¿Ron?", suena como un niño, un niño perdido e inseguro. "¿R-Ron?", suena como un niño lastimado.

Se movió hasta estar a su lado sin el respaldar imponiéndose entre ellos. "Estoy aquí", inclinándose, secó las mejillas sudorosas de su muchacho. "Jov-...".

Cale se sentó abruptamente, casi golpeando la frente de Ron, cuando el hombre se enderezó, alejándose de él para no golpearlo, Cale se asustó y se aferró a la camisa de Ron, impidiéndole irse. Sus ojos han reemplazado el letargo por algo más errático, más incómodo de ver, el sentimiento en sus ojos era tan sofocante que Ron quiso evitar mirarlo.

"¿Qué pasa?", su mano continúo apartando esos mechones sudorosos, intentando consolarlo. "Habla conmigo, puedo escucharte el tiempo que quieras", le sonrió, sintiendo el agarre en su camisa apretarse. "Nunca revelaría nada de lo que me digas".

Cale apretó más fuerte, queriendo acercarlo a él, sintiéndose tan frío. "Ya no están, Ron", su voz era tan pequeña, balbuceante. "Se han ido...ellos, ellos prometieron quedarse pero se han ido...", sus ojos parecen ver algo mas alla de Ron, mas allá de las paredes de la villa. "¿No fui suficiente?", murmura recargando su frente contra el estómago de Ron. "Seré suficiente, diles Ron, prometo ser lo suficientemente bueno si se quedan, por favor, diles que se queden".

Ron nunca lo había visto llorar, y era algo bonito. Sus ojos se cristaizaban, se sonrojaba y tenía una expresión dulce; cuando el niño que crió llora, se ve humano. Se ve frágil y parece necesitar a Ron de nuevo.

En la intimidad de esa habitación, Ron se permitió abrazarlo, ocultarlo en su pecho. No entendía el gran dolor que contenía su corazón, ni quien era el monstruo que lo había abandonado, pero él aún estaba ahí.

"D-Diles que se queden, por favor, no puedo hacerlo solo...no puedo seguir yo solo".

"Cale...", había criado a este niño por veinte años y era la primera vez que pronunciaba su nombre en voz alta. "Cale, papá está aquí".

Cale sollozó, se aferró a él y lloró. "...Ron, me han abandonado".

Ron cerró los ojos, reprimiendo el odio que nacía en su corazón, odio a cualquier bestia que había provocado emociones tan crueles en su muchacho. "Si...pero yo seguiré aquí mientras me necesites".

Ron quería que eso fuera suficiente.

Lo recogió con cuidado, abrazandolo contra su pecho y levantándome con él. "Vamos a tu habitación, estás muy enfermo".

Seguramente no recordaría esto en la mañana.

"Papá cuidará de ti".

Entonces Ron se permitió sincerarse un poco.

"Papá siempre cuidará de ti, niño tonto".





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